El creador de origen zaragozano Gustavo Giménez llega a Tenerife por primera vez para participar en el festival de teatro contemporáneo Encuentros y ofrecerá el sábado 12 de abril y el domingo día 13 dos funciones de bebébestia en el Teatro Victoria de Santa Cruz de Tenerife. El espacio chicharrero se convierte una vez más en el epicentro de la creación contemporánea, con piezas arriesgadas que llegan desde diferentes partes de la geografía española.
«Una propuesta primitiva». Eso es lo que promete Gustavo Giménez para el público que acuda a disfrutar de bebébestia en la doble función tinerfeña, una creación que «puede resultar familiar y al mismo tiempo sorprendente». Se trata de una creación que gira alrededor de la voz, que trata de superar el espacio escénico para llegar al público y crear emociones más allá de la propia vista del espectador.
La palabra
De este modo, lo sonoro, lo corporal y lo animal se funden en una performance que desafía las fronteras entre lo humano y lo bestial. Gustavo Giménez lleva al público a explorar los límites de la oralidad, a través de una propuesta que va de la narración poética, a la polipoesía y la palabra hablada, la música experimental y la psicodelia. Es una construcción en directo de paisajes sonoros y universos sugerentes. «Un viaje que lleva por hilo la poesía de la voz, donde el texto deviene pretexto, la palabra se posa a espaldas de lo inefable y el aire se hace onda», reza el creador.
Giménez lleva años dedicado al mundo de la voz. Comenzó formando parte de diferentes bandas pero reconoce que «siempre me han interesado cosas que se salen de la música al uso» y por eso fue descubriendo las posibilidades de la poesía y la palabra. «He ido caminando hacia algo más esencial, hacia el sonido», concluye.
Humildad
A pesar de la «humildad» de la propuesta, bebébestia ha recorrido ya numerosos escenarios. Gustavo Giménez solo ante el público, al que no le pide nada pero del que al mismo tiempo espera su atención. «Me gustaría lograr que reaccionen», reconoce zaragozano, quien asegura que esta propuesta «o gusta mucho o no gusta nada».
Imágenes del festival. / El Día
El protagonista explica que este proyecto es posible gracias al director de la misma, Karlos Herrero, en quien él confió para que diera forma a una función en la que poder explorar los límites del sonido y su voz. Otra de las raíces de la idea se sitúa en el pasado del propio Giménez como técnico de una compañía de titiriteros. «Ellos realizaban el mismo espectáculo durante toda su vida y yo siempre he deseado tener un espectáculo así», indica.
Instrumento vocal
Al músico le gusta definir bebébestia como una «rapsodia contemporánea» porque «es flexible y se adapta a las circunstancias, también al público». Así, cuenta con un largo repertorio que despliega según las circunstancias. Pero estos aspectos no siempre tienen que ver con los espectadores que acuden a una función, sino con su propia evolución, como persona y como artista: «Hay cosas que no he dejado de hacer a lo largo de estos años y hay otras que hago que han adquirido nuevos significados».
La evolución de su propia voz ha ofrecido también diferentes matices a la propuesta porque, reflexiona el creador, «además de que cada vez uso mejor mi voz, porque la uso mucho, también ha ido cambiado porque me hago mayor».
La voz es un instrumento muy sensible. Y eso lo sabe bien Giménez que es consciente de que la actitud con la que salga al escenario va a marcar el ritmo de cada nueva función. «La voz es una cosa infinita», y eso provoca que su propuesta en el marco de las artes vivas sea siempre diferente.