Las tres muertes de Sarah Colbert es la primera novela que no ha autoeditado. Ya solo con eso, será una novela especial para usted.
Sí, con los cuatro anteriores me tuve que currar yo todo el trabajo que conlleva la autopubliación, pero poder trabajar junto a una editorial en este caso ha supuesto para mí un paso adelante y me ofrece nuevas posibilidades. Así que, aunque cada libro es único, este es especial por este cambio.
¿Cómo surgió la idea para escribir esta novela?
A mí me cuesta mucho encontrar una chispa que dé origen a una nueva historia y los comienzos acaban siendo la suma de varias cosas. En el caso de esta novela, hay detalles que me he ido encontrando en canciones, en películas o en libros que hablaban de la influencia que pueden tener las cosas que nos suceden durante la infancia y que nos vuelven a encontrar cuando somos adultos. Las tres muertes de Sarah Colbert habla sobre la manera en la que el ser humano se enfrenta a todas esas cosas. En esta novela, la protagonista ha de afrontar, durante su edad adulta, cosas que le han ido sucediendo a lo largo de toda su vida, desde que era pequeña.
Este libro está ambientado en Estados Unidos. ¿Esa decisión dificulta la escritura o le permite dejar volar su imaginación y no tener que ser tan precisa?
Es un poco de todo, creo que es un arma de doble filo. Ambientar una novela en un lugar tan lejano me permite viajar, porque a mí me encanta conocer mundo, y el hecho de localizar las historias fuera de mi lugar de residencia es una excusa perfecta para visitar otros lugares, aunque sólo sea de manera metafórica. Eso precisamente también me da manga ancha para cambiar algunas cosas, aunque sí es cierto que soy muy maniática y me gusta que los detalles sean tal y como existen en la realidad. Pero, como explico al final de la novela, me he permitido algunas licencias que creo que no podría tomarme si localizara la historia en algún lugar de España y que mis lectores conocieran mejor.
Ha comentado que comenzó a escribir novela negra por las ganas que le dieron de matar a alguien, pero lo cierto es que este género literario sirve precisamente para abordar una amplia variedad de temáticas.
Sí, eso es lo que más me gusta de la novela negra. Partiendo de la investigación de un asesinato se puede ahondar en los temas más profundos que afectan a la sociedad, desde la desigualdad, a la violencia, el racismo, el machismo… Creo que la novela negra permite tratar todos esos temas de una manera más profunda que cualquier otro género y esa es una de las cosas que más me gustan de este trabajo.
La portada del libro de «Sarah Corbert’s Death». / El Día
Precisamente, ¿qué temas no ha querido que falten en este nuevo libro?
Considero que esta es mi novela más intimista, aunque este término, dentro del género negro, se me hace un poco raro de emplear. Me centro mucho en el concepto de la culpa porque considero que muchas personas viven cargando con algo que, en el 90% de los casos, no tienen que ver con ellos directamente, pero aun así se lo echan a las espaldas. Precisamente, Sarah Colbert carga con la culpa de cosas que sucedieron cuando ella era niña y sobre las que no puede hacer nada. El libro también aborda la violencia y la venganza.
Forma parte de la Generación i y en este libro la protagonista es una mujer. Qué importante es esa perspectiva femenina para nutrir el mundo de la literatura, ya sea desde Canarias o desde cualquier otra parte del mundo.
Yo lo que celebro es poder hacerlo ya de forma abierta porque, por desgracia, durante mucho tiempo las mujeres tuvieron que limitarse a escribir de una serie de temas concretos, para publicar lo que se consideraba que eran novelas femeninas, y si querían escribir sobre otros temas, debían publicar bajo seudónimos masculinos. Además, durante mucho tiempo parecía que las mujeres solo podían leer sobre determinados temas. Así que me gusta mucho que en la actualidad exista un grupo de mujeres que reivindican su trabajo dentro de la literatura, que sean las mujeres las que protagonizan las historias de los géneros que durante años les han estado vetados y que leamos sobre lo que nos apetezca.
¿Es fácil ser escritora mujer en Canarias?
Creo que en Canarias hemos tenido la tendencia de mirarnos siempre el ombligo. Me refiero a que hemos tenido escritores muy buenos pero parece que no podían salir de las Islas y que estaban en inferioridad de condiciones con respecto a autores del resto de España o del extranjero. Pero lo cierto es que contamos con una calidad que nos permite llegar hasta donde queramos.