-¿Qué hacemos aquí de buena mañana? Creía que un tipo como usted se dedicaba a cerrar bares cada noche.
-Uy, hace mucho tiempo que no cierro bares. Si un día me quedo en un bar hasta más tarde de lo que acostumbro, lo pago durante unos cuantos días. No me lo puedo permitir (ríe). Hace mucho tiempo que todo el embriagamiento dionisíaco está orientado hacia la creación artística.
-¿No será que, como a mí, le pesan los años?
-He preferido decírselo de forma más disimulada, pero tiene usted toda la razón.
«Si un día me quedo en un bar hasta más tarde de lo que acostumbro, lo pago durante varios días. No me lo puedo permitir»
-Eso será ahora. ¿Qué exceso no cometió en los años de Radio Futura?
-Por respeto a todas las sensibilidades, no profundizaré ahora en detalles sobre distinción de género (carcajada). No nos cortábamos demasiado en aquellos tiempos, no. Hacíamos todo tipo de barbaridades. Supongo que la adolescencia y la primera juventud es así en todas las épocas, no hace falta que se ‘decrete’ una ‘movida’.
-¿Ahora estamos en una época más reprimida?
-Existe una especie de marketing de la rigidez moral. Es una falacia interesada, viene de un producto mediático que capitaliza los votos de la gente que teme que las cosas se desmanden. Todo esto es una empresa del miedo. Una empresa internacional muy poderosa.
-Tanto están cambiando los tiempos que pronto no podrá llamar tonto a Simón.
-Je, je. Bien, a Simón nunca le llamé tonto en la cara. Era una persona que tenía las puertas de casa siempre abiertas, en el pueblo donde vivíamos. No era el único, había unas cuantas personas, eh… disminuidas mentalmente. La gente los trataba con cariño especial. Simón iba arriba y abajo con la carretilla, haciendo transportes. Pero tiene razón, existe hoy una especie de corrección superficial. Me parece muy bien la corrección y cortesía entre las personas, siempre es mejor ser respetuoso con los demás. Y respetar sensibilidades. Ahora bien, existe un exceso de preocupaciones por las identidades minoritarias, que también es un producto. Hoy se venden productos así. Las sensibilidades variadas del ser humano siempre estarán ahí, no es una cuestión de moda.
«Existe un exceso de preocupaciones por las identidades minoritarias, que también es un producto»
-Moda juvenil, como si dijéramos.
-Hay una especie de moralina represora que es un producto de moda. Lo sorprendente es que con esto se está extendiendo de nuevo entre los jóvenes una mentalidad machista, incluso caricaturesca. De hacerse el gallito, de dominar a las chicas, y que las chicas asuman ser dominadas. Es un producto de los medios de comunicación, al igual que el reguetón, una cultura prefabricada y automatizada, para mentalidades muy estrechas. El problema es que la mentalidad de los más jóvenes se está estrechando por estas influencias.
-A los 16 años, era el único de mi clase que seguía Radio Futura. Todos se reían de mí…
-Muy agradecido. Por aquel entonces a la gente le gustaba el metal, Radio Futura era un producto dudoso. Nos fuimos ganando su confianza a base de currar mucho en el local de ensayo y de hacer bolos.
«Tienes que ser humilde, dispuesto a aprender todo el rato y fijándote en los mejores»
-Antes, ‘Escuela de calor’. Ahora, Academia Nocturna. A usted le va la enseñanza, ¿no?
-(Carcajada). Llamar ‘Academia Nocturna’ a este proyecto es para señalar que en el oficio musical y en las letras -que compatibilizo- sólo tienes tiempo de aprender, no puedes ir de listo. Ocuparte de la letra, de la música y de algo de reflexión, ya son demasiadas tareas y la vida no da para tanto. Tienes que ser humilde, dispuesto a aprender todo el rato y fijándote en los mejores.
-Ya, pero a usted, como a mí, ¿también le apuntaron a una academia nocturna?
-¡Señor! ¡Claro que sí! Incluso hice el COU. Iba gente que trabajaba, no había hijos de familias bien. También hice nocturna toda la carrera de Filosofía. Era más divertido: al salir de clase, directos al bar.
-¿Cuál fue el mejor grupo español de los 80?
-No sé, tío, eso es mucho decir. Ya de pequeño, antes de los 80, escuchaba rock andaluz, la música progresiva catalana, la laietana, el pop español… En casa se escuchaba mucha música, por eso con mis hermanos estábamos musicalmente despiertos, estábamos muy atentos a todo lo que se hacía. Y dentro de la movida…. había cosas muy chulas. Ahora bien, si lo que está buscando que le diga que los mejores éramos Radio Futura, pues venga: éramos los mejores (carcajada).
«Hice nocturna toda la carrera de Filosofía. Era más divertido: al salir de clase, directos al bar»
-Sabino Méndez [de los Trogloditas] Cuando lo conoció pensó que era tan guapo como Miguel Bosse, pero más inteligente, afirma el libro.
-Sabino es buena persona pero es un malvado, siempre toca teclas que te ponen nervioso. Se lo agradezco, pero nunca he ido de guapo. Se me puso cara de portada de revista al empezar con Radio Futura, hasta entonces las niñas no me hacían ni puto caso.
-Debían hacérselo a Miguel Bosé.
-No tenga ninguna duda.
-A nuestra edad…
-¿Nuestra? Usted es más joven.
-No mucho, no crea.
-Entonces estamos los dos terminando la adolescencia.
«Hay una especie de moralina represora que es un producto de moda»
-Exacto. ¿Y a nuestra edad ya no podemos enamorarnos de la moda juvenil?
-«El amor es una enfermedad que una vez contraída no se cura», dice el tema ‘A cara o cruz’. Uno puede enamorarse a lo largo de toda la vida, pero cuando uno ya es una persona mayor, sería un error enamorarse como si tuviera 15 años. Le ocurre a alguna gente de 80 años, y lo pasan muy mal. Intentaré escaparme.
-No lo tendrá fácil: un tío famoso, cantante, guapo según Sabino…
-Uuuy, no crea. Estoy en una media de proyección pública bastante llevadera. Los vecinos de donde vivo, un pueblo cerca de L’Escala, me tienen por uno más.
-¿Es el hijo predilecto del pueblo?
-Je, je, hay otros candidatos. Yo soy el forastero que está tratando de aprender catalán. «Estic començant».
-¿Le reconocen en la playa, con traje de baño?
-No, la figura ya no está tan estilizada. No sé qué opinaría Sabino Méndez…
-Volvamos atrás: ¿ya no le va la moda juvenil?
-Algunos de sus aspectos, como el de la cultura reguetonera, no me interesan en absoluto. Ellos me dicen «es que tú ya eres viejo». Pues soy viejo, ¿y qué? Además de ser viejo, tengo un criterio basado en años de experiencia, que me permite decir que esto que consumís como único alimento es comida prefabricada, es basura. Punto.
-«Dios nos sonríe mostrando dientes de acero», canta a ‘Han caído los dos’. ¿Lo cree así?
-Si no es Dios, son sus representantes en la Tierra, los que tienen dientes afilados. Algunos merecerían la condena al infierno por parte de su mismo Dios.
«Los jóvenes me dicen «es que tú ya eres viejo». Pues soy viejo, ¿y qué? Además de ser viejo, tengo un criterio basado en años de experiencia, que me permite decir que esto que consumís como único alimento es comida prefabricada, es basura. Punto»
-¿Qué hace en el pueblo cuando canta el gallo, como en ‘El canto del gallo’?
-No hay muchos gallos. Lo que escucho cuando paseo entre Escala y Montgrí, son perros. No madrugo mucho, cuando vengo aquí estoy tan cansado que tiene que pasar una semana antes de poder levantarme por la mañana con dignidad.
-Yo nunca he conseguido levantarme con dignidad.
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-Dignidad relativa. Los humanos no somos dioses, buscamos una postura medianamente digna. Luego recaemos en nuestras burradas y tenemos que volver a levantarnos.
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