Su labor en el Festival de Música consiste en conectar al público con las obras que escucharán, ofreciendo claves previas a su interpretación. ¿Qué espera despertar en los asistentes a través de estas charlas?
Todos oímos música, pero escucharla es algo distinto: requiere atención e intención. Hay tres formas principales de hacerlo: el plano sensual, que nos permite disfrutar del placer de sumergirnos en el sonido; el expresivo, donde la música despierta emociones y sensaciones; y el mental, que nos invita a profundizar en su comprensión, explorando las intenciones del compositor, la estructura de la obra, su origen y su contexto histórico. Alcanzar este nivel no exige ser experto, solo curiosidad y algunas claves. Mis charlas previas ofrecen esas herramientas, ayudando al público a acercarse al plano mental sin perder, por supuesto, el placer ni la emoción de la música.
¿Sigue algún método en particular a la hora de preparar sus charlas?
Claro que sí. Mi proceso de preparación comienza con una inmersión en las obras que se interpretarán en cada concierto. Haber tenido la oportunidad de tocar muchas de ellas durante mi etapa como miembro de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria es una ventaja, pero siempre las revisito para refrescar mi conocimiento. Luego paso a una fase de investigación en profundidad, en la que exploro la génesis de cada obra, su contexto histórico y las circunstancias personales y sociales del compositor en el momento de su creación. Creo firmemente que humanizar al creador es fundamental para el público, y las anécdotas de su vida son una herramienta poderosa para lograrlo. Posteriormente, selecciono cuidadosamente los fragmentos de video que proyectaré durante la charla. Estos fragmentos están diseñados para presentar al público los distintos «personajes» de la obra, es decir, los temas musicales principales. Esto permite que los asistentes puedan identificarlos, seguir su desarrollo y observar sus transformaciones a lo largo de la pieza. Finalmente, integro referencias a los intérpretes, ya sean la orquesta, el director o los solistas, resaltando su papel en la interpretación y aportando un enfoque más completo a la experiencia musical.
¿Cómo empezó esta tradición de añadir una conferencia previa de un experto en el Festival?
La tradición de incluir una conferencia previa a los conciertos comenzó antes de mi primera participación en el Festival, que tuvo lugar durante la edición número 35. Fue en ese momento cuando Jorge Perdigón, director del Festival, se puso en contacto conmigo para proponerme la realización de estas charlas. Desde el inicio, acordamos que el enfoque debía ser accesible, evitando tecnicismos, para llegar al mayor público posible y enriquecer su experiencia musical. Establecimos una serie de pautas claras y comenzamos a trabajar en ello. Con la llegada de la pandemia, este formato experimentó un cambio significativo. Ante la imposibilidad de realizar charlas presenciales, adaptamos la propuesta y elaboramos una serie de videos breves que introducían cada uno de los conciertos. Estos videos se enviaron directamente a los abonados, permitiendo mantener el espíritu de las conferencias y continuar ofreciendo ese valor añadido, a pesar de las limitaciones del momento.
¿Recuerda alguna de sus charlas a la que le tenga un especial cariño?
Todas mis charlas son como hijos: cada una nace de un proceso creativo único y las valoro por igual. Sin embargo, debo admitir que tengo afinidades musicales particulares, y en este momento de mi vida, Mahler ocupa un lugar especial en mi gusto y en mis emociones. Este compositor, que suele estar presente en la programación del Festival, me fascina tanto por la profundidad de su música como por la riqueza de su vida personal. Sumergirme en sus obras es siempre una experiencia conmovedora. La música de Mahler tiene la capacidad de hablar directamente al corazón, de interpelarnos de una manera profundamente humana, y creo que eso explica por qué conecta tan intensamente con el público. Dicho esto, insisto en que cada charla tiene un significado especial para mí. Todas son el resultado de un proceso creativo enriquecedor que no solo me permite transmitir conocimiento, sino también crecer como profesional y como persona. Por eso, aunque algunas temáticas puedan resonar más con mis preferencias personales, amo todas mis charlas por igual.
¿Qué tipo de espectadores suele asistir a sus conferencias?
Afortunadamente, el público que asiste a mis conferencias es muy diverso, lo cual enriquece enormemente la experiencia. Contamos con personas de todas las edades, y me llena de alegría ver cada vez más jóvenes interesándose por estas charlas. Entre los asistentes hay melómanos experimentados, así como personas que están dando sus primeros pasos en el mundo de la música clásica. Este equilibrio entre públicos aporta una dinámica única y desafiante a la hora de comunicar. Además, hemos logrado construir una base de seguidores fieles que crece año tras año, lo cual es muy gratificante. Me encantaría animar especialmente a más jóvenes a asistir a las charlas previas, ya que estoy convencido de que, al conocer mejor el contexto y los detalles de las obras, su experiencia de escucha se transformará completamente, llevándola a un nivel mucho más profundo y enriquecedor.
Aparte de sus conferencias en el festival ¿cómo ha sido su vinculación con la música clásica?
Mi vinculación con la música clásica ha sido profunda y variada a lo largo de los años. Llegué a España desde Argentina en 1977, después de haber formado parte, aunque de manera temporal, de la Orquesta Sinfónica Nacional y de la Filarmónica del Teatro Colón de Buenos Aires. Aquí me incorporé primero a la Orquesta Sinfónica de Las Palmas y, posteriormente, a la Filarmónica de Gran Canaria, donde desempeñé mi labor como músico de orquesta en la sección de violas durante un total de 37 años. Paralelamente, desarrollé una intensa actividad en la música de cámara, siendo fundador y miembro de destacadas agrupaciones como la Orquesta Bach de Gran Canaria, la Camerata Música Viva y el Quinteto de Cuerdas de Viena. También dediqué gran parte de mi carrera a los conciertos escolares, participando durante más de 30 años en programas didácticos, tanto con la Sinfónica como con la Filarmónica, además de colaborar en ciclos educativos organizados por los Cabildos de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, y por la Fundación Mapfre Guanarteme. Además, he ejercido como docente, iniciando a niños en el mundo de la música, y fundé una asociación con un propósito especial: llevar la música a espacios donde el acceso a una sala de conciertos resulta difícil o imposible, como hospitales, centros penitenciarios, residencias de mayores y centros de educación especial. Este proyecto me ha permitido acercar la música clásica a comunidades que de otra manera no tendrían esa oportunidad. Estoy profundamente agradecido a la ciudad y a la isla por haberme permitido desarrollar esta trayectoria y contribuir a acercar la música clásica a tantas personas.
Este año el Festival de Música comienza con el concierto extraordinario de El Murciélago de Johann Strauss. ¿Qué destacaría de esta producción?
Este concierto extraordinario será un auténtico regalo para los amantes de la música. Gustav Mahler, en su etapa como director de la Ópera de Viena, fue quien elevó el estatus de El Murciélago, situándola al nivel de las grandes óperas y estableciendo la tradición de representarla a finales de diciembre. Así nació una costumbre que ha perdurado, convirtiéndose en un símbolo de las celebraciones de fin de año en muchas partes del mundo. La versión de concierto semiescenificada que presentarán Les Musiciens du Louvre, bajo la dirección del maestro Marc Minkowski, promete ser especialmente innovadora. Esta interpretación se aparta de la tradición de las orquestas centroeuropeas especializadas en este repertorio, conectando con las raíces francesas del libreto. Su enfoque resalta sonoridades y texturas más cercanas al estilo del siglo XVIII que al romanticismo tardío del XIX. Marc Minkowski, un músico excepcional, aportará su sensibilidad y experiencia a esta producción. Además, el elenco de cantantes es de un nivel extraordinario, lo que asegura una interpretación deslumbrante. Es una oportunidad única que el Festival nos brinda para disfrutar de una obra icónica desde una perspectiva fresca y emocionante. Un evento absolutamente imperdible, así como las charlas previas que ofreceré en ambos auditorios una hora antes de cada función.
¿Hay algún pasaje musical que le parezca especialmente brillante?
La obra es verdaderamente deliciosa, con una acción vibrante llena de enredos y equívocos típicos del vaudeville francés, combinados con la elegancia y el desenfado característicos de Viena. Desde la obertura, nos vemos inmersos en este mundo musical, que nos presenta algunos de los momentos más emblemáticos de la obra, destacando especialmente el tema del famoso vals del segundo acto. Es tan rica en matices y tan hábilmente construida que resulta difícil señalar un solo pasaje como el más brillante. Cada sección, cada tema está tratado con una maestría que hace que todo el conjunto sea igualmente cautivador. La manera en que Strauss logra entrelazar la agilidad cómica del vaudeville con la sofisticación de la música vienesa es excepcional en cualquier momento de la obra.
¿Cómo definiría la programación del 41 Festival de Música?
La programación del 41º Festival de Música es, una vez más, simplemente brillante. Se presenta con una variedad impresionante, abarcando obras que van desde el siglo XVIII hasta el XXI, y ofreciendo un nivel altísimo tanto en las orquestas como en los conjuntos y directores que participarán. Philarmonia de Londres, NDR Philarmonie, Camerata de Salzburgo, Filarmónica de Munich, Orquesta de la Suisse Romande, además por supuesto de las dos Orquestas Canarias… directores como Marin Alsop, Stamislav Kochanowsky, François Leleux, Lahav Shani, Jonathan Not Karel Chchon y Víctor Pablo Pérez…Escuchar a los solistas que estarán presentes es un auténtico lujo: Grigory Sokolov, Maria Dueñas, Midori, Hilary Hahn, Leonidas Kavakos, Lisa Batiashvili, Behzod Abduraimov, Pichas Zukerman, Martin Fröst, Michael Barenboim, Pablo Sainz Villegas… entre otros. Cada uno de estos artistas aporta una maestría única a su instrumento, lo que promete unas interpretaciones excepcionales. Hacer un análisis exhaustivo de toda la programación sería un desafío, ya que hay tanto que ofrecer, y no quisiera omitir a nadie. Todos ellos darán vida a esta impresionante propuesta.
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¿Cree que llega también al público joven?
Desde hace tiempo el Festival apuesta por los jóvenes estudiantes ofreciendo condiciones excepcionales para su asistencia a los conciertos. Afortunadamente, su presencia es cada vez más frecuente en los auditorios