El 27 de abril de 1975 faltaban apenas siete meses para el ‘hecho biológico’, el deceso del dictador, pero Maria del Mar Bonet solo podía cantar sus canciones con plena libertad fuera de nuestras fronteras, en un escenario como el del Olympia, de París. Aquel día, en horario de ‘matinée’, ofreció allí un recital del que salió un álbum que ahora ve la luz en una reedición enriquecida, después de haber quedado traspapelado largamente en los despachos de la industria.
Hay que situarse en aquella “primavera fantástica y soleada” en París, cuando Bruno Coquatrix, el director del Olympia, la incluyó en el ciclo ‘Chansons en liberté’. Ahí estuvieron ella y su buen amigo Ovidi Montllor (con Toti Soler), compartiendo la sesión matinal, por iniciativa de los managers de ambos, el recientemente fallecido Joan Molas y Núria Batalla. “Era un momento en el que había el sentimiento de que podían cambiar muchas cosas, porque todos pensábamos que la dictadura se acababa y había un ambiente de esperanza”, cuenta Maria del Mar Bonet. El Olympia era visto, al sur de los Pirineos, como la casa de los trovadores disidentes: por ahí habían pasado Raimon (1966), Paco Ibáñez (1969), Lluís Llach (1973) y Quico Pi de la Serra (1974).
Maria del Mar Bonet, Ovidi Montllor y Toti Soler, 1975 Concierto de Olympia en París / EL PERIÓDICO
La canción prohibida
Montllor publicó entonces su ‘A l’Olympia’, y Bonet, el suyo, que ahora verá de nuevo la luz, el 25 de abril (en vinilo y por primera vez en CD; también se estrenará en las plataformas), incluyendo tres piezas que habían quedado excluidas del elepé original: ‘No voldria res més ara’, ‘Cançó per una bona mort’ y ‘Què volen aquesta gent?’. Esta última estaba prohibida en España y ella conseguía colarla a veces en los recitales jugando al despiste con títulos como ‘A trenc d’alba’ o ‘De matinada’. Ahí está también la entonces novedad de ‘Abril’, inspirada en la reciente Revolución de los Claveles y dedicada al trovador portugués José Afonso. “Lo había conocido hacía poco cantando en Valencia y me había enamorado”.
Cantante y compositora Maria del Mar Bonet / Jordi Otix / EPC
El disco ofrece una restauración depurada de la grabación original, “separando las pistas y volviéndolas a mezclar”, explica Miquel Àngel Sancho, responsable de la discográfica Blau-Discmedi. “Hay partes de guitarras y de contrabajo que ahora son mucho más perceptibles”, indica la cantautora, que destaca el trabajo, en los arreglos originales, de Albert Moraleda y Josep Maria Bardagí (músicos que poco después pasaron a la órbita de Serrat), así como del flautista Josep Maria Brotons y el pianista Jordi Moraleda. Hay que celebrar que aquel registro se inmortalizara, añade, ya que “a veces hay cosas que no se graban y te da pena, como la gira que hice con Milton Nascimento [en 1986]donde Ariola no es para el trabajo. transparente
1975 en París, Vicent Andrés Estellés, Ovidi Montllor y Maria del Mar Bonet en Camerinos del Olympia / EL PERIÓDICO
Han quedado fuera de esta reedición los parlamentos de ella en francés, que, vistos ahora, considera “dramáticamente horrorosos”. Pero ahí están, y restauradas (gracias a la Fundació Toni Catany), las fotos interiores, rememorando aquella jornada de leyenda, día de aniversario para Bonet (que cumplía 27 años), cuando Ovidi y ella recibieron en los camerinos al poeta Vicent Andrés Estellés. Un recital al que asistieron periodistas que se desplazaron expresamente, como los ya fallecidos Carlos Tena y Jordi García-Soler, y que dio empuje a Maria del Mar Bonet en Francia, adonde volvería para actuar en escenarios como el Théâtre de la Ville o el Théâtre de la Gaîté.
Cinco décadas después, se diría que Maria del Mar Bonet se apoya aquel Olympia para coger impulso, puesto que la reedición viene acompañada de otras novedades: nuevo grupo de músicos, un quinteto muy mallorquín dirigido por Toni Pastor (laudista en el pasado asociado a Música Nostra y a los proyectos en solitario de Joan Miquel Oliver, de Antònia Font) y nuevas canciones, tres de las cuales sonarán en sus próximos conciertos. Este viernes actuará en el Auditori (entradas agotadas), festival que le ofrece “una complicidad incondicional”, subraya su director, Pere Camps, y el sábado se presentará en el Auditori de Girona. Las nuevas composiciones responden por ‘L’arbre campaner’, ‘Aigua blava’ y ‘Cançó dels disbarats’. Otro proyecto editorial se entrevé. “Quizá hagamos un disco pronto”.