¿Cómo están siendo las sensaciones en esta gira?
Muy buenas. El disco salió en enero. El 23 de enero estuvimos en Madrid, que fue un concierto precioso, tuve muchos invitados. Luego hemos hecho algunas cosas acústicas. Porque digamos que, por un lado, hago cosas a guitarra y voz. Por otro, hago cosas solo con mi banda, y por otro lado hago conciertos con mi banda y con invitados. Se presenta un año bastante movidito, vamos a hacer cosas en América, vamos a hacer cosas aquí, en España. El martes 22 tenemos en Plasencia el primer concierto con la banda después del ciclo que hice. Y en mayo estaremos por América. Haré conciertos con la banda y haré conciertos solo.
El volumen 3 de Parceiros salió a principios de enero. Este proyecto empezó a raíz de la pandemia. ¿En qué momento se dio cuenta de que de ahí podía salir algo tan potente?
Fue ahí, en el confinamiento, cuando hice las primeras canciones. Esas primeras canciones forman parte de Parceiros. Cuando las hice fue que recordé que los brasileños dicen parceiro cuando los compositores se juntan para escribir una canción, y que eso en realidad era un trabajo de parcería y que si lo ampliaba, podía ser un proyecto. Empecé a trabajar en la ampliación. Con más artistas, escribiendo canciones con la idea de luego grabarlas. Así fue que nació Parceiros. En el momento de publicarlo, fue cuando decidí que en vez de hacerlo todo junto, lo fuéramos mostrando al público dividido en volúmenes. Editar la totalidad del proyecto durante un año y medio pero irlo haciendo de manera escalonada.
La dinámica de creación ha consistido en que en unos casos usted daba a los artistas que han colaborado la melodía y en otros la letra. ¿Diría que disfruta más haciendo la letra o las melodías?
Lo normal es que yo haga las dos cosas. Disfruto ambas por igual. En este caso, como se trataba de dividir en dos mitades la canción, en la gran mayoría de las canciones de Parceiros yo hago la letra. Y yo le doy a elegir a las personas. Después hay una parte en la que son los artistas los que me han dado una letra a mí y yo le he puesto música. Por ejemplo, en el caso de El Kanka, de Ismael Serrano o de Javier Ruibal. Pero bueno, yo disfruto de la misma manera. Estoy acostumbrado a hacer letras y música, con lo cual me desenvuelvo más o menos de la misma forma.
A Cruz Cafuné, por ejemplo, le pasó una melodía que estaba más adaptada a su estilo y creo que fue él mismo el que le dijo que quería hacer algo distinto. Y así salió esta especie de bolero urbano que es Con los dos en la cabeza. ¿Le ha pasado esto con algún otro artista?
No. Normalmente les he dado a elegir. Con muchos de los artistas con los que he trabajado, ya había trabajado antes, ya los conocía. A Cruz también, pero digamos que hemos trabajado mano a mano por primera vez aquí. Y sí, efectivamente, había que buscar un sitio por el que tirar. Yo primero le pasé una idea más cercana a lo que él hace habitualmente y me dijo que prefería que lo lleváramos a otro terreno que no fuera tan habitual para él. El caso de Cruz es diferente a todos los demás. Él es autor de la letra y de la música, de la parte que canta él. Y yo soy autor de la letra y de la música de la parte que canto yo. Me mandó como un bolero urbano, me gusta llamarlo así, y yo lo que hice fue hacer como una versión mía, con mi lenguaje y mi manera de componer y de trabajar. Y así salió esta canción, que es como si fuera la mezcla de dos.
Me imagino que con algunos artistas habrá tenido que trabajar en la distancia. ¿Cómo ha sido este proceso?
Lo de componer es más llevadero. Yo les envío la letra y espero a que ellos me manden la música. Cuando ellos me mandan la música, podemos tener una fase de cambiar o modificar alguna cosa. Generalmente no ha tenido que ser así. Yo he recibido las músicas y a partir de ahí ya me he puesto a trabajar en lo que son los arreglos y la integración de la canción en el proyecto global.
¿Y para grabar?
Afortunadamente, la gran mayoría del trabajo se pudo grabar de forma presencial. Excepto algunos casos en que los que la gente vive en América y por lo que sea no pudimos coincidir. Es el caso de Bunbury, el de Juan Luis Guerra o el de Juanes. Ellos grabaron las voces en sus países y me las enviaron. Pero, por ejemplo, Andrés Calamaro grabó en Madrid. Todos los demás, Coque Malla, Amaral, Víctor Manuel y Ana Belén…, todos hemos grabado juntos, hemos estado en el estudio. Para algunos de ellos incluso ese día ha sido un día de trabajo en el estudio con la canción, grabando, usando las voces. Ha sido un trabajo que, por suerte, se ha podido hacer bastante de manera presencial.
¿Diría que este encuentro en el estudio con la otra persona después de haber trabajado en conjunto ha sido lo que más has disfrutado de este proceso?
Pues sí, probablemente sí. Tener esa posibilidad de encontrarnos y pasar ahí unas horas juntos trabajando sobre la canción y tener un contacto personal y directo probablemente es lo que más se disfruta al final.
A Parceiros lo ha definido como el proyecto más ambicioso que ha hecho, triple disco y cinco años trabajando. Hay una mezcla de estilos y también de generaciones. ¿Qué diría que es lo que más has aprendido de este cruce generacional?
He aprendido todo y he sacado algo de cada uno de ellos. Creo que esto ha sido una muy buena idea y creo que la respuesta que he obtenido del otro lado ha sido increíble. Ha sido muy trabajoso. Han sido muchos años con lo mismo. Me llevo un cachito de cada uno de ellos que ya queda para siempre y que intentaré, de alguna forma, aprovechar e integrar en mi forma de entender este trabajo.
Para los tres volúmenes ha elegido a distintos artistas que admira. Seguro que todavía le queda gente pendiente. ¿Habrá Parceiros 4?
No, no, Parcerios 4 ya no se va a dar. Es posible que a partir de ahora vaya sacando canciones que funcionaran como bonus tracks o algo así. Canciones con otros artistas que de pronto se puedan ir integrando al proyecto. Pero ahora no. Ahora mismo mi cabeza está en la gira, en todo el trabajo que vamos a hacer este año presentando el proyecto. Mi cabeza ya está en otras cosas que sucederán. Creo que lo de Parceiros debe descansar durante un tiempo.
Respecto al tema de los duetos, usted ha dicho en alguna ocasión que no ve España como el lugar más idóneo para la composición en conjunto, que en Latinoamérica se hace más piña. ¿Por qué cree que ocurre esto?
No lo sé, son formas de ser, de entender la vida. La verdad que aquí sí, hay gente que hace piña. Pero yo siento que en América es más habitual esto de juntarse, escribir una canción, cantarla, trabajar juntos. En España cada uno va más por su lado, en general. Hay mucha gente que colabora también, pero sí, son formas diferentes de ser y de entender el mundo, la vida y lo que sea.
Yéndonos al concierto que dará el 24 de mayo en el Auditorio Alfredo Kraus, ¿puede hacer algún adelanto de los artistas con los que compartirá escenario?
Van a estar Conchita y Andrés Suárez. Y voy a cantar canciones de Parceiros, pero también voy a cantar canciones de mi repertorio más habitual. También voy a estar con la banda. Será un concierto con banda.
Hablando del resto de su repertorio, este año se cumplen los 30 años de Golosinas. ¿Cómo se siente con esta cifra tan redonda?
Hombre, está bien, me siento bien. Son muchos años. El tiempo pasa volando. Efectivamente ya son 30 años de que hice el disco Golosinas. Son 30 años de mi carrera en solitario. Está mi carrera anterior, los 10 años que hice en Canarias, con el Taller Canario, donde yo empecé al principio de todo. Pero desde que decidí ir a vivir a Madrid, pues son 30 años que se cumplen ahora. Son 30 años del disco Golosinas que culminan con la edición de Parceiros. Son 30 años sin parar de trabajar, sin parar de hacer discos. Creo que el balance de todo esto es súper positivo.
Treinta años en los que una de las enseñanzas que se ha llevado, en sus palabras, es la de escuchar la música sin juzgar. ¿Cómo diría que ha llegado a esta capacidad?
Porque con el tiempo he aprendido que esto también es un oficio y un trabajo. He aprendido a respetar el trabajo de los demás, aunque el resultado no esté en el lugar donde a mí más me gusta estar. Pienso que hay un respeto porque la gente trabaja. A veces trabajamos duro para conseguir las cosas y para hacer las cosas. Creo que hay que tener una mentalidad abierta. Si esto no me gusta, no pasa nada, yo no lo escucho. Pero igual sí que hay que tener curiosidad por escuchar todo. Intentar escuchar lo máximo posible porque siempre hay cosas de las que aprender y cosas superinteresantes en cualquiera de los géneros en los que te puedas mover.
En todos estos años de carrera, ¿ha desarrollado algún ritual que haga antes de subir a las tablas? Aunque me imagino que ya no se pondrá nervioso.
Nervioso sí que me sigo poniendo. Y no. Mi ritual es el no ritual. Más allá de que antes de subir al escenario intentas tener por lo menos 10 o 15 minutos en el camerino para centrarte un poco en el concierto. Pero no, no soy amigo de los rituales. Ni antes ni después.