La coruñesa Lucía Veiga vive el mejor momento de su carrera. Tras ser profeta en su tierra ganando dos Mestre Mateo, ahora se consagra a nivel nacional. Tras aspirar a un Premio Feroz por su trabajo en «Rapa», su papel en «Soy Nevenka» le ha valido una histórica nominación a mejor actriz revelación en los Goya.
¿Cómo se enteró de la nominación al Goya?
Me llamaron mis representantes. Ya no me acordaba de la candidatura a los Goya. Sabía que me habían presentado que ya estaba muy agradecida por eso. No sabía ni que era la lectura de las nominaciones. Iba en el coche, me llamaron y cuando descolgué empezaron a gritar. Al poco empecé a recibir un aluvión de llamadas y mensajes.
Por lo que cuenta, fue una sorpresa absoluta.
Me decían que estaba de premio, pero yo era consciente de que era un papel pequeño. Estamos hablando de una historia personal con dos protagonistas y el resto somos un reparto de soporte. Con cuatro o cinco escenas me parecía descabellado que nadie me votase para el premio habiendo las compañeras y los proyectos que hay este año. Estoy absolutamente alucinada.
Su personaje es Charo Velasco, líder de la oposición que destacó por no usar el caso como arma política. ¿Cómo fue interpretarla?
Lo construyes a partir de sus hechos, a partir de las cosas que hizo y de cómo las hizo. Era una persona preparada, una pediatra de prestigio en Ponferrada. Era una tía progresista, moderna y feminista. Todo eso se lee sin hablar con ella. Entonces ahora me muero de ganas de conocerla.
En los últimos meses se han desvelado casos de abusos de personajes públicos. Que una película que retrata una historia de este tipo haya tenido éxito de taquilla y reconocimiento en los premios, ¿es importante para visibilizar esta situación?
Yo creo que es importante hablarlo. Seguir hablando con los testigos y las víctimas. Yo creo que el público ha recibido muy bien la película. La respuesta siempre era que es una peli necesaria y que removía. Cinematográficamente a lo mejor tenía dura competencia, porque ha tenido menos nominaciones que otros proyectos del año, ya que es posible que la crítica no se haya sentido sorprendida en otros aspectos, pero creo que el fuerte de Soy Nevenka sigue siendo la historia, la verdad y el mensaje de la película.
Dos Mestres Mateo, una nominación al Feroz y una nominación al Goya. ¿Se esperaba conseguir todo esto?
Jamás. Me parece loquísimo. Me parecería súper romántico ser de esas personas que tienen muy claro a qué se quieren dedicar en esta vida y que luego lo consiguen. Yo he llegado a este camino cogiendo atajos extraños. Me tiré muchos años haciendo otras cosas. No digo que estuviera equivocada, porque todo suma y todo te hace crecer, pero llegué a este oficio muy de sorpresa, y entonces todo lo que me regala este oficio sigue siendo muy de sorpresa. No me lo esperaba para nada.
Dice que ha tenido muchos trabajos, ¿no se esperaba ser actriz?
Bailé en la Universidad y estuve en un grupo de teatro. Entonces creo que esa necesidad estaba un poco cubierta. Me quedé en el paro con 37 años y creo que en ese momento tuve la sangre fría y la sabiduría de pararme y pensar qué quería hacer.
¿Ahora piensa que se va a poder dedicar toda la vida a esto?
No lo sé porque es una profesión complicada que no depende al 100% de ti. Es verdad que también intento poner los huevos en muchas cestas y no solamente estar esperando a que me llamen para un casting o para un proyecto, sino hacer teatro, montar cosas, hacer impro o dar clases. Entonces de esa manera diversificando un poco yo creo que consigues estirar esto, pero yo me voy a agarrar todo el tiempo que pueda a lo que me pasó. Y cuando se acabe la serie de olas, si no vuelven nunca más, pues me podré morir tranquila, habré sido súper feliz. Y si siguen llegando esa serie de olas, pues habrá que surfearlas.
Aunque está en un gran momento, no parece que la fama la haya cambiado nada.
Si algún día me pongo tonta, mis amigas tienen permiso para darme una colleja. Si soy Lucía, seguiré siendo Lucía, me dedique a lo que me dedique. Si por dedicarme a algo tengo que perder mis valores o mi forma de ser, me lo pensaría.
¿Qué sueños le quedan por cumplir?
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Me gustaría trabajar con Sorogoyen o Isabel Coixet, pero es muy difícil escoger porque hay mucha gente muy buena. Estoy pensando en sumergirme en el teatro porque lo tengo algo descuidado, también como espectadora. Quiero seguir trabajando en Galicia y en gallego porque es una de las patas para cuidar nuestra cultura y nuestra lengua.