El proyecto social y musical Barrios Orquestados, una iniciativa sin ánimo de lucro que democratiza el acceso a la cultura de 1.768 personas, lucha frente a una grave crisis financiera que amenaza con su desaparición. La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias ha asumido una parte de la deuda existente, mediante una subvención de 350.000 euros, lo que supone para la organización una «bomba de oxígeno».
Esta subvención mitiga gran parte del déficit, pero no lo resuelve: la organización sigue necesitando más financiación estable y un plan de austeridad para garantizar su supervivencia. El presupuesto anual de Barrios Orquestados destinado a la ejecución de su programación supera el millón de euros, una cifra que refleja su impacto social —con una plantilla de 40 trabajadores que se desplaza entre 13 sedes de barrios periféricos de Gran Canaria, Fuerteventura, Tenerife y Lanzarote— como su dependencia de ayudas públicas y privadas.
Campaña pública
Ante la situación límite que atraviesa la iniciativa, el fundador y director de orquesta, Jose Brito, impulsó la puesta en marcha de una campaña de micromecenazgo para la recaudación de 120.000 euros, mediante un llamamiento público realizado a través de redes sociales que ha puesto en alerta a la ciudadanía e instituciones. «Uno apura hasta el final la toma de la decisión, pero extenderlo más podía suponer la extinción del proyecto», resume Jose Brito.
Las gestiones para la tramitación y percepción de la ayuda comenzarán a efectuarse después de Semana Santa y estarán coordinadas por el consejero de Educación, Poli Suárez, junto a un equipo de técnicos. «Querría que esa subvención llegara mañana mismo, porque la situación es asfixiante y los trabajadores llevan tres meses sin cobrar sus nóminas», señala Brito con urgencia por restituir de liquidez a la organización.
Hasta este sábado por la tarde, el proyecto ha logrado alcanzar 17.682 euros, lo que supone un 15% del objetivo total, mediante 279 donaciones realizadas a través de la plataforma gofundme. La entidad estudia otras medidas para la captación de recursos económicos a través de pequeñas aportaciones, como un concierto benéfico, o solicitar la convocatoria a otras ayudas públicas de concurrencia competitiva.
Aunque la inyección de 350.000 euros supone una «válvula de oxígeno» a una situación de incertidumbre, Brito reconoce que «esto no soluciona toda la problemática del proyecto». Los responsables de la organización enfatizan la necesidad de que, además de esta ayuda puntual, se reestructure el sistema de financiación para proyectos culturales en Canarias.
La asociación rema a favor de una enmienda para cambiar el curso del soporte financiero del proyecto mediante la aprobación de una enmienda que garantice «un dinero recurrente que se reciba de manera tácita». «Si este proyecto es de carácter público, como demuestra la sociedad con la buena acogida a la campaña de crowdfunding, el Parlamento de Canarias debe mover ficha y permitir una enmienda que de solidez a los recursos humanos y los gastos del traslado, siendo un proyecto regional», manifiesta su fundador.
Figurar en la lista de ayudas no nominativas, unidas a la incapacidad de Barrios Orquestados de optar a una subvención plurianual se postulan como algunos motivos que reclaman desde la asociación. «Compites igual si presentas un proyecto por primera vez, que si llevas 13 años con él. Cada año cambian los indicadores y muchas veces estos no hacen justicia a un proyecto transversal y multidireccional como Barrios Orquestados», apunta Brito.
La situación «dolosa» y «sangrante» que enfrenta la onegé comenzó con la retirada una serie de subvenciones recurrentes que alcanzaban los 300.000 euros. Este problema «estructural», según Brito, «no implica a colores políticos y hemos sido conscientes del problema cuando ha terminado el año».
Actualmente, el coste de mayor importe es el de la plantilla, que ha renunciado a su salario de los últimos tres meses, además del mantenimiento que conllevan las instalaciones en las que operan, cuantificado en 40.000 euros.
Para Brito, las oenegés similares a Barrios Orquetados «están sometidas a un estrés permanente», que no tiene en cuenta la trayectoria cultural a la hora de concurrir a una ayuda pública. En lo que respecta al proyecto, Barrios Orquestados se fundó el 9 de abril de 2012.
Con el objetivo de evaluar la profundidad del agujero económico, la organización llevó a cabo un ejercicio presupuestario con un desglose prolijo de los gastos destinados a los 162 barrios pertenecientes a cuatro islas del Archipiélago y los programas ejecutados.
Algunos de los barrios periféricos grancanarios en los que el proyecto desarrolla su actividad son Jinámar, el Cono Sur de Las Palmas de Gran Canaria, Tamaraceite, el Risco de San Nicolás, el Cruce de Arinaga. También en los barrios tinerfeños de La Cuesta, Finca España u Ofra y en los lanzaroteños de Argana y Altavista.
«Por primera vez en 13 años, la reducción nos hizo soportar una mochila cargada de piedras», subrayan desde Barrios Orquestados. Durante estos últimos cuatro meses, la asociación se ha reunido con administrativos, gestores y políticos de todos los niveles para buscar una solución a este problema «estructural».
Concierto benéfico
Entre los cantantes «con gran poder de convocatoria» con los que se ha iniciado conversaciones para que puedan participar en un futuro concierto celebrado en el Gran Canaria Arena con artistas de la talla de Quevedo y el grupo Efecto Pasillo. «Sabemos que es complicado, pero estamos todavía contactando», apunta Brito.
Actualmente, el modelo por el que se sustenta Barrios Orquestados recurre a una financiación mixta, con aportaciones de entidades públicas y privadas. Algunas de las entidades que apoyan el proyecto son la Fundación DISA, Fundación La Caixa, La Caja de Canarias, Catalina Plaza Hotel Sostenible, Binter o la SGAE, entre otras.
Barrios Orquestados es un proyecto social y pedagógico que ofrece formación musical y gratuita a jóvenes y ha sido ampliamente alabado, con recogimientos como el de otorgado por Felipe VI, que en 2019 condecoró con la Orden del Mérito Civil en el Palacio Real de Madrid. El programa de la organización se centra en el aprendizaje de instrumentos de cuerda y en el desarrollo de habilidades musicales, al mismo tiempo que enseña valores a los jóvenes como el trabajo en equipo y la disciplina.
José María Barrera y su hijo Jorge, un adolescente con síndrome de Down, suponen dos ejemplos entre las 1.768 historias humanas que este «proyecto integrador» arropa actualmente. La andadura de ambos como beneficiarios de Barrios Orquestados comenzó hace seis años, especialmente dentro de los grupos de canto y el coro de padres en la sede de Tamaragua —fusión de los centros de Guanarteme y Tamaraceite—. «Jorge ha evolucionado mucho y ahora está más contento, quiere cantar, tocar y estar en el grupo. A mí esta iniciativa me ha dado vida casi a los 70 años», se sincera Barrera.
Sobre la labor pedagógica que realiza la iniciativa, Barrera explica que las clases inculcan cultura de la disciplina y esfuerzo en los jóvenes. Además de brindarles la oportunidad de interpretar en grandes recintos isleños como el Auditorio Alfredo Kraus en Las Palmas de Gran Canaria y el Auditorio de Tenerife en Santa Cruz de Tenerife, Barrios Orquestados ha realizado giras europeas por París, Londres, Suiza y Ámsterdam. «Las desigualdades sociales que podemos padecer en otros colectivos, todos somos uno», resume.
«No me parece bien que este tipo de proyectos realizados en Canarias por músicos isleños, se desatiendan por parte de las vías públicas y privadas. Pienso que incluso debería tener una mayor acogida, alcanzar a más gente», concluye Barrera.