A partir del 10 de abril, China impondrá una tarifa del 34% sobre todos los bienes de EE. UU. En represalia por las tarifas de «reciprocidad» de los Estados Unidos anunciadas el 2 de abril.
El Ministerio de Comercio de China ha propuesto estas medidas para «proteger mejor los intereses nacionales».
La tarifa adicional del 34% en todas las importaciones de EE. UU. Es una medida sin precedentes. Beijing señaló toda la economía estadounidense y fortaleció sus medidas al colocar los controles de exportación en varias compañías o incluirlos en la lista negra.
Otra medida importante son las restricciones a la exportación de tierras raras críticas para la electrónica militar, como el terbio y la disposición, que se utilizan en baterías para vehículos eléctricos y sistemas de orientación. Esta es una amenaza directa para los sectores de tecnología, defensa y energía de EE. UU.
Una subida sin precedentes
Este es un punto de inflexión histórico en la Guerra Comercial, que no ha tenido precedentes desde principios del siglo XX. Cientos de miles de millones de dólares están amenazados.
Las consecuencias aún no se esperan. En Wall Street, las acciones de China colapsaron en un 8,9%, la primera vez desde octubre de 2022.
En el sitio, las empresas se están adaptando, y algunas ya están acelerando su transferencia de producción a Vietnam, México o India. Este movimiento refleja la aceleración de la desconexión de los dos gigantes y la reconfiguración duradera de la cadena de suministro del mundo.
Las tensiones han tenido un impacto tangible
Primero, para los consumidores estadounidenses: los aranceles significan impuestos de importación. Como resultado, aumentó el precio. Los iPhones cuestan más de $ 2,000, con más de 50,000 vehículos eléctricos … y hay presiones directas en áreas clave como textiles y electrónica.
También para China, el golpe es real. Los exportadores, que se ha debilitado por la desaceleración, están viendo cómo está disminuyendo su competitividad. Impacto de la incertidumbre en los mercados emergentes: los inversores revisan sus posiciones, especialmente en tecnología, y huyen de los activos considerados demasiado involucrados en esta guerra comercial.
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Países como Vietnam se benefician de la retirada de las empresas chinas y ahora se ven afectados por los recargos estadounidenses. Incluso a nivel estratégico, esto los lleva a Beijing. Xi Jinping se está aprovechando de esta situación: este mes asumirá un viaje diplomático en Vietnam, Malasia y Camboya …
Con el aumento de las barreras comerciales entre los dos poderes más grandes del mundo, el riesgo de una desaceleración económica global o incluso una recesión tecnológica es muy real.
Esta guerra comercial ya no es solo un problema fiscal. Es parte de la competencia estratégica a largo plazo, y está redefiniendo el equilibrio del comercio mundial … y tal vez en el futuro será la alianza política del mundo.
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