Washington. EFE.
Un incendio fuera de control que arrasa el condado de Los Ángeles ha matado al menos a cinco personas y ha destruido más de 1.100 negocios y otros edificios.
El presidente estadounidense, Joe Biden, declaró ayer grave la catástrofe tras recibir informes de incendios que habían provocado la evacuación de decenas de miles de personas. «Estamos haciendo todo lo posible para contener el fuego el mayor tiempo posible y asegurarnos de que volvamos a la normalidad», dijo Biden en una estación de bomberos de Santa Mónica.
«Este va a ser un camino largo. Va a llevar tiempo», añadió el presidente, acompañado por el gobernador de California, Gavin Newsom, y el senador Alex Padilla.
El presidente ordenó el despliegue de equipos aéreos y terrestres con al menos cinco camiones cisterna, 10 helicópteros y decenas de camiones para ayudar a las autoridades locales a apagar los incendios.
Además, aprobó una declaratoria de desastre severo, lo que permite asignar recursos para desastres. «He aprobado la solicitud del gobernador Newsom», dijo Biden.