En La voz del oráculo, su último libro, Liv Strömquist examina cómo, a lo largo de la historia, hemos buscado respuestas en figuras que prometen simplificar la vida. Desde los misteriosos oráculos griegos hasta los gurús digitales que acumulan millones de seguidores en redes sociales, la autora sueca encuentra un patrón común: la necesidad de consuelo frente a la incertidumbre.
[–>[–>[–>[–>Strömquist desentraña esta dinámica con una mezcla de humor y perspicacia. “Es fácil pensar que los influencers de hoy son un fenómeno nuevo, pero la realidad es que no estamos tan lejos de los tiempos en que los líderes consultaban oráculos para tomar decisiones importantes”, comenta en su conversación con El Periódico de España durante una visita a Madrid que la llevó a manterner este lunes un encuentro con público en el Espacio Fundación Telefónica, algo que repetirá el jueves 16 en Barcelona, en la librería Finestres.
[–>Convertida en un pequeño gran fenómeno editorial, Strömquist ha consolidado una fórmula de ensayo en formato cómic que mezcla sin complejos cultura clásica y referencias actuales, y en la que destacan un fuerte compromiso feminista y una falta total de prejuicios a la hora de combinar lo que se considera alta y baja cultura. La Antigua Grecia e Instagram están, literalmente, a dos páginas de distancia en sus obras.
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Un ejemplo fascinante que aborda la dibujante y profesora universitaria en este nuevo libro es el caso de Ronald Reagan y el astrólogo Carroll Richter. Según diversas fuentes, Richter influyó en decisiones clave, desde la programación de reuniones diplomáticas hasta la planificación de discursos importantes. Este hecho, que podría parecer anecdótico, revela cómo incluso figuras de poder buscan certezas en sistemas aparentemente irracionales. Righter era conocido como el “astrólogo de las estrellas” en Hollywood y su influencia moldeó la vida personal y profesional de celebridades durante décadas. Estos casos no son simples curiosidades, sino reflejos de cómo la humanidad, en cualquier época, se aferra a sistemas de creencias para dar sentido a un mundo caótico.
[–>[–>[–>[–>El humor como herramienta crítica
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Una de las grandes virtudes de Strömquist es su capacidad para tratar temas complejos con un humor que desarma al lector. Inspirada en los Monty Python, la autora utiliza la sátira para iluminar las contradicciones de nuestra obsesión por la autoayuda. En La voz del oráculo, el humor no solo aligera la densidad del material, sino que se convierte en una herramienta pedagógica para conectar con el lector.
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“Siempre he pensado que el humor es esencial cuando abordas temas difíciles. Permite que las personas se relajen y estén más dispuestas a cuestionar ideas que podrían ser incómodas”, argumenta la autora. Este enfoque es evidente en cada página del libro, donde el sarcasmo y las ilustraciones trabajan juntos para desmontar los dogmas que sustentan la industria del bienestar.
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La capacidad para transformar teorías filosóficas en narrativas visuales es otro de los pilares que hacen única su obra. En La voz del oráculo, referencias a pensadores como Slavoj Žižek, Eva Illouz o Byung-Chul Han se entrelazan con viñetas que capturan la esencia de sus ideas. Este enfoque convierte al cómic en algo más que un medio de entretenimiento: es una herramienta para entender conceptos que, de otro modo, podrían parecer inabordables.
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“Dibujar las teorías no solo las hace más comprensibles, sino que también permite que el lector participe de manera activa. Una imagen puede transmitir matices que las palabras no logran capturar”, afirma. Hay escenas donde los personajes y los textos dialogan, invitando al lector a reflexionar sobre los mensajes que consumimos y las decisiones que tomamos basados en ellos.
[–>[–>[–>[–>Más allá de la sátira, La voz del oráculo plantea cuestiones profundas sobre nuestra relación con el bienestar y la felicidad. ¿Por qué buscamos constantemente optimizar nuestras vidas? ¿Qué dice esta obsesión sobre nuestra incapacidad para aceptar la incertidumbre? Strömquist no ofrece respuestas fáciles, pero sí invita al lector a confrontar sus propias contradicciones.
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En una de las viñetas más memorables del libro, ilustra cómo la autoayuda refuerza la idea de que “todo depende de ti”. Este mensaje, aunque atractivo, ignora las desigualdades estructurales y las barreras sociales que limitan nuestras opciones. “La narrativa de que puedes lograr cualquier cosa si te esfuerzas lo suficiente puede ser opresiva, especialmente para quienes enfrentan desafíos que van más allá de su control”, explica la autora.
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Para Strömquist, esta es una de las grandes trampas de la autoayuda: enmascara problemas sistémicos como fallos individuales, trasladando la responsabilidad de cambiar el mundo a las personas, en lugar de cuestionar las estructuras que perpetúan la desigualdad.
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Más allá de los gurús digitales
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Aunque La voz del oráculo se centra en los “oráculos” modernos, también es una reflexión sobre cómo enfrentamos las grandes preguntas de la vida. ¿Qué significa ser feliz? ¿Cómo lidiamos con nuestra mortalidad? ¿Es posible encontrar significado en un mundo que parece diseñado para distraernos constantemente?
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Strömquist no pretende ofrecer respuestas definitivas, pero su obra es una invitación a explorar estas cuestiones con una mente abierta. “Creo que es importante aprender a vivir con la incertidumbre. La vida no siempre tiene sentido, y eso está bien. De hecho, creo que ahí es donde radica su belleza”, reflexiona.
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Con títulos como No siento nada, El fruto prohibido y La sala de los espejos, Strömquist ha demostrado ser una de las voces más personales del cómic contemporáneo. Su obra no solo entretiene, sino que también educa, desafiando al lector a cuestionar las narrativas que damos por sentadas. En un mundo donde las respuestas simples dominan el discurso público, la autora nos recuerda que a veces las preguntas son mucho más valiosas.
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Con La voz del oráculo, Liv Strömquist no solo expone las trampas de la autoayuda, sino que también nos ofrece un espejo donde podemos ver nuestras propias inseguridades y ansiedades reflejadas. Es un libro que no deja indiferente, invitándonos a reírnos de nosotros mismos mientras reflexionamos sobre lo que realmente significa vivir en un mundo saturado de certezas superficiales.
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