Pensada como un faro de descubrimiento en medio del desierto, la escuela Dar Al Marefa —que para mí se ha adelantado al futuro de lo que será la escuela cuando entendamos que es lo que nunca podrá hacer la Inteligencia Artificial— concebida por el renombrado estudio RCR Arquitectes —junto con Moneo, los únicos españoles ganadores del Pritzker— se erige en Dubái como un paradigma de la creatividad, la curiosidad y el aprendizaje.
Es decir una escuela que trasciende los límites tradicionales de la educación, y se centra en lo que solo los humanos podemos hacer, pues la IA nunca podrá ser creativa ni nunca podrá ser curiosa. Solo le falta a su modelo, desde mi punto de vista, el enfoque en el pensamiento crítico, otra cuestión que la IA no puede hacer, pero aun así es maravillosa porque además ofrece un lugar donde la arquitectura se convierte en una herramienta didáctica por sí misma. Porque es una obra de arte, es cultura, tiene una altura creativa increíble y utiliza el sentido común que dicta el lugar donde ha sido construida.
El diseño de la escuela evoca el trazado urbano, o sea crea ciudad. Por otro lado la estructura es un homenaje a la luz, con patios y recorridos exteriores que permiten la entrada de iluminación natural, creando un ambiente propicio para el aprendizaje.
La organización del programa educativo, desarrollada por los tres arquitectos catalanes, se articula en zonas diferenciadas por colores, cada una diseñada para satisfacer las necesidades específicas de los alumnos. Este enfoque cromático no solo facilita la orientación, sino que también contribuye a crear un entorno estimulante. Los puntos de intercambio parecen diseñados para ser catalizadores de la creatividad, ofreciendo espacios donde los alumnos no solo pueden compartir ideas y conocimientos sino que parecen invitarte a hacerlo.
Así la definen desde RCR: «Donada por Ibrahim Al Ghurair y su familia a su distrito local en Dubái la Escuela Dar Al Marefa ofrece a los niños y al personal un campus visionario diseñado para estimular el descubrimiento, el aprendizaje, el crecimiento y la creatividad de los estudiantes».
El conjunto arquitectónico está envuelto por una celosía que tamiza la luz solar, enriqueciendo los espacios interiores con un juego de luces y sombras. Esta celosía, además de su función estética, actúa como un eficaz sistema de protección solar, adaptándose al exigente clima local. El recorrido entre los diferentes volúmenes está marcado por pérgolas de malla textil y metálica, que no solo protegen a los alumnos de la radiación solar, sino que también continúan el delicioso diálogo de luces y sombras iniciado en el interior. «Un espacio alegre y lleno de vida en un entorno donde todo está por descubrir». Así lo define Rafael Aranda Quiles, uno de los tres fundadores de RCR Arquitectes.
La Escuela Dar Al Marefa es única en Dubái por ser la única institución bilingüe en inglés y árabe que ofrece el programa de estudios del Bachillerato Internacional (IB). Esta escuela se esfuerza por crear una comunidad de estudiantes curiosos y seguros de sí mismos, sin miedo a probar cosas nuevas, y preparados para aprender a lo largo de toda su vida.
Desde la educación inicial hasta el grado 12, los estudiantes son incentivados a aprovechar las oportunidades mediante un aprendizaje basado en la investigación. Además, no se olvida la historia local y por eso se les inculcan los valores emiratíes e islámicos, sin por eso olvidarse de convertirlos en ciudadanos globales proactivos y dinámicos. El campus de primera clase está diseñado para estimular el proceso de aprendizaje a través de la curiosidad, los retos creativos y la investigación. Equipado con instalaciones educativas y extracurriculares de última generación, Dar Al Marefa ofrece una educación integral que cumple con los más altos estándares globales.
La modulación y la estandarización de los elementos constructivos buscan optimizar la economía de medios sin comprometer la calidad espacial. La escuela se presenta así como una colmena alegre y vigorosa, donde cada rincón está pensado para el descubrimiento y el crecimiento. Los servicios comunes, como el teatro, la cantina, la biblioteca y las instalaciones deportivas, están integrados de manera que fomentan la interacción y el sentido de comunidad entre los alumnos.
En resumen, la Escuela Dar Al Marefa, diseñada por RCR Arquitectes, es un microcosmos educativo que refleja la visión de un aprendizaje holístico y transformador muy actual, un ejemplo a seguir.
¿No les encantaría tener en Canarias una ciudad del conocimiento donde cada niña o niño, desde su primer año hasta los 18, encuentra su espacio, su color y su creatividad, o su don? Un entorno donde todo está por descubrir.
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Dulce Xerach Pérez, Abogada y Doctora en Arquitectura