El Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC) arrancará con sus primeros compases el próximo 10 de enero. Cinco semanas y 61 conciertos después, concluirá su edición número 41 el 16 de febrero.
Cuando hablamos el año pasado me dijo que esta edición contaríamos con el mejor guitarrista del mundo que venía al Festival de Música de Canarias con la condición de tocar en todas las Islas, incluida La Graciosa.
Y así es. Viene Pablo Sáinz Villegas, que es el que la crítica internacional considera como el nuevo Andrés Segovia. Vive en Nueva York, trabaja muchísimo con la Filarmónica de esa ciudad y hace giras mundiales. Cuando estuvo aquí hace dos años para estrenar una obra de Laura Vega surgió esa idea pero la condición que me pusieron él y su esposa es que fuera incluso a La Graciosa. Dice que quieren conocer todas las Islas a través del Festival. Imagínate para un músico de esa talla sacar 14 días para hacer gira en el Archipiélago. Son cosas muy bonitas y las vivimos en cada edición. Además, ha buscado un programa maravilloso con lo más conocido de la guitarra. Y encima hará un estreno de Miguel Ángel Linares, exdirector del Conservatorio, que también es guitarrista. Miguel Ángel está fuera de sí de la ilusión tan grande que le hace que Pablo toque su obra.
¿Es difícil superar el 40 aniversario que tuvimos el año pasado, no?
Siempre es difícil superarse pero si no lo consigues has cometido un error. Un festival nunca se mantiene en velocidad de crucero. Para no caer, tiene que subir y no hay un tope. No puedes repetir. Puedes repetir orquestas, pero el relato siempre tiene que ser diferente. Cada programación, cada obra que se va a hacer –o casi cada obra– tiene un sentido.
¿Y cuál será el relato de 2025 en el Festival de Música de Canarias?
No, tenemos muchos relatos, no es un relato solo. Por ejemplo, no presentamos simplemente a Mozart y a Beethoven. Presentamos a Mozart y a Beethoven con Pinchas Zukerman, que ha sido un mito en la historia del violín y en la dirección orquestal. Y él tiene un relato: toda su familia, sus abuelos, fallecieron en Auschwitz, en Polonia. Y él no estaba por la labor por trabajar con orquestas polacas. Hasta que un amigo le pidió como favor, porque había una cancelación, que trabajase con la Sinfonía Varsovia y en pleno ensayo se vino abajo y solo acertaba decir la palabra ‘reconciliación’.
Qué bonito…
Y tenemos otra historia que es maravillosa. Este Festival está siempre pendiente de lo que ocurre en el mundo. Como pasó, no sé si le recordarás, con la Sinfónica de Kiev. Cinco meses después de empezar la guerra la teníamos aquí. En este caso, tendremos al Ensemble Nasmé. Tiene un relato también maravilloso. Nos visitará con Michael Barenboim, hijo de Daniel Barenboim, director y pianista que está también entre los más famosos del mundo. Pues, siendo israelita, se le ocurrió hacer una orquesta con músicos israelíes, palestinos, españoles y alemanes. Eso le valió muchísimas críticas en su país pero ya tiene 15 años de trayectoria y está integrada por músicos jóvenes. Ha seguido funcionando aún en la actual situación. Ahora Daniel no está bien de salud pero tendremos a su hijo con este ensamble de músicos palestinos e israelitas. Ahí vemos cómo en momentos tan terroríficos como los de ahora es cuando la cultura, los músicos, se pueden unir para mostrar y demostrar que si queremos podemos llegar a un entendimiento. La gira del Ensamble Nasmé empezará en el Festival de Canarias y después dará la vuelta al mundo. Además va a estar aquí también Leónidas Kavacos, que es el considerado el mejor violinista de la actualidad.
Y destaca también la amplia presencia de violinistas femeninas. ¿Ha sido una feliz coincidencia?
Empezó siendo una coincidencia. Después me di cuenta de que podíamos encontrar también ahí un relato maravilloso y hemos seguido buscando a violinistas mujeres. El violín y la intérprete femenina van a ser parte fundamental en esta edición, sobre todo en los conciertos con orquesta. Tendremos a María Dueñas. Es una joven de 22 años que estrenará en el festival y que ya es una de las grandes violinistas del mundo. Va a interpretar a Korngold, que es una obra tremendamente virtuosa. Necesitas tener mucho valor para hacerla. Después vamos a tener Pinchas Zukerman, que es un mito en el violín y que además toca y dirige al mismo tiempo. Otra violinista será Hilary Hahn, que está dentro del top tres mundial. Y por supuesto hay que nombrar a Midori, que estuvo en el Festival hace 30 años cuando era cuando era apenas una niña.
¿Y en cuanto a directores, cuáles son los más destacados?
Tendremos a la decana de las directoras femeninas a nivel mundial, que es Marin Alsop. Ella ya estaba trabajando cuando apenas había mujeres directoras, hace unos 40 años. Además viene con la Filarmonía de Londres, una orquesta que se repite en nuestra programación porque se ha quedado enamorada del Festival y cada tres años quiere estar presente. De hecho, nos ayuda mucho con lo que son los costes.
Si alguien llegara y le pidiera consejo sobre cuál es el concierto más recomendable para una persona que no entiende o no está acostumbrada a acudir a conciertos de música clásica, ¿cuál de los más de 60 conciertos programados en esta edición le recomendaría?
Pues sería, sin duda, el de la Radio del Norte de Alemania: NDR Radiophilharmonie. Será el 28 de enero en el Alfredo Kraus y el 29 de enero en el Auditorio de Tenerife. Principalmente porque el programa incluye la Sinfonía número 6 de Tchaikovsky, conocida como La Patética, que es muy hermosa. Y también el tercer concierto de Rachmaninov para piano, que es una de las más complejas de tocar. De hecho, se han hecho hasta películas sobre esa obra.
¿Por qué?
Pues porque es de los más complejos para un pianista. Hay quien no se atreve a incluirlo en sus conciertos. De hecho, el pianista me pidió que lo cambiáramos pero yo quería que fuera ese y me consta que ha cancelado conciertos que tenía antes para poder estudiar. Hay una película que se llama Shine y que narra la historia real de un pianista cuyo padre se empeñó en que lograra tocar este concierto antes de cumplir los nueve años. El niño se vuelve loco y hoy en día tiene una discapacidad mental. Se llama David Helfgott, sigue dando conciertos.
Es decir, que hay pianistas de primer nivel que no se atreven a enfrentarse al Concierto para piano número 3 de Rachmaninov?
Yo diría que la mitad de los pianistas no lo pueden hacer. No es que se atrevan, es que saben que no lo van a poder hacer. Es muy complejo.
Los jóvenes músicos y compositores serán otro de los importantes aspectos de esta edición número 41.
Sí, y lo vemos en el concierto de la Camerata de Salzburgo, que obviamente pa a interpretar a Morzart pero que incluye en su programa a Zedginidze, un compositor de apenas 14 años que está estrenando con las mejores orquesta del mundo. Con la de Berlín y con la de Viena, por ejemplo. Esto implica acercarnos a los más jóvenes y que vean que ellos también pueden participar en el festival. Y el tener a Tsotne Zedginidze, con 14 años, y que va a venir incluso para saludar después, para nosotros es un placer. Los más jóvenes también van a tener cabida y un ejemplo es que vamos a tener a los Niños Cantores de Viena y probablemente dentro de una semana o dos ya estará todo vendido para verles.
¿La venta de entradas avanza ya a ese ritmo?
Este año va a ocurrir, por lo que vemos en las ventas, cosas que nunca habían ocurrido antes como que al empezar el Festival ya podamos tener, fácilmente, cuatro o cinco conciertos con todo vendido, con sold out. No sé qué está ocurriendo, pero creo que estos relatos de los que te hablaba son los que nos están ayudando a llegar a la gente más joven. El año pasado tuvimos conciertos en el que el 25% eran menores de 30 años. Eso es algo inaudito y maravilloso. Vamos en ese camino.
Estos porcentajes de público joven garantizan la salud del festival.
Efectivamente. Es igual que de la relación que tenemos con los conservatorios. Me gustaría que los niños, desde que llegan al conservatorio, se acostumbrasen a leer la frase Festival Internacional de Música de Canarias. Porque esos van a ser los músicos o los abonados del futuro. Hace poco leí en una revista alemana que el mejor abonado de la música clásica es aquel que estudió un instrumento pero que se dedica al derecho, a la medicina o a la carpintería, por ejemplo. Echan en falta la música, tienen conocimiento de la música, pero se dedican a otra cosa profesionalmente.
Y sobre las orquestas que nos visitarán, ¿qué nos puede adelantar?
Diría que una de las orquestas más rimbombantes de las que van a venir este año es la Filarmónica de Munich, que casualmente la estuvo aquí en 2018, cuando empecé en el Festival. Y viene con Lahav Shani, que es su titular. Está entre las tres primeras del mundo. Encima, para hacer el concierto para violín de Mendelssohn, que es de los más bonitos que hay.
Y Bruckner, del que se celebra el bicentenario de su nacimiento.
Efectivamente. Bruckner era como Mahler, es de esos compositores que tienen una sonoridad explosiva. Va a llamar mucho la atención.
Y vuelve el pianista Grigori Sokolov después del susto que dio hace unos años cuando se puso enfermo antes de un concierto del Festival.
Dice que no le gusta tener deudas y en Gran Canaria no pudo hacer las propinas. Él es muy famoso porque cuando termina sus conciertos regala 5 o 6 propinas. Es decir, obsequia una parte más del concierto. Así que este año vuelve para ofrecer dos conciertos de los que todavía no tenemos el programa porque lo va a estrenar con nosotros. Si no me equivoco, Sokolov es el único que lleva 18 años seguido tocando en cada Festival de Salzburgo. Es el mejor maestro de piano del momento y sus conciertos son muy interesantes porque son irrepetibles, los adapta para cada recinto.
¿Y los compositores?
En general tenemos mucha música del siglo XX y bastante del siglo XXI. Tendremos tres estrenos canarios. Por ejemplo, Jessie Montgomery es una compositora afroamericana que el año pasado ganó el concurso a la mejor composición en los Estados Unidos. De compositores canarios, como te decía, tendremos el estreno de Miguel Ángel Linares, Manuel Bonino y Cecilia Díaz.
Y, como siempre, el Paralelo.
Y yo diría que es un Paralelo más que interesante que empezará con un concierto de jazz. Además, vamos a hacer La pasión según San Mateo, que según los críticos especializados está entre las cinco mejores obras que se han hecho jamás en la música. Y encima la vamos a tener gratuita en las dos catedrales, en La Laguna y en las Palmas, con la Orquesta y Coro Barroco de Ámsterdam. Y con Ton Koopman, que es un poco el papa en lo que es la música barroca.
La edición del año pasado se cerró con récord de abonados. ¿Cómo va la campaña de este año?
El año pasado tuvimos una cifra récord de 928 abonos. Cuando yo empecé en el festival había 440. Después vino el Covid y tras ese momento llegamos a una cifra muy interesante que era 830, lo que significaba que después del parón seguimos creciendo. El año pasado nos sorprendimos porque esa cifra hacía una década que no se alcanzaba y resulta que este, aún con tiempo por delante, ya superamos el millar de abonados. Está habiendo un resurgimiento de lo que es el interés por la cultura, sobre todo en los jóvenes, que a los programadores nos tiene asombrados. Tenemos muchos conciertos con el 80 por ciento del aforo vendido y otros con más del 60 o 70. Eso, a casi un mes de que empiece el Festival, es algo que nunca había ocurrido