El Día de las Letras Canarias encumbra sus dos décadas de historia bajo la figura central del eterno poeta, dramaturgo y afilado cronista Alonso Quesada.
El Teatro Guiniguada acogió ayer el acto institucional en el que la Consejera de Cultura del Gobierno de Canarias, Migdalia Machín, recordó la vigencia del pensamiento del escritor y su inconfundible mirada sobre la sociedad canaria. «No solo rendimos homenaje a un escritor excepcional, sino que reivindicamos su capacidad para plasmar, con ironía y sensibilidad, las inquietudes de su tiempo, muchas de las cuales resuenan aún en el nuestro», expresó.
Machín urdió un profundo viaje por la literatura particular de Canarias, en la que Quesada retrató «nuestra identidad como pueblo», y en la que queda de manifiesto cómo la insularidad se configura bajo elementos como «el mar, el mito de Doramas y la propia prehistoria aborigen guanche».
Este reconocimiento institucional a Alonso Quesada, seudónimo de Rafael Romero Quesada, acontece en el centenario de su fallecimiento y en paralelo a su nombramiento a título póstumo como Hijo Predilecto de Gran Canaria. La distinción otorgada por el Cabildo grancanario busca resaltar la relevancia y vigencia de una obra que retrató la realidad social del Archipiélago en el siglo XX, además de cómo esta impactó en la literatura española.
Quesada, cuya trayectoria se vio truncada por su prematura muerte por tuberculosis en 1925, supo captar con lucidez y sensibilidad la realidad social de su época, dejando un legado que sigue siendo objeto de estudio y admiración. La decisión de concederle este título responde al reconocimiento de su aportación a la cultura y a la necesidad de reforzar su presencia en la memoria colectiva de la isla.
El modernismo literario encontró en Alonso Quesada una voz singular dentro del trío literario Generación de los tres, compuesto por Tomás Morales y Saulo Torón. Su estilo, influenciado por las corrientes europeas de la época, conservó siempre un arraigo a la realidad isleña.
Supo tomar elementos de la literatura universal y adaptarlos a su entorno inmediato, consiguiendo un equilibrio entre lo local y lo universal. Sus textos revelan la insularidad como un estado del alma, una condición que se manifiesta en la manera en que los personajes de sus relatos observan el mundo, en la nostalgia que impregna sus versos y en la aguda percepción del tiempo y el destino.
La vida se empecinó en apartarle de la cultura, vocación que le llevó a escribir una de sus obras más conocidas El lino de los sueños. Su pluma supo retratar la realidad insular con un lirismo de hondura innegable, dejando un legado imperecedero en otras obras patrimonio de la literatura canaria como Los caminos dispersos y Poemas de un pueblo.
Carrera truncada
El fallecimiento de su padre obliga a un Quesada veinteañero a ser el sostén de su familia, por lo que empieza a trabajar como contable en la compañía británica Elder Dempster Canary Islands. El ejercicio de su actividad laboral le acerca a la realidad de los ingleses en Canarias, siendo inmortalizada a través de una mirada afilada y socarrona, con el remedo simbólico de la ciudad de Las Palmas materializado en Platanópolis en Banana warehouse. Voluntad extensible a otros textos de la misma naturaleza como Smoking room o Las inquietudes del hall.
Su condición de clase y el descontento que le generaba no poder desarrollar su carrera literaria cómodamente le llevó a retratarse en los versos de El lino de los sueños: «Yo gano el pan de una infeliz manera/ porque yo no nací para estas cosas: / hago unas sumas y unas reducciones; y así me consideran y me pagan», escribió.
En este 2025, además de recordar su figura, el Gobierno de Canarias ha anunciado la reedición de sus obras completas y la creación de materiales didácticos que acercarán su legado a las aulas. «El mejor homenaje que se le puede hacer a un escritor es volver a difundir su obra», afirmó Machín, subrayando la colaboración de la Consejería de Educación para llevar la voz de Quesada a las nuevas generaciones.
En su discurso, Machín recapituló los hechos más insignes de la literatura canaria, que está próxima de cumplir seis siglos de historia. Su origen data en 1447, cuando se escribieron las famosas Endechas a Guillén Peraza, los versos fundacionales de la poesía canaria.
El Día de las Letras Canarias celebra 20 años de recorrido, en el que ha difundido la memoria literaria del Archipiélago, con figuras clave como Tomás Morales, Josefina de la Torre; Rafael Arozarena; Mercedes Pinto o Pino Ojeda, que también ha sido seleccionada por el Cabildo de Gran Canaria como Hija Predilecta.
Tras la intervención de Machín, el encuentro continuó con la escenificación de una selección de textos de Alonso Quesada, a cargo de la compañía Clapso, bajo la dirección de Israel Reyes e interpretados por Mari Carmen Sánchez, Víctor Formoso y Rubén Darío.