El poeta argentino Roberto Juarroz escribió en Poesía vertical 22 que «hay que ponerle pruebas al infinito / para ver si resiste». Y Pedro Flores vuelve a asaltar la eternidad a golpe de verso. El escritor grancanario ha sido distinguido con el 21º Premio de Poesía César Simón de la Universitat de València por su obra A veces la poesía es un desguace a la orilla de una carretera secundaria, que se incorpora a la extensa nómina de galardones de quien se erige en el poeta contemporáneo más laureado y prolífico del Archipiélago.
El jurado del César Simón ha destacado «la valiente apuesta temática y formal» del poemario. «La obra tiene una voz arriesgada que interpela con distintas tradiciones poéticas. La estética realista y urbana presenta una narración audaz que sabe construir desde el lenguaje cotidiano una reflexión sobre los límites de lo poético», recoge el fallo, que también ha valorado «el manejo de las fuentes intertextuales como sustrato del edificio poético».
Por su parte, Flores manifiesta que este premio «supone, para un ultraperiferico como yo, poder tener acceso a circuitos literarios que de otra forma serían más inasequibles». «Además de un honor, porque lleva el nombre de un poeta que he leído y admiro», añade.
Bajo este título prometedor, A veces la poesía es un desguace a la orilla de una carretera secundaria circula por las vías y códigos comunes de la poética de Flores, cuya obra gravita sobre « la elaboración y estructura del poema como trasunto metapoético, el juego con el tiempo y su ductilidad, el homenaje a la obra y la memoria de los poetas que admira y lee».
«Concibo la escritura de poesía como una búsqueda y, en ese sentido, estos poemas son una estación más en el camino, por acudir a la metáfora facilona», reflexiona Flores. «Creo que la poesía puede aceptar la definición de ‘desguace’, dado que la tradición y la memoria son lugares donde los poemas van a parar y donde los poetas acuden a por piezas, a por versos usados».
Con más de 40 títulos de poesía y narrativa a sus espaldas, la estantería de Flores atesora reconocimientos de poesía tan prestigiosos como el Premio Nacional de Poesía José Hierro 2017 o el Premio Internacional de Poesía Flor de Jara 2018, toda vez que sus últimas publicaciones premiadas más recientes son Los poetas feroces cuentan lobos para dormir, Premio Jorge Manrique; Los gorriones contrarrevolucionarios (y otros poemas), Premio Generación del 27; Tocar de oído (Premio Miguel Hernández-Comunidad valenciana) y Nuestro nombre es piedra (Premio Alegría 2024), que recibió el pasado octubre. Y con todo, Flores continúa en la autopista de su búsqueda poética, como describe en su poema El retrato de Doriano Gris: «En algún lugar, sobre algún papel / entre otros muchos poemas, todos olvidables / debe haber uno inimitable y definitivo / uno que se ríe de los renglones del tiempo / un hermoso poema que no envejece».