Dajabón (República Dominicana), 27 dic (EFE)- Los centros médicos se han convertido en un oasis para los haitianos en República Dominicana, donde pueden recibir tratamiento médico sin miedo a ser deportados por las autoridades migratorias, después de que el gobierno anunciara que semanalmente serán deportados 10.000 inmigrantes indocumentados. .
Yolanda, de 22 años, vestía un suéter navideño rojo con renos, copos de nieve y muñecos de nieve. Embarazada de ocho meses, estaba siendo sometida a un chequeo médico en un hospital de República Dominicana, cerca de la frontera con Haití. Ella es haitiana.
«Suenas bien», dijo el médico, animándola mientras le realizaba una ecografía. La joven sonrió por primera vez desde que entró a la oficina.
Este es su segundo embarazo, el primero fue cuando tenía 18 años. Luego fue al mismo hospital. «Nací aquí pero soy haitiano.», dijo a EFE.
En la sala de espera, Al parecer, la mayoría de los pacientes también proceden de países vecinos..
El médico dominicano que la atendió (no se cree que sea una medida de precaución) explicó a Efe que «el tema extranjero es un problema nacional» porque los hospitales públicos de todo el país que aceptan pacientes no asegurados están «sobrepoblados de pacientes extranjeros».
“Pero en la frontera es peor, tan cerca, el 90% de los pacientes que atendemos aquí son extranjeros (…) Son pacientes que llegan sin control, con muy mala alimentación, sin suplementos vitamínicos, entonces los síntomas que presentan son graves”, se lamentó.
A veces enferman gravemente, «pero a tiempo», celebra, y las tasas de mortalidad materna caen drásticamente a través de transfusiones de sangre o traslados a unidades de cuidados intensivos en hospitales con más recursos.
«De hecho, la inmigración es una cuestión política, y los médicos están llamados a atender a los pacientes sin importar su raza, religión o estatus migratorio, y eso es lo que hacemos.«, recordar.
deportaciones diarias
En el paso fronterizo de Dahar, todo parece diferente. Es el día de mercado del viernes y cuando las puertas de la República Dominicana se abren a las 8:00 a.m., cientos de haitianos cargando cestas, carretillas y calderos se apresuran a comprar los escasos productos del país.
El mercado binacional está rodeado por fuerzas de seguridad dominicanas y sólo las personas con permisos de trabajo pueden pasar la inspección. El resto se dirige principalmente a la sección de alimentación, donde se venden plátanos, huevos, verduras y arroz, que cargan al otro lado de la frontera antes de que las autoridades cierren las puertas a las 17:00 horas (22:00 GMT). ).
Todos tenían prisa, incluidas las autoridades de inmigración, que llegaron faltando cuatro minutos para las 5:00 con una camioneta llena de haitianos, abrieron las puertas y los deportados comenzaron a salir, dijo «60 Personas». funcionarios, principalmente jóvenes.
A finales de noviembre, el presidente dominicano Luis Abinader dijo que la inseguridad «sin precedentes» en Haití los obligó a continuar con el plan de deportaciones masivas iniciado en octubre.
Datos de la Dirección General de Migración muestran que entre el 1 de octubre y el 9 de diciembre se produjeron deportaciones en República Dominicana 76.000 La mayoría de la gente es haitiana. Grupos de derechos humanos criticaron las deportaciones en un país sumido en la pobreza y la violencia de bandas armadas.
Uno de los lugares que las autoridades de inmigración suelen elegir para arrestar a los haitianos es en la entrada de los centros médicos.
Elena, de 26 años, dijo a Efe que cuando esto pasa espera a que se vayan. A veces, si miran lugares por la mañana, hay que esperar hasta la tarde para una consulta. «Cuando se fue, yo ya estaba en el hospital», dijo en un español entrecortado la mujer haitiana, casada con un dominicano.
Le estaban haciendo su primera prueba de embarazo en un hospital de una ciudad fronteriza. Está esperando su quinto hijo.
«Haití está pasando por muchos desastres, por eso todos los haitianos vienen a pa’ca (aquí)«, recordar.
Hospital, refugio ante el desalojo
Ante las informaciones de que algunas haitianas están dando a luz en sus casas por miedo a ser deportadas, el personal médico de varios hospitales consultados por EFE insiste en que Nunca niegan el ingreso a un paciente.
«No hay xenofobia contra ninguna raza, color o idioma. todos son tratados por igual«Cuando vienes, no tenemos una habitación específica, es una sala común», subrayó el director de un hospital fronterizo que pidió no ser identificado.
Explicó que los registros del centro muestran «una alta incidencia entre los nacionales haitianos» y destacó que nunca se rechaza a los pacientes por falta de espacio. Lamenta que con demasiada frecuencia las mujeres haitianas embarazadas reciban «cajas sorpresa» cuando dan a luz sin haber sido sometidas a pruebas previas.
Una enfermera con 29 años de experiencia en otro centro insistió a Efe en que sus servicios están «al alcance de todos» y son gratuitos.
«Además del trabajo, sabes que la parte humanitaria también es tu responsabilidad. Haití es un pueblo muy pobre y no rechazaría (…) una cita con la madre si (…) el niño tuviera fiebre», dijo. dicho.
«yO no dejaría que una morena, si estuviera embarazada, me dejara sin vitaminas. También me han dicho jefes: ‘Bueno, a veces dicen que no se lo des a alguien, no lo ofrezcas porque la cantidad es pequeña, pero sabes que a alguien hay que dárselo’. mis hijas, Los grandes hombres dicen una cosa, nosotros hacemos otra.‘», sentencia. Effie
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