Raúl Varela: «Nunca una eliminación en octavos de Champions ha sido tan reconforante como la de Barça»
Radio MARCA
El relato. Eso es lo que importa. Creo que incluso más que la propia realidad. Pocas veces una eliminación en octavos de final ha resultado tan plácida y reconfortante como la vivida ayer por el Barcelona. En verdad, casi ni nos acordamos de cuando fue la última vez que cayó en una ronda tan temprana el equipo azulgrana que abandona esa Europa de Superliga siendo noveno como máximo. Para la Historia.
Los sonados fracasos ante Liverpool o Roma fueron en otras alturas de competición, dejaron un mal sabor de boca por ser en partidos de vuelta pero en el fondo tienen el mismo desarrollo que lo ocurrido en este doble enfrentamiento ante los parisinos. Meneo gordo en el Camp Nou y ayer a vivir de las rentas ante un equipo muy mejorado pero impotente incluso para ganar el partido frente a un rival al que le faltaba, por contar solo uno, su gran estrella: Neymar Junior.
Declaraciones por aquí, tuits por allá. Todo el mundo estaba feliz, contento, satisfecho, orgulloso y encontrando un pero positivo a lo realmente sustancial que no es otra cosa que los octavos de final se van a ver por la tele. Koeman incluso aprovechó la coyuntura para activar su versión sentimentaloide y lacrimógena para dar otro empujoncito más a la renovación de Messi. ¿Cómo te vas a ir ahora con lo bien que juegan estos chavales?
De momento, los chavales que juegan bien son los del París Saint Germain, por si alguien no se ha percatado. No se si es motivo suficiente para convencerle en una u otra dirección. Ojalá se quede donde está y tenga una nueva oportunidad de pelear un título que se le ha escapado en la última década, coincidiendo con su madurez deportiva y con un Real Madrid apabullante que vive este torneo de una forma bien diferente.
Solari, sin ir más lejos, duró cuatro días después de que el Ajax le apease en el top16.
Quizá todo esto forme parte del efecto gaseosa Laporta. Se ha declarado el estado de excepción optimista. A seis del liderato en LaLiga, final de Copa pendiente y fuera de Europa pero con buena imagen. Nada que criticar, dicen. Si la reconstrucción va a comenzar con la falta de autoexigencia, casi mejor que no gasten energías, aunque pensándolo bien siempre podrán recurrir a la otra gran palabra mágica de nuestro fútbol: transición. Ya veremos hacia a dónde.