miércoles, enero 1, 2025
No menu items!
- Advertisement -spot_img
InicioMundialesLos malos de América Latina

Los malos de América Latina


pasar a través Manuel Alcántara

Hay muchas formas de gobierno basadas en detentores del poder, y han formado una rica colección tipológica en el pensamiento occidental desde la antigua Grecia. Hoy en día leemos a menudo sobre la democracia y su contraparte, la autocracia; otras formas de gobierno de larga data, como la aristocracia o la teocracia, quedaron atrás. Quien tiene el poder, ya sea un individuo o un grupo, da forma a la palabra. la palabra Kratía competir con arco De ahí surgieron la monarquía, la oligarquía y la anarquía.

Actualmente, democracias cansadas, inmersas en sociedades cansadas, están produciendo momentos muy concretos que se inclinan cada vez más hacia configuraciones de gobierno cuyo denominador común muchas veces se señala como la baja calidad de sus miembros. De esta manera, se difunde por todas partes la idea de que la mayoría de los problemas de la política actual se deben al hecho de que los gobernantes actuales son los más incompetentes.

Entonces no es sorprendente El economista La frase «reinado del mal» fue elegida como palabra del año, y sus raíces definen con precisión al peor y más incompetente gobierno. Este término no se encuentra en fuentes antiguas, pero puede usarse para definir las condiciones políticas actuales en algunos Estados Unidos y países europeos. El neologismo pronto se abrió paso en todos los ámbitos de la opinión pública estadounidense y comenzó a generalizarse, utilizándose para definir situaciones en otros países.

Sin embargo, clasificar a los gobernantes como buenos o malos o calificados para llevar a cabo acciones de gobierno es una tarea difícil de realizar. El nivel de complejidad se divide en tres niveles diferenciados: las características específicas de la situación nacional, el análisis individual de los perfiles de quienes desempeñan el trabajo y el énfasis en los resultados de su actuación en el gobierno en función de su desempeño en diferentes áreas. . área. Aunque deben concebirse en constante interacción, se pueden realizar ejercicios que aborden estos aspectos de forma individual. Por tanto, el estudio estricto de los responsables políticos es sin duda un camino de gran trascendencia.

Para determinar si el desempeño de dicho individuo es apropiado, es necesario considerar tres conjuntos de factores. En primer lugar, las características individuales se relacionan con la biología, otras con los procesos de socialización y otras más con los procesos educativos. En segundo lugar, hay que tener en cuenta la experiencia adquirida durante la carrera que precedió al cargo, ya sea en la propia política o en otros ámbitos profesionales. Finalmente, según la famosa distinción utilizada por Max Weber, los individuos tienen manifestaciones a priori en el nivel en el que se combina una ética de la responsabilidad con una ética de la creencia.

La integración de todo ello permite definir el modelo ideal y, en última instancia, articular las categorías según escalas preestablecidas. De este modo, en función de una determinada evolución en el tiempo, se puede determinar en qué medida la clase política o los políticos individuales mejoran o, en su caso, empeoran. ¿Son los políticos mejores o peores hoy que hace diez o veinte años en el mismo país? ¿A un país le va mejor o peor que a sus vecinos?

Estas cuestiones son relevantes para la crisis de representación actual, que por un lado es responsabilidad de la clase política por el descrédito de la política y, por el otro, por exacerbar la crisis de representación en la arena política. Figuras ajenas a la tradición partidista y sustentadas en novedosos mecanismos de empoderamiento individualista. La desintegración, la desestabilización, la desideologización y la profunda crisis de identidad del mundo partidista se combinan con mecanismos de intermediación y participación que recientemente han sido inexistentes. Las sociedades digitales fragmentadas y altamente individualistas están influenciadas por novedosas herramientas publicitarias que impulsan a candidatos individualistas a posiciones de poder sin ningún filtro.

Si el análisis se centra únicamente en los jefes de los poderes ejecutivos en los casos electos, sin tener en cuenta a los miembros de su gabinete o del poder legislativo, y sólo con referencia al estricto contexto nacional latinoamericano actual, la comparación sitúa inmediatamente a la Comisión como una cifra mediocre, refiriéndose al último día de las elecciones presidenciales según los factores que acabamos de mencionar. Pedro Castillo y sus sucesoras, Dina Boluarte y Xiomara Castro, adolecieron de falta de experiencia política previa y una actitud moral confusa se ubicó al final de la clasificación. Rodolfo Chaves, Nayib Bukele, Javier Milei y Daniel Noboa tuvieron actividades políticas antes de llegar a la presidencia. Con un poco de comprensión y mala conducta moral, las seguirán. Daniel Ortega y Nicolás Maduro serán completamente rechazados porque, además de su comportamiento atroz, han abandonado por completo los más bajos estándares morales.

El tema sigue siendo irrelevante y no se ha vuelto anecdótico, ya que su número representa casi la mitad de los casos en América Latina, aunque el hecho de que se limite a jefes de Estado ignora un análisis más detallado de otros miembros del ejecutivo. Este estudio, junto con la investigación sobre legisladores y otras áreas de poder, ayudará a comprender hasta qué punto ha progresado la misoginia a nivel nacional en América Latina, un problema común que no es nuevo en la política de la región.

Ahora bien, en resumen, a la hora de determinar la clasificación de los buenos gobernantes, a los niveles de complejidad antes mencionados se suma la valoración de la opinión pública. Esto está fuertemente manipulado por técnicas de propaganda cada vez más sofisticadas que construyen historias basadas en verdades a medias, si no en versiones completamente falsas de la realidad. La desinformación y el énfasis en las cuestiones emocionales, especialmente en países afectados por traumas sociales como la inseguridad o la hiperinflación, que generan diferentes formas de violencia, Nayib Bukele, Javier Mire y Daniel Noboa construyeron exitosamente marcos populares.



Fuente

Artículos relacionados
- Advertisment -spot_img

Lo más popular