Coser el molde aterriza en la sala de arte La Panera de La Laguna con una selección de obras de cuatro artistas en clave femenina. Julia María Martín, Cristina Ortega, Marina Valls y Francisca Rubio Wenk exploran el uso del textil y la cerámica en su práctica artística para reflexionar sobre estos modos de expresión que históricamente se han asociado a lo doméstico y femenino. En cualquier caso, estas formas de expresión se convierten en el vehículo para una revisión crítica y estética en el contexto del arte contemporáneo.
El título de la muestra, que se inauguró el sábado 21 de diciembre y se podrá visitar en la lagunera calle Manuel de Ossuna hasta el 21 de enero, hace referencia a la idea de ensamblar, de unir elementos para crear nuevas formas. Este concepto se refleja tanto en el proceso creativo de las artistas como en el propio acto de coser y moldear, que implica la acción de integrar diversas piezas, materiales y significados. Así, las obras de las cuatro artistas protagonistas de la iniciativa cuestionan los usos convencionales de estos materiales y técnicas, explorando sus límites y dándoles un nuevo poder narrativo y visual.
Coser el molde trata de visibilizar las voces de las cuatro creadoras contemporáneas que redefinen en su obra los lenguajes artísticos tradicionales. En Intervenciones sobre postales y fotografías antiguas de Canarias, de Julia María Martín (La Orotava, 1979), la joven explora y experimenta con diferentes técnicas y medios textiles en diversos formatos y soportes. En este caso, a través del bordado en un soporte fotográfico.
Marina Valls (Mallorca, 1987) actualmente está trabajando la salud mental, en concreto la ansiedad y el estrés. De estos pensamientos surge Nudo Mental, un conjunto de obras centradas en el ruido mental. Mientras, la obra de Cristina Ortega (Gran Canaria, 1999) se centra en la exploración de cómo los tejidos pueden transformar nuestra experiencia del confort, la corporalidad y la intimidad. A través de su trabajo, busca reconfigurar la relación entre los espacios que habitamos y los cuerpos que los ocupan, cuestionando cómo las dinámicas de consumo contemporáneas afectan a la conexión con lo más esencial.
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Las obras Esposas y Todo va genial, de Francisca Rubio Wenk (Córdoba, Argentina, 1999) pertenecen a la serie Mothering, práctica artística que está construida a través del patrón repetido y a la técnica de bordado debido a las connotaciones históricas de la técnica. Se trata de una disciplina infravalorada, clasificada como arte menor y relegada al ámbito femenino. Esta línea de investigación aborda el estudio del imaginario doméstico construido, que considera el hogar como un lugar supuestamente seguro y agradable pero aborda también la maternidad y las relaciones dañinas entre madre e hija, las dinámicas de roles y de juegos de poder que se traducen en conductas aprendidas y repetidas cuya fórmula viciada se hereda generación tras generación, como los papeles femeninos.