Lo imperfecto, lo efímero, el accidente y lo incontrolable se entrelazan en la propuesta artística del mexicano Bosco Sodi, quien llega por primera vez a Canarias de la mano de la Fundación CajaCanarias. Andares es el título de la exposición que se podrá visitar hasta el próximo 14 de junio en el Espacio Cultural de Santa Cruz de Tenerife. La muestra incluye 55 piezas creadas en los diversos estudios del artista alrededor del mundo, desde los grandes lienzos producidos con materiales orgánicos en Nueva York y Grecia hasta esculturas de barro modeladas en su taller en Casa Wabi, en Oaxaca.
Sodi habla del largo proceso que ha derivado en esta exposición, que comenzó a gestarse antes de la pandemia. Expresa que su propuesta «trata de huir de intelectualidades» y por eso anima al público tinerfeño a «simplemente visitarla y sentirla». Así pues, habla de esta obra realizada «sin pretensiones, tan solo para disfrutarla». Se trata de piezas que ha realizado a lo largo de los últimos diez años, y en las que combina las piedras volcánicas, los sacos pintados y los cuadros. «Son obras que hablan de la naturaleza y de cómo el paso del tiempo y los accidentes pueden ser algunas de las cosas más bellas jamás vistas».
Andares arranca con una estancia en la que toman protagonismo algunas piezas realizadas durante la pandemia. Bosco Sodi explica que pasó aquellas semanas en su taller de Casa Wabi, en Oaxaca, donde habitualmente trabaja el barro modelado: «Pero tardaba mucho en secarse y me aburría. Un día nos trajeron la compra en unos sacos y me interesó mucho lo que podía hacer ellos. Fue así cómo empecé a trabajarlos y en ellos reflejé mis estados de ánimo a diario». A pesar de que fueron meses duros, el artista reconoce que recuerda aquella época «con extremo cariño» porque convivió con unas 40 personas en aquella casa en la que, cuando vuelve, continúa trabajando con los sacos de arpillera.
A continuación, el visitante llega a un espacio dedicado a la naturaleza, donde se pueden contemplar varias piedras de origen volcánico recogidas cerca de Guadalajara. «Me parecen objetos interesantes porque se trata de elementos que no modelo pero que cubro con una pátina de oro y eso provoca que, algo tan simple como una piedra, se convierta en un objeto de deseo», relata el mexicano, quien completa la propuesta con varias pinturas donde predominan los tonos verdes y en las que habla de «la naturaleza y el castigo que le causamos».
La presidenta de la Fundación CajaCanarias, Margarita Ramos, recuerda que para esta entidad es «importante acercar el arte y la cultura a todos los públicos» y celebra la llegada de esta propuesta en concreto, «de indudable valor», precisa. Ramos resume la exposición del mexicano como «un recorrido para celebrar la belleza del hecho accidental, así como la huella del paso del tiempo».
Contemplar el paisaje de nuestra vida. Así resume Margarita Ramos el trabajo del artista mexicano, quien trabaja a caballo entre su país natal, Nueva York y Grecia. La presidenta de la Fundación destaca también la conexión de la obra de Sodi con el contexto canario puesto que algunas de sus piezas emplean rocas de origen volcánico: «Recibimos esta propuesta, que celebra el proceso de impermanencia, como algo cercano a nuestra experiencia vital como isleños».