NBA: La misteriosa lesin de Aron Baynes: de casi quedarse paraltico a soar con volver a la NBA


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Aron Baynes acudi a los Juegos de Tokio con el sueo de colgarse una medalla, incluso la de oro, pues su seleccin, la australiana, haba derrotado a Estados Unidos en los ltimos enfrentamientos. Sin embargo, en la cita olmpica comenz una pesadilla indescifrable que le mantuvo ingresado y solo en un hospital de la capital japonesa. Todava no ha vuelto a jugar al baloncesto. Ahora, a sus 35 aos, entre incertidumbres y misterios alrededor de su corpachn de 2,08 metros, trata de regresar a la actividad e incluso a la NBA, donde ha disputado 522 partidos entre los Spurs, con los que fue campen en 2014, los Pistons, los Celtics, los Suns y los Raptors.

Nadie sabe a ciencia cierta cundo empez el tormento de Baynes, aunque hay quien lo sita en el intermedio del partido disputado el 25 de julio entre Australia y Nigeria en los Juegos. El pvot hizo un mate durante el calentamiento, pero sus manos, recin limpiadas con gel hidroalcohlico, se escurrieron del aro. Cay de manera brutal golpendose la espalda y el cuello. Por precaucin, no salt a la cancha en la segunda mitad.

Tres das despus, los ‘boomers’ se midieron a Italia. Entre el tercer y el ltimo cuarto, Baynes se fue corriendo al bao. Mediado el ltimo periodo, el seleccionador quiso que saliera, pero no le vio en el banquillo. Un miembro del equipo fue a buscarle. Le encontr cerca del bao, tirado en el suelo y con dos heridas en la parte superior de un brazo. El mdico fue avisado. El jugador no poda levantarse y estaba desorientado. Recordaba haber ido al bao y nada ms.

Pareca que las heridas se las haba hecho con unos toalleros. Despus, quizs se haba mareado y golpeado la cabeza contra el suelo. Cuando intent ponerse en pie, se cay. Era incapaz de andar. Fue ingresado en un hospital de Tokio. Por las restricciones del COVID, nadie poda visitarle. La comunicacin con el personal era complicada debido al idioma, la habitacin era tan estrecha que tocaba las dos paredes al mismo tiempo con las manos y la cama no estaba preparada para alguien de su estatura.

«Fue el momento ms solitario de mi vida, entrando y saliendo de la conciencia, repasando mi plan de vida y mis metas y simplemente llorando», cuenta ahora Baynes, que ha hablado por primera vez de su experiencia para ESPN. El recuerdo de un familiar parapljico por un accidente acentuaba sus temores. Saba bien lo que poda pasarle.

Fue el momento ms solitario de mi vida, entrando y saliendo de la conciencia, repasando mi plan de vida y mis metas y simplemente llorando

Aaron Baynes, jugador de la seleccin australiana

Sin saber la causa, su salud de deterior rpidamente tras aquella cada cerca del bao. Quizs era una consecuencia tarda del mate que acab con sus huesos en el suelo. Los mdicos pensaron primero que haba sido una conmocin cerebral, pero cuando empez a sentir hormigueo en las piernas y no poda mover el brazo izquierdo se supo que haba algo ms. Una resonancia magntica desvel una hemorragia interna que presionaba su mdula espinal. Un neurocirujano australiano le dio esperanzas. Haba visto un caso semejante.

La misma habilidad que su hija de seis meses

Para tratarse en casa, Baynes tena que lograr ponerse en pie. Entre fuertes dolores y trabajo con los fisioterapeutas fue mejorando. Baynes tard 11 das en poder hacerlo. Tambin trabajaba sus habilidades motoras intentando apilar tazas. Cuando lo consigui, hizo una videollamada con su esposa. Su hija de seis meses estaba haciendo lo mismo que l.

Los Juegos acabaron mientras l segua ingresado. Australia gan el bronce. Vio la entrega de medallas. Citaron su nombre sin que l estuviera presente y se ech a llorar. Al da siguiente le dieron la suya. El hospital permiti entrar al mdico y al preparador fsico durante 15 minutos al da. Sus compaeros Matthew Dellavedova y Nathan Sobey se hicieron pasar por doctores para poder verle.

El pvot lleg a su casa de Brisbane atado y anestesiado en un avin medicalizado. Pero an no poda ver a su familia. Las estrictas leyes antiCOVID de Australia le obligaban a guardar dos semanas de cuarentena en las que estuvo en un hospital. Al menos dispona de un gran ventanal desde el que poda ver a su familia mientras haca sus ejercicios de rehabilitacin. Lejos de jugar al baloncesto, slo quera poder abrazar a su mujer y sus hijos.

Tard un mes en conseguir coordinacin y fuerza y otro ms en atreverse a trotar. Recientemente ha vuelto a coger un baln. Ve los partidos de la NBA y suea con regresar a la mejor Liga del mundo, algo impensable hace no mucho tiempo. «Si me vieras ahora, no sabras que pas nada», asegura. Una pesadilla que quizs tenga un final milagroso.





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