A pesar de que la medida oficial de inflación en República Dominicana ha mostrado niveles más bajos que en años recientes, el impacto acumulado del aumento en los precios sigue afectando el poder adquisitivo de las familias. Desde 2020, cuando el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicaba en 103.8, los precios han experimentado un aumento del 25%, lo que pone de manifiesto que los hogares continúan sintiendo el peso de los ajustes en sus gastos cotidianos, según un reciente informe del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES).
Los datos del Banco Central de la República Dominicana (BCRD) indican que, para noviembre de 2024, la inflación ha ido disminuyendo progresivamente en comparación con los primeros meses del año anterior. Esta tendencia se refleja tanto en la inflación general — que abarca todos los bienes y servicios —, que pasó del 6.6% en enero de 2023 al 3.3% en noviembre de 2024, como en la inflación subyacente, que excluye alimentos de precios volátiles, combustibles y servicios regulados como la tarifa eléctrica y el transporte, y que descendió del 8.7% al 3.9% en el mismo período.
Sin embargo, el CREES advierte que esta reducción en el ritmo de crecimiento de los precios no implica que los costos enfrentados por los hogares dominicanos hayan dejado de aumentar. El informe subraya que el IPC, que mide el promedio ponderado de los precios de los artículos más representativos de la canasta básica, continúa mostrando un incremento. En 2023, el IPC se situó en 125.8, mientras que para noviembre de 2024 alcanzó los 129.8. Este aumento del 3.18%, aunque menor en magnitud que en años anteriores, revela que los consumidores siguen enfrentando precios elevados al momento de adquirir bienes y servicios esenciales.
Un estudio reciente realizado por TransUnion durante el segundo trimestre de 2024 denominado Consumer Pulse reveló que más del 76% de los dominicanos se declaró optimista sobre la situación económica de su hogar para los próximos doce meses; sin embargo, este optimismo viene acompañado de cautela debido a las preocupaciones macroeconómicas.
Más de la mitad (54%) afirmó haber recortado sus gastos discrecionales en los últimos tres meses. Además, casi dos tercios (63%) señalaron a la inflación como su principal preocupación, mientras que un 52% expresó inquietud por el empleo y un 51% por el precio de la vivienda.