Santo Domingo. En un emotivo y reflexivo mensaje, Mario Herrera, destacado miembro del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), anunció su renuncia a la militancia activa dentro de la organización. A través de un video compartido en sus redes sociales, Herrera explicó las razones que lo llevaron a tomar esta decisión, destacando su deseo de preservar amistades, mantener la paz emocional y evitar los conflictos internos que, según él, han caracterizado al PLD en los últimos años.
Un partido con historia, pero con desafíos actuales
Mario Herrera comenzó su mensaje reconociendo la importancia histórica del PLD en la política dominicana. Recordó cómo el partido, fundado por el profesor Juan Bosch, logró consolidarse como una fuerza política exitosa, llegando al poder en 1996 con Leonel Fernández y manteniéndose en el gobierno durante gran parte de las últimas dos décadas con Danilo Medina. Sin embargo, señaló que el éxito electoral del PLD también llevó a un descuido de las estructuras partidarias y a una falta de renovación generacional.
«El PLD en sus fundamentos continúa siendo para mí una estructura partidaria que tiene mucho que darle a la República Dominicana», expresó Herrera. No obstante, criticó que el partido haya replicado internamente los mismos errores que se le criticaron durante su gobierno, como la desconexión con las bases y la falta de apertura a nuevas voces.
Conflictos internos y desgaste emocional
Uno de los puntos más destacados de su mensaje fue la preocupación por el tono cada vez más personal y agresivo de los conflictos internos dentro del PLD. Herrera relató cómo ha observado cómo las diferencias políticas, que antes se manejaban con respeto y dentro de un marco ideológico, han derivado en ataques personales y rupturas de relaciones entre compañeros, amigos y familiares.
«He visto cómo comentarios descarnados, injurias y señalamientos han dañado relaciones que llevaban años construyéndose», dijo. «En el fervor de una campaña política, esto se pone más agrio, y quiero evitar llegar a ese momento».
La necesidad de renovación generacional
El ahora exmilitante del PLD destacó que, tras la salida del partido del poder en 2020, esperaba que se diera un proceso de renovación interna que permitiera la entrada de nuevas generaciones y la reconexión con la sociedad. Sin embargo, lamentó que los mismos líderes históricos, como Danilo Medina y Leonel Fernández, hayan mantenido el control del partido, impidiendo que surjan nuevas voces y propuestas.
«Esos líderes, que fueron los que cargaron con los éxitos del PLD, también tienen la responsabilidad de reconectar y reestructurar el partido», afirmó. «Pero si deciden que lo van a hacer ellos y no dan paso a una nueva generación, es su prerrogativa. Yo, particularmente, tengo el derecho de disentir».
Una decisión personal para preservar valores
Mario Herrera explicó que su decisión de renunciar al PLD no fue tomada a la ligera, sino que fue el resultado de un largo proceso de reflexión. Subrayó que no está dispuesto a ser parte de un entorno donde disentir de la línea oficial conlleve ser señalado, vilipendiado o maltratado por compañeros y amigos.
«Prefiero apartarme y no pasar por ese proceso de catarsis en el que muchos serán sacrificados», dijo. «Quiero conservar amistades, quiero conservar la paz emocional y seguir aportando mi granito de arena a la sociedad desde otro espacio».
Un llamado a la reflexión
Finalmente, Herrera hizo un llamado a la reflexión, no solo para los miembros del PLD, sino para toda la sociedad dominicana. Instó a los ciudadanos a estar atentos a la actuación de los partidos políticos y a exigir transparencia, renovación y un verdadero compromiso con el bienestar del país.
«Voy a seguir compartiendo mi pensamiento con ustedes, porque creo que es importante seguir aportando, aunque sea desde otro espacio», concluyó Herrera.
Conclusión
La renuncia de Mario Herrera al PLD es un reflejo de los desafíos que enfrentan los partidos políticos tradicionales en la República Dominicana. Su mensaje, cargado de emotividad y sinceridad, resalta la necesidad de renovación, diálogo y respeto en la política, valores que, según él, se han perdido en el camino. Su decisión de apartarse de la militancia activa no solo es un acto personal, sino también un llamado de atención para que los partidos políticos reconecten con la sociedad y prioricen el bien común sobre los intereses particulares.
