El equipo de Carlo Ancelotti llegó a Arabia Saudita lleno de optimismo, pero desperdició el título de La Liga y el liderato a expensas del Atlético de Madrid en una noche fatídica, solo para ser recompensado con una vuelta de pesadilla por 0-4. Bernabéu a finales de octubre.
La imprevisibilidad del clásico motivacional no se trasladó a la alineación, siendo ambos entrenadores predecibles y repitiendo sus alineaciones de semifinales.
Una semana después de que Dani Olmo se convirtiera en el centro de la polémica, Flick optó por dejarle en el banquillo y se mostró partidario de repetir con Garvey de salida para mantener la regularidad en el centro del campo.
Otra cuestión se solucionó confiando de nuevo en el polaco Szczesny para custodiar la portería en lugar del «castigado» Iñaki Peña.
Mientras las cartas se colocan sobre la mesa del rey Abdullah, el duelo comienza en una atmósfera tensa, con ambos contendientes listos para ofrecer una actuación deslumbrante que esté a la altura de las expectativas.
En ese ambiente emocionante, el Barça llegó con la misión de dominar, con alta presión y hambre de balón, mientras sus oponentes estaban listos para contraatacar.
Yamal dejó claro sin dudarlo que quería desafiar la supremacía del Real Madrid en su primera final.
Dos minutos más tarde, su disparo desde la frontal del área fue despejado por Thibaut Courtois, dando el primer aviso, y luego un cabezazo de Rafinha volvió a advertir al portero belga.
Pero el primer golpe certero llegó del Real Madrid, cuando Vinicius interceptó el balón a Casado y Mbappé lo rompió con su bicicleta al galope con Balde y pasó el balón a Szczesny.
El 1-0 confirmó aún más la tónica del partido, con el Real Madrid cómodo en el ritmo que marcaba la bocina «Vinnie» y más cauteloso para evitar el fuera de juego, al igual que el 0-4 en el Bernabéu.
Los blancos hicieron una mueca al ver a Mbappé torcerse el tobillo, y minutos después tuvo que ser atendido y vendada la herida en el mismo campo. Fue como si un mal Fario cambiara el destino del partido y permitiera al Barcelona devorar a sus oponentes.
Y Yamal fue convocado para transformarse en un depredador. Recibió un pase de Lewandowski, aprovechó la distracción de Mendy, fingió pasar a Chuameni, pasó el balón a su pie izquierdo y luego, como Messi, metió suavemente el balón en la columna izquierda.
El empate permitió al Barça brillar, dejando al Real Madrid en una posición cada vez más tímida, ya que Bellingham se perdió toda la primera mitad. Incluso la introducción de Araujo por el lesionado Íñigo Martínez no cambió el guión y el Barcelona estaba listo para completar la final antes del descanso.
Además de la abrumadora ventaja, la afición madridista también criticó el penalti cometido por Camavinga por tocar la pierna de Garvey, que el árbitro no advirtió pero fue corregido por el VAR.
Lewandowski conectó con Raphinha, que volvió a cuestionar a la defensa blanca. Un preciso pase de Conde permitió al brasileño dar un salto y meterse en las heridas del Real Madrid.
Hacia el final de la primera parte, el extremo brasileño volvió a abrirse paso después de que el Real Madrid perdiera el balón y se lo pasara a Balde, que hizo un increíble 1-4 mientras el Madrid colapsaba en shock en todo el mundo, del que ya no se sabe nada. Mbappé.
Tras la vuelta de los jugadores del vestuario, se abrió de nuevo la caja de las sorpresas. La volea de Rodrigo en la escuadra pareció reavivar la suerte del Real Madrid, pero fue sólo un espejismo. En la siguiente escena, Rafinha vuelve a interpretar al desconcertado Chuameni, extendiendo su «pequeña mano».
Ancelotti ajustó el rebote, colocando a Valverde en banda y a Asensio en el central, un invento que entró en juego en el contragolpe del Real Madrid y que acabó con la sanción de Szczesny tras un control del VAR que derribó a Mbappé fuera del penalti. área.
En la falta derivada, Rodrigo golpeó el balón con ira para reescribir el marcador al 2-5, poniendo algo de color al final.
Los papeles se invierten. Con el reinscrito Dani Olmo en el campo de Yamal, el Barça sufrió y cedió el control a su rival, aunque la diferencia fue que los culés mostraron mayor valentía para aguantar el resultado de esta mágica noche.
Aprovechando el impulso y la secuencia defensiva de una noche histórica, el Barcelona se reagrupó con diez hombres y pese a la presencia de suplentes, entre ellos Vinicius, la Real se quedó desconcertada y no pudo volver a apuñalar la portería de Iñaki Peña, que aprovechó la última bala que llegó de Mbappé.
Ficha técnica:
2 – Real Madrid: Courtois; Lucas Vázquez (Asencio, minuto 52), Tchouameni (Modrid, minuto 64), Rüdiger, Mendy (Fran García, minuto 76); Braham, 76 minutos) y Mbappé.
5 – Barcelona: Szczesny; Koundé, Cubarsí, Iñigo Martínez (Araújo, minuto 28), Balde; Casado, Pedri (Olmo, minuto 59), Gavi (Iñaki Peña, minuto 59), Raphinha (Ferrán Torres, minuto 79) ); y Lewandowski.
Gol: 1-0: Mbappé, minuto 5. 1-1: Yamal, 22 minutos. 1-2: Lewandowski (penalti), m.36. 1-3: Raphinha, min. 39. 1-4: Barril, mínimo 55+). 1-5: Raphinha, min. 48. 2-5: Rodrygo, min. 60.
Árbitro: Gil Manzano (Consejo de Extremadura). Mostró tarjeta amarilla a Camavinga (35 min), Iñigo Martínez (53+ min), Rudiger (53 min), Vinícius (55 min), Tchouameni (62 min), Lewandowsky (77 min), Asencio (77 min), Araújo (86 minutos) y Raphinha (89 minutos). Szczesny es expulsado (minuto 56).
Evento: La final de la Supercopa de España se celebró en el estadio Rey Abdullah de Jeddah ante aproximadamente 60.000 espectadores.