Olivia M. Stone fue una escritora y viajera británica del siglo XIX, cuya estancia en el archipiélago canario dejó una huella tan significativa como polémica. Nacida en la era victoriana, un periodo caracterizado por el auge del colonialismo, la ciencia y la expansión de los viajes entre las élites, Stone encarnó el perfil de las primeras mujeres viajeras independientes. Sin embargo, como muchas de sus contemporáneas, su visión estuvo condicionada por los valores imperantes de su tiempo.
Su obra más conocida, Tenerife and its six satellites, publicada en 1887, relata con detalle sus impresiones sobre Tenerife y el resto de islas del archipiélago canario. Este volumen se convirtió en una de las primeras guías de viaje redactadas por una mujer sobre las Islas Canarias y es considerada una fuente histórica fundamental. Sin embargo, su enfoque ha sido objeto de crítica debido a la visión eurocentrista con la que retrató a la población local y las costumbres isleñas.
¿Quién fue Olivia M. Stone y por qué eligió Canarias?
La escritora viajó junto a su esposo, John Harris Stone, entre 1883 y 1884, motivada por un interés científico y aventurero, como muchos viajeros británicos del momento. El matrimonio recorrió las islas durante varios meses, lo que permitió a Olivia tomar notas minuciosas sobre los paisajes, la gente y las infraestructuras. Su estancia coincidió con un periodo de transformación del archipiélago, que en ese entonces aún conservaba numerosos rasgos preindustriales, aunque ya asomaban señales del cambio impulsado por el comercio internacional y la apertura de puertos como el de La Luz en Gran Canaria.
1912, Las Palmas Bay Canadá / El Día
Crítica al paisaje y la cultura: un legado ambivalente
Uno de los episodios más llamativos de su relato tuvo lugar en Gran Canaria, donde Stone describe su paso por el campo de dunas que separaba Vegueta-Triana de la bahía de La Isleta. En sus palabras, este entorno resultaba «inhóspito, árido y molesto», y se alineaba con la crítica que hacían muchos locales: las dunas dificultaban el crecimiento urbano y el acceso rápido al nuevo Puerto de La Luz, cuya construcción se hallaba en una etapa clave para la economía insular.
Esta descripción, lejos de ser anecdótica, ayuda a entender cómo el paisaje natural condicionó el desarrollo urbanístico de Las Palmas de Gran Canaria. Las críticas de Stone han sido retomadas en estudios como el realizado por el Instituto de Estudios Canarios, donde se analizan las transformaciones territoriales que experimentó la ciudad a finales del siglo XIX.
Una mirada colonial: tensiones culturales en el relato
Si bien Olivia Stone mostró admiración por el clima, la biodiversidad y ciertos elementos paisajísticos, sus observaciones sobre la cultura canaria estuvieron marcadas por un tono condescendiente. En sus páginas, se refiere a los habitantes de las islas como personas de costumbres «anticuadas», lo que refleja el pensamiento colonial británico de la época, en el que se asociaba el progreso con la industrialización y los estándares de vida anglosajones.
El carácter polémico de sus afirmaciones ha sido objeto de análisis en múltiples investigaciones, como las publicadas por la Universidad de La Laguna, en estudios sobre la representación de la alteridad en la literatura de viajes escrita por mujeres en el siglo XIX. Estos trabajos destacan cómo la autora, sin ser del todo consciente, reproducía una narrativa que situaba a Canarias como un «otro exótico», destinado a ser interpretado desde una perspectiva externa y dominante.
Tenerife y sus seis satélites: una obra entre la ciencia y la narrativa
La estructura del libro de Stone, que abarca desde Tenerife hasta las otras islas del archipiélago, le permite realizar una especie de inventario naturalista. En sus páginas hay descripciones detalladas de la flora, la geografía volcánica y las costumbres sociales. Sin embargo, la autora no evita mostrar su desagrado hacia lo que considera un atraso en términos de higiene, educación o sistemas de transporte. En muchas ocasiones, estas observaciones se presentan como contrastes con su Inglaterra natal, lo que evidencia una visión comparativa sesgada.
Parque Nacional Ted. / El Día
En el caso de Tenerife, Stone muestra más empatía hacia el paisaje montañoso y la majestuosidad del Teide, aunque vuelve a insistir en la necesidad de “modernizar” el entorno. Su admiración por la naturaleza no se traduce en una valoración positiva de las estructuras sociales de las islas. Esta dualidad entre la belleza del entorno y el desprecio por lo local se repite constantemente a lo largo del libro.
El impacto de su obra en la visión británica de Canarias
A pesar de sus críticas, Tenerife and its six satellites tuvo una acogida favorable en círculos británicos. Fue vista como una guía detallada para viajeros ilustrados y contribuyó a posicionar a Canarias como un destino de interés científico, turístico y comercial. Su publicación coincidió con el auge de los viajes con fines de salud y descanso en climas cálidos, lo que impulsó la llegada de británicos a las islas, especialmente a Tenerife y Gran Canaria.
En este contexto, Stone ayudó a consolidar una imagen de Canarias como “paraíso distante”, aunque cargada de matices paternalistas. Su obra anticipó la visión que más tarde popularizarían otras publicaciones y agencias de viajes, que promovieron el turismo como una herramienta de desarrollo económico.
¿Una pionera crítica o una voz incómoda del pasado?
Hoy en día, la figura de Olivia M. Stone invita a reflexionar sobre la dualidad entre exploración y dominación en la literatura de viajes. Su contribución es valiosa en tanto documento histórico, pero también exige una lectura crítica. Aunque fue sin duda una de las primeras mujeres viajeras independientes en narrar su experiencia en Canarias, sus juicios también reflejan los prejuicios estructurales de su época.
Recuperar su legado implica no solo revisitar sus textos, sino también contextualizarlos dentro de un marco más amplio que incluya la voz de los pueblos visitados. En palabras del investigador Manuel Lobo Cabrera, «la historia del viajero es también la historia de cómo se construyen las identidades culturales a través de la mirada del otro».
El viaje de Olivia Stone a Canarias no fue solo un desplazamiento físico, sino también un reflejo de los paradigmas culturales de la Europa del siglo XIX. Su libro sigue siendo una herramienta fundamental para entender no solo la historia del archipiélago, sino también la manera en que fue percibido por quienes lo visitaron con la intención de contarlo al mundo.