La sencillez y belleza de la propuesta artística de Eladio de la Cruz (Tenerife, 1934–2023) se puede contemplar estos días, y hasta el próximo 19 de julio, en la lagunera Fundación Cristino de Vera-Espacio Cultural CajaCanarias. Eladio de la Cruz. Noble sencillez y serena belleza es el título de esta muestra integrada por 18 esculturas realizadas en madera, bronce, piedra natural y artificial entre los años 1960 y 2010. Pertenecientes a la familia del autor, a colecciones privadas y al Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, estas piezas recorren los temas que más interesaron al artista a lo largo de su existencia: el cuerpo humano y las diferentes facetas de la vida de la mujer.
Fernando Castro Borrego es el comisario de esta exposición y durante su inauguración habló de «la condición excepcional» de este creador que «se mantuvo al margen del mercado del arte». Castro Borrego ha sido el comisario de la mayoría de muestras de arte canario que se han desarrollado en el extranjero y «nunca hubo consenso entre artistas y crítica sobre la obra de Eladio», por lo que concluyó que esta muestra se convierte en «una especie de reparación» hacia el artista.
Habló sobre la propuesta artística de Juan de la Cruz, quien «nunca quiso trabajar acorde a las modas ni el momento que le tocó vivir, y por eso huyó de la abstracción». El comisario consideró que «nos encontramos ante una obra a contracorriente y para la que hace falta una gran fuerza interior». En este sentido, la serenidad y el clasicismo se convierten en constantes en las piezas del tinerfeño.
La hija de Eladio de la Cruz, Carmen Rosa González Arceo, habló del artista desde un punto de vista más personal y alabó su visión ecologista, pacifista y humanista. «La figura humana era su principal objetivo, y sobre todo la imagen femenina. Creo que eso se debía a que perdió a su madre cuando era pequeño y se quedó con las ganas de sus besos y sus abrazos», relató y añadió que fue «generoso y solidario porque nunca olvidó las penurias que vivió cuando era joven, por eso afirmaba que la felicidad es un estado del alma y que no puede proporcionar ningún objeto o bien material».
La presidenta de la Fundación Cristino de Vera-CajaCanarias, Margarita Ramos, explicó que esta muestra viene a responder al deseo de la institución de «destacar la labor de artistas canarios que no han sido reconocidos como deberían». En el caso de la obra de De la Cruz, afirmó que, «por su extrema sencillez, se trata de una propuesta de gran valor» y celebró que consagrara su vida a la escultura, la labor plástica y la docencia.
Ramos rememoró los inicios del escultor, quien siendo niño veía a Enrique Cejas Zaldívar trabajar en su taller, y destacó cómo supo plasmar la figura de la mujer en las diferentes etapas de su vida, así como el papel de la maternidad, que tanto trató.
Según su hija, Eladio de la Cruz mostró su preocupación por la conservación de su obra, que quería que fuera expuesta tras su muerte. «Ahora su deseo se está cumpliendo y espero que esta exposición no sea la última, sino un amanecer de su obra, que espera ser mostrada».