En esta película sobre el desarraigo y cierto pánico tanto a la vida que se tuvo como a la que se va a tener, Mario Casas encarna a un hincha del Espanyol que, tras asistir con sus amigos a un partido de fútbol en Utrecht, decide quedarse en la ciudad neerlandesa sin dar explicaciones a nadie ni ponerse en contacto con su familia en Barcelona. El partido europeo de futbol no tiene más incidencia, es el pretexto para dibujar el retrato de un personaje que apenas sabe lo que quiere y que vivirá en una ciudad bien distinta, social, cultural e idiomáticamente, una experiencia tan dura como reveladora, sin casa, dinero, trabajo ni amigos. El personaje que interpreta David Verdaguer, un ‘exiliado’ nada romántico como él, actúa de puente y de reflejo en esa transformación hacía quien sabe dónde.
Como ya han hecho en el cine estadounidense Robert Pattinson y Kristen Stewart, desligándose de su imagen ‘mainstream’ en la saga ‘Crespúsculo’ a través de filmes y directores mucho más personales, Mario Casas sigue en su trayecto firme por salir de la zona de confort y abrazar nuevas causas y proyectos cinematográficos. Quizá sea la de ‘Molt lluny’ una de sus mejores interpretaciones, pues transmitir en pantalla la deriva de su personaje de manera convincente es cualquier cosa menos fácil.