El escritor británico Roger Lancelyn Green (Norwich, 1918-Bebington, 1997), reconocido por su notable aporte a la literatura infantil, fue también un entusiasta de los mitos y las leyendas, una pasión que desarrolló durante su tiempo en la Universidad de Oxford, donde se impregnó de cultura clásica. Asimismo, formó parte del célebre grupo literario The Inklings, junto a grandes figuras como J. R. R. Tolkien y C. S. Lewis, con quienes compartió y profundizó su fascinación por el mundo mítico.
La producción literaria de Lancelyn Green incluye destacados libros en los que recopiló y reimaginó, con frecuencia a través de nuevas traducciones y narrativas unificadas, tradiciones tan vastas como la mitología griega y la guerra de Troya, las historias de los dioses egipcios, las leyendas del rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda, y las hazañas de Robin Hood. Entre sus obras, también sobresale un volumen dedicado a los mitos de los pueblos nórdicos, que la editorial Siruela, encargada de traducir al español sus textos, ha recuperado recientemente en una exquisita y cuidada edición.
Relatos de la mitología nórdica recoge toda la cosmovisión legendaria de los pueblos del norte, que abarca desde la creación del mundo hasta la visión de la última gran batalla en el día del Ragnarok, un acontecimiento apocalíptico que enfrentará a los dioses de Asgard (los Aesir) con los gigantes y en el que cada uno de los bandos contará con sus propios aliados. Odín, por ejemplo, contará con los mejores guerreros de entre los hombres, a los que tiene reunidos en el famoso Valhalla.
Este corpus de leyendas está dominado, en buena parte, por la permanente tensión que mantienen el tuerto Odín (que accedió a entregar un ojo por beber del manantial de la sabiduría) y el resto de deidades de Asgard con Loki, una de las figuras más interesante de la tradición nórdica. Hijo de gigantes pero primo del propio Odín, que lo hará su hermano de sangre, Loki colabora con los moradores de Asgard aunque su propia naturaleza, tendente a las mentiras y el engaño, lo hará sembrar la discordia y, finalmente, traicionar a los Aesir, provocando la muerte de Baldur. Otro de los relatos más conocidos que recoge el libro es el de la saga de los volsungos en torno al anillo de Andvari, con el famoso personaje de Sigfrido y que, en su vertiente germana, dio lugar al Cantar de los Nibelungos.
El trabajo de compilación que realizó en su día Lancelyn Green es tan espléndido como dificultoso, como el propio autor señala en su prefacio. Y es que, contrariamente a lo que ocurre con los mitos griegos, donde hay gran abundancia de tradiciones, las leyendas nórdicas parten de un material original bastante más escueto, disperso y confuso recogido en las sagas originales noruegas e islandesas. «Los dioses de Asgard son extrañamente esquivos: aquí, la dificultad consiste en encontrar lo suficiente acerca de ellos y, una vez recopilado el exiguo material, es aún más difícil unir las piezas de este rompecabezas incompleto que forma todo cuanto nos queda», apunta.
Gracias a su tesón, una nueva generación de lectores pudo acceder de forma fidedigna y accesible a un maravilloso legendarium: el florecimiento de Yggdrasil, el Árbol del Mundo; la amenaza de Jormungand, la serpiente de Midgard; los viajes de Odín y sus tretas para robar el hidromiel mágico; las aventuras del iracundo Thor en las tierras de los gigantes con su poderoso martillo Miolnir; los pretendientes de la bella Freya; el destino de Sigfrido y Brunilda, la muerte de Baldur y el castigo de Loki, encadenado en una cueva a la espera del Ragnarok… Una mitología que transmitieron y vivieron pueblos como los vikingos y que conserva todo su poder de fascinación a a día de hoy. Como señala el propio autor: «¿Qué mejor manera de morir para un hombre que enfrentándose al temible destino? Esta era la manera de ver la vida que tenían los nórdicos, y las gestas y el destino de los héroes de una saga debían de ser nada menos que el equivalente terrenal de las gestas de los dioses de Asgard».