El deporte flechó a Adriano y él correspondió con gran altura

El deporte flechó a Adriano y él correspondió con gran altura


El deporte flechó a Adriano Miguel Tejada muy temprano en su vida y ni el Everest intelectual que alcanzó lo pudo separar. Tejada (Moca, 1948-Santo Domingo, 2020) no fue un simple aficionado, tampoco se conformó con sentarse a disfrutarlo desde las gradas o la TV.

No desaprovechó los viajes de su ocupada agenda, ya sea en Madrid para asistir al Santiago Bernabéu si bien era culés, a Washington para disfrutar de los Nacionales, a Buenos Aires para visitar esos monumentos que ha creado la industria deportiva como La Bombonera o el Monumental.

Aguilucho desde chiquitico que compraba su jersey y gorra, a menudo preguntaba a la sección de deportes por la agenda y era común encontrarlo en las tribunas del Centro Olímpico, ya sea del voleibol, baloncesto o fútbol.

Cuando estudió una especialidad en Pittsburgh en la década de 1970 era un habitual visitante al Three Rivers Stadium donde desarrolló una gran amistad con Franklin Taveras. Allí también se hizo aficionado de la NFL con los Steelers, lo que duró hasta su muerte.

Amigo de infancia del fenecido pelotero Dámaso García, Adriano fue portero de fútbol que llegó a jugar en la segunda división, árbitro de balompié, béisbol y softbol, comentarista en una cadena de Grandes Ligas que compartió con Kevin Cabral y Luichy Sánchez, secretario general de la Asociación de Baloncesto de Santiago (1988-89) y promotor de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1986 en la Ciudad Corazón.

Como un convencido de lo cortas que son las carreras de los deportistas, sus aportes comienzan a trascender en la década de 1970 cuando a temprana edad entró a la plantilla de profesores de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra en Santiago. Allí persuadió a la academia de crear un equipo en segunda división y gestionó decenas de becas para talentos que gracias al deporte pudieron estudiar una carrera.

En noviembre de 2019 la Unión Deportiva de Santiago (Udesa) lo reconoció con el premio Hanns Hieronimus, que distingue a personas que promueven el espíritu deportivo en favor de la sociedad. El galardón contempla el reconocimiento a personas laboriosas dentro del movimiento deportivo, y que por cuyas acciones no reciben ningún tipo de retribución material.

“Mis modestos logros no son míos sino que fueron posibles y están cimentados en las obras de santiagueros ilustres, humildes y generosos que dedicaron sus vidas al empresariado, al arbitraje, a la crónica y a la promoción deportiva”, dijo Tejada tras recibir el premio de la Udesa.

“Don Adriano fue uno de los principales redactores de los estatutos de la Abasaca”, dice Papy Pérez, periodista santiaguense que jugaba softbol con Tejada en la liga La Farándula. “Una vez vinieron a dar un curso de abritraje de béisbol, se apuntó, lo hizo y no cobraba cuando le tocaba arbitrar. Lo hacía de hobbie”.

El arquitecto Rodolfo Guzmán Lara “Fito”, ex presidente de la Federación Dominicana de Fútbol, fue alumno de Tejada mientras estudiaba el bachillerato en Moca y lo recuerda arbitrando en los partidos de béisbol de la Liga de Verano del Cibao, donde le llamaba la atención que entre entradas conversaba con el público explicándole las reglas del béisbol y por qué se tomaron ciertas decisiones.

“Linche (como le llamaban en el Cibao) fue un polifacético, un tipo siempre dispuesto, que a pesar de su elevado nivel en la PUCMM si lo llamaban a arbitrar venía, daba un show con los fanáticos. Siempre sonreía hablando, a todo le veía el lado jocoso, hasta dando clase de historia en el colegio Domingo Savio, hay una parte de la cadena del fútbol de Moca que no se rompió gracias a él”, dice Guzmán.

Félix Disla Gómez, ingeniero y cronista deportivo que lo conoció en Moca, lo recuerda como un pionero que siempre estuvo a la vanguardia con la utilería de última generación, ya sea como árbitro o portero. Cuando los canserveros comenzaron a utilizar protección en el pecho, fue Adriano el que primero las trajo al país.

“Lo recuerdo leyendo el panegírico de la maestra Aurora Tavárez Belliard en 1972 con unas palabras que no se me olvidan. Cuando dijo ‘irse’, preguntó ‘¿irse?, Aurora no se ha ido, vivirá mientras un niño dominicano aprenda con uno de sus libros’. Yo fui uno de esos que aprendieron con la “Seño”, dijo Disla Gómez.

“La muerte de Adriano Miguel Tejada (Linche) golpea directamente a nuestra ACDS, ya que fue uno de sus miembros que más colaboró con la entidad y el que mayor prestigio le otorgó durante su paso por la vida periodística. Linche deja uno de los legados más completos para un intelectual y en el deporte no fue menos”, dijo Fellito Ortiz, expresidente de la ACDS



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