Convénzame de que 43 películas no son demasiadas para la sección oficial de un festival de cine.
Todo depende del punto de vista del que lo analices: si lo analizas desde el punto de vista de los productores, son suficientes; si lo haces desde el del público, los espectadores todavía querrían más; si lo miras desde el de la prensa, sí, probablemente sean muchas. Pero yo tengo que analizar la cuestión desde una perspectiva global, así que intento buscar un número de películas que permita tener una Sección Oficial a Competición razonable, un poco alta pero razonable, y luego, en ese sentido de utilidad que buscamos tener para el sector, dar visibilidad a todas esas otras películas que han merecido nuestra atención en ese apartado no competitivo de la Sección Oficial. Pero otros festivales tienen números de películas totales muy similares al nuestro, lo que ocurre es que las distribuyen en secciones con otros nombres pero que, en el fondo, son una sección oficial fuera de competición.
¿Y por qué aquí ese off concurso no tiene otra denominación?
La tuvo: Málaga Premiere. Y nadie se quejaba entonces de que se programaran muchas películas.
Porque es una situación diferente: hablábamos de preestrenos amparados por el Festival; al incluir una película en su Sección Oficial, se eleva su categoría y el aval del certamen.
Los productores nos comentaban que el concepto Sección Oficial, incluir la Biznaga en el cartel, aunque pusiera fuera de competición, les servía mucho más a la hora de la promoción. Yo escucho mucho al sector, intento materializar lo que me sugiere en la medida de lo posible, y a raíz de esos comentarios iniciamos un proceso de reflexión. Al final, ¿qué es lo que diferencia a las películas a concurso de las de fuera de concurso? Simplemente que unas pasan por un jurado, que decide los premios, y las otras no; pero nosotros pensamos que también los largometrajes que no son evaluados por el jurado deben tener todo lo demás, desde la marca Sección Oficial, hasta la alfombra roja, pasando por el junket de prensa… Una atención importante para que de aquí las películas, todas, salgan reforzadas, y que el cine español siga tocando nuestra puerta y que podamos cimentar aún más firmemente el hecho de que éste es el festival de cine español.
¿Pero no devalúa un tanto la imagen, la marca Festival de Málaga que una cinta como La familia Benetón pasee su logotipo en su cartel?
Parto de la base de que todas las películas que están en Sección Oficial, sea a competición o fuera de ella, tienen unos niveles de calidad que nosotros defendemos. Nosotros sacamos pecho por todas y cada una de las películas que seleccionamos. A partir de ahí no me inquieta que a alguien no le pueda gustar alguna de esas películas; creo en el justo equilibrio de las cosas que buscamos en el Festival, que está por encima de gustos y de colores. Lo he dicho muchas veces, nuestra singularidad es la generalidad. ¿Por qué no podemos ser la casa común del cine español? Sé que esto de lo que hablo, analizado desde el sentido más elitista del cine, puede resultar cuestionable, pero desde el punto de vista del sentido práctico y de la utilidad que un evento debe tener me parece razonable y justificable. Y la verdad es que todo el sector nos dice: «Qué bien que seáis capaces de programar una película de autor y también una comedia comercial».
Juan Antonio Vigar, director del Teatro Cervantes en la capital, y director del Festival de Música de Malaga / / Álex Zea
¿Tanto cuesta decir «no» a una película?
Muchísimo. Este año hemos visto casi 200 películas españolas y hemos seleccionado 15 en competición y 17 fuera de concurso, así que aún nos han quedado por atender 180 películas. Para mí es muy importante no perder de vista un hecho: detrás de una película hay muchas cosas, un equipo humano que ha puesto todo lo mejor que tiene, toda la ilusión, su profesionalidad, se ha invertido dinero… Nos duele y nos cuesta mucho decir «no» pero no nos queda más remedio. Y con la misma actitud recibimos el «no» de productores que, por diferentes razones, de producción, de estrategia, de conveniencia y oportunidad, deciden no venir a Málaga. La palabra no no es una palabra que haya que cultivar pero que existe y con la que hay que convivir.
Uno de los daños colaterales del crecimiento de la Sección Oficial está en las secciones más arriesgadas y difíciles del certamen, como ZonaZine o Documental, que quedan un poco en sombra.
No estoy de acuerdo. El gran asunto a la hora de gestionar un festival es tener una visión global sin homogeneizar, porque hay gente que viene a Málaga con intereses industriales, público sin más, estudiosos, gente joven que quiere conocer a actores y actrices… Es un ecosistema muy interesante de analizar pero que requiere una toma de decisiones que probablemente no termina de convencer a todos pero que debe buscar un conjunto suficientemente atractivo para todos. Conforme a lo que me comenta de ZonaZine y Documental, tenemos que mirar los números de asistencia a las salas, y los números nos indican que ambas secciones tienen públicos fieles y amplios.
Pero las películas no vienen a Málaga sólo para que se exhiban aquí; buscan una cámara de eco, una tracción que impulse su carrera comercial y su repercusión. Desde hace varios años agentes de prensa confiesan que es muy difícil buscarles un hueco a sus productos en los medios porque la oferta de contenidos es muy grande y los títulos más humildes se resienten.
No es un problema del Festival que los medios carezcan de suficientes recursos humanos para cubrir un evento de esta naturaleza; es algo no se le plantea a festivales de primerísimo nivel como Cannes, Berlín o San Sebastián, a ellos no se les comenta que hay demasiada actividad porque normalmente se articulan mecanismos para que haya más recursos para cubrir su conjunto de programación. Por otra parte, conscientes de que puede darse esa circunstancia, desde el propio Festival, estamos haciendo equipos de trabajo que faciliten toda una serie de recursos informativos para nutrir a los medios que no tengan capacidad y evitarles a esos títulos la sensación de que no reciben la cuota informativa deseada. En cualquier caso, volviendo a ZonaZine, han venido y siguen viniendo películas muy interesantes, como este año, que seguramente tendrán eco y saldrán reforzadas de Málaga..
Pero un ejemplo que puede resultar significativo: en la nota de prensa que facilitó el Festival tras la presentación de contenidos de la edición no se incluían los títulos de esa ZonaZine.
Pues eso es algo que tendremos que corregir…
Juan Antonio Vigar, director del Teatro Cervantes en la capital, y director del Festival de Música de Malaga / / Álex Zea
A eso iba: una nota de prensa puede tener una extensión de una página o dos o sólo tres párrafos, y ello no depende de si hay tres o 100 personas trabajando en el gabinete de prensa; en este caso se eligió un formato en que no se especificaron los títulos de ZonaZine. En este sentido, mi sensación, y la de compañeros de otros medios, de que una abultada Sección Oficial opaca otros apartados no deriva de nuestros efectivos a la hora de abordar la cobertura sino del hecho de que, simplemente, la gran dimensión de Oficial termina haciendo sombra a otros apartados menos llamativos pero necesarios.
Es una sensación que personalmente no comparto. Dada la diversidad de contenidos que ofrecemos y de intereses que se concitan estoy seguro de que hay medios que vienen sólo para asistir a las sesiones de ZonaZine, otros sólo para las de Documental y otros para las de Cortometrajes.
Vamos con el otro gran tema de este año: se ha superado la paridad y en esta edición compiten más directoras que directores. El Festival siempre ha animado este hecho, ¿ha costado mucho?
Me quedo con eso de animar… Porque, como en las reacciones químicas, no intervenimos en el proceso salvo para acelerarlo. En ese sentido, Málaga ha sido un gran catalizador de una tendencia real del cine español: cada vez hay un mayor número de películas dirigidas por mujeres; el año pasado fue de un 35,5%, por lo que queda camino por recorrer. Pero quiero ser honesto: este año nos pusimos a ver películas sin más criterio que el de la calidad y cuando terminamos de verlas todas nos dimos cuenta de que lo mejor que habíamos visto estaba dirigido por mujeres, por lo que el 60% de largometrajes de Oficial eran de directoras. No sé si esta cifra se repetirá el año que viene pero sí que estamos animando a muchas mujeres a que saquen adelante sus proyectos, los presenten, los veamos… Y estoy seguro de que esa siembra permitirá que a la vuelta de unos años ese 35,5% pueda ser el 50%, que es lo que todos queremos.
¿Pero no cree que ese empeño limita demasiado la personalidad del Festival de Málaga, que lo hace algo previsible? Algunos ya dicen tener claro qué película va a ganar este año, porque se ajusta como un guante al perfil de otras ganadoras recientes…
Nosotros no somos responsables de quién gana las Biznagas sino el jurado. Hay una tendencia generalizada por la que parece ser que se puede dirigir a los jurados según a quien se ponga en ellos; eso no funciona nunca. Un año un determinado productor me inquiría: «Es que tienes que poner a un jurado al que le guste las comedias, las películas comerciales». Le respondí: «No va a servir de nada, pero lo hacemos». Y pusimos a Emilio Martínez-Lázaro [director de títulos tan comerciales como El otro lado de la cama y Ocho apellidos vascos] Como presidente del jurado. ¿Recuerdas la película que ganó el jurado? Summer 1993. ¿Sabes quién es una de las películas más intensas en las películas deliberadas? Emilio.
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