Qué hay que mirar al comprar un smartphone en 2019 para asegurarnos de que va a tener las tecnologías de los próximos años

Qué hay que mirar al comprar un smartphone en 2019 para asegurarnos de que va a tener las tecnologías de los próximos años

Nos encontramos en la primera mitad de 2019 y, aunque ya hemos visto algunos buques insignia, este año todavía nos depara muchas sorpresas en el terreno smartphone.

Este artículo no pretende ser una guía de compra de teléfonos móviles al uso, con especificaciones y modelos concretas, sino una mirada al futuro del sector de forma práctica para conocer cómo debe ser un teléfono para que nos acompañe el mayor tiempo posible dilatando al máximo la inevitable obsolescencia.

¿Cómo es un teléfono resistente al futuro?

Este artículo está estructurado en 11 apartados importantes para que un teléfono soporte el paso del tiempo (2 a 3 años), prestando atención a lo que nos ofrece el mercado actualmente y hacia dónde se dirige.

1. – Con pantalla OLED y resolución QHD

A día de hoy, la tendencia hacia las pantallas cada vez más grandes es clara. No obstante, de herramienta para llamar, el teléfono ha ido ganando terreno en otras tareas. Primero, en aplicaciones de mensajería y redes sociales, y actualmente como gadget multimedia para el consumo de contenido audiovisual y videojuegos.

Elementos de diseño como los ratios próximos al 2:1, reducción de marcos y los notches o agujeros han posibilitado el aprovechamiento de las dimensiones del terminal sin renunciar a la manejabilidad.

Huawei

En el horizonte asoman los teléfonos plegables con modelos como el de Huawei y su Mate X o el Samsung Galaxy Fold, propuestas tan ambiciosas en cuanto a posibilidades como arriesgadas por lo incipiente. Y es que todavía quedan muchos factores de diseño por resolver en el formato con bisagra.

Un vistazo a lo que propone el mercado deja patente que las 6 pulgadas se han convertido en el punto de partida actual en cuanto a tamaño y, si tienes claro que pasarás horas disfrutando de contenido multimedia, que seguirá creciendo en cuanto a volumen y propuestas — sirvan como ejemplo Stadia de Google o Apple Arcade en el terreno de los videojuegos — el QHD+ es apuesta de presente y futuro para exprimirlas en estas dimensiones.

A la hora de la verdad, tan importante como una resolución ambiciosa es una buena representación de color y brillo, ofreciendo un buen comportamiento en situaciones complejas como puede ser el visionado en exteriores cuando hay mucha luz.

Si acudimos a la tecnología del panel y con honrosas excepciones en las propuestas de gama alta con LCD, el caballo ganador mirando al futuro es el OLED, que proporciona una imagen más llamativa, con negros más profundos y alto brillo y contraste, sin olvidarnos de una mayor eficiencia energética y la consecución de terminales más finos y ligeros.

2. – Cámaras: de cantidad y calidad

A no ser que la fotografía te resulte indiferente, en cuyo caso encontrarás teléfonos de gama de entrada y media con unos resultados aceptables para tus expectativas, la fotografía es una de las áreas diferenciales entre las diferentes gamas de los teléfonos móviles.

Nokia 9

Con la democratización de la cámara dual trasera, buques insignia como los Samsung Galaxy S10 o los Huawei P30 van añadiendo sensores en la parte de atrás hasta llegar a casos como el del Nokia 9 Pureview con 5 cámaras. De este modo, la diversidad del grupo de sensores permiten a la cámara en su conjunto adaptarse a más situaciones.

Pero como sucede con los megapíxeles, más no significa mejor. Para muestra, un botón: el Google Pixel 3XL evidencia que el verdadero campo de batalla en la imagen es la fotografía computacional, tanto en el presente como a medio plazo. La fotografía computacional permite a los terminales salir airosos en situaciones complicadas como en movimiento, con poca luz o en retratos.

La fotografía hecha con el teléfono móvil está estrechamente ligada al software y en este sentido, las marcas mejor posicionadas son Google, Huawei o Apple, a juzgar por sus resultados en los últimos años con sus buques insignia.

La fotografía hecha en teléfono móvil está estrechamente ligada al software

Una “especificación” que sí es muy interesante mirar es la óptica elegida. Suponiendo que los materiales son de primera calidad y que su correspondencia no puede ser igual a las lentes de las cámaras grandes, es clave que la apertura sea lo mayor posible.

Teléfonos como el LG V40 ThinQ o el Samsung Galaxy S10+ cuentan con lentes con f/1.5, algo que a la hora de la verdad se traduce en una mayor entrada de luz, algo que nos ayudará cuando la luminosidad sea escasa.

Otro punto muy importante es un gadget tan pequeño y que marca la diferencia en fotografía y vídeo es la estabilización óptica, que puede estar implementado de forma electrónica o integrado en la óptica. Independientemente de la forma, los resultados saltan a la vista en escenarios de movimiento o con luz escasa.

3. – Más RAM, por favor

Aunque no podamos cuantificar su efecto de forma clara, la cantidad de RAM de un dispositivo es clave para la multitarea y para soportar mejor el paso del tiempo, cuando las aplicaciones engorden. Y es que con la forma en la que Android trabaja y se actualiza, la memoria RAM es un elemento hardware que siempre va a venir bien.

En caso de que la interfaz que emplea el teléfono no tenga ninguna restricción en cuanto a número de aplicaciones abiertas, más RAM nos permite ejecutar más apps al mismo tiempo y que el salto de un programa a otro se pueda producir de forma más rápida.

La gestión de los recursos disponibles en iOS es diferente, resultando en un sistema operativo más eficiente, por lo que los requerimientos de memoria RAM son inferiores.

Retornando a Android, la interfaz de los diferentes fabricantes marca el consumo de RAM así que, cuanto más simple y parecido sea al sistema original de Google, mejor.

Si nos vamos a las gamas de entrada, el punto de partida es de 3 GB, pero si buscamos un terminal Android que nos dure años, los 6 GB de RAM son un buen punto de partida. Y si el salto de precio no es considerable, la gama alta ya podemos optar por modelos de 8GB.

4.- Compacto, sin bordes y con materiales robustos

Aunque la estética es un concepto subjetivo sujeto a gustos, es innegable que cada temporada encontramos paralelismos en cuanto a integración de elementos de diseño que marcan tendencia: pantallas infinitas, cámaras traseras múltiples, el notch el año pasado, los agujeros este año…

Mi Mix 3

Como apuntábamos en el apartado de las pantallas, estos últimos meses hemos vislumbrado diseños innovadores como los terminales plegables y otros como los del Xiaomi Mi Mix 3 o el OPPO Find X, ambos con un módulo extraíble para ocultar la cámara. ¿Tiende el sector hacia los elementos deslizantes o las pantallas plegables? Todavía es pronto para saberlo, será la réplica (o no) en el resto de la industria la que confirme o eche por tierra estas propuestas.

Lo que parece claro es que buena parte de estos elementos de diseño buscan seguir ofreciendo más prestaciones dentro del mismo espacio, o lo que es lo mismo, la compactación es el resultado final del diseño. Que el smartphone siga siendo cómodo en mano.

Valorar su belleza es algo que dejamos al gusto del usuario — si bien particularmente echo en falta la simetría de otras épocas —, lo que si podemos evaluar es la calidad de su construcción y los materiales. Mientras que en la gama alta es habitual encontrar la elegancia del metal y cristal, este último tan atractivo como frágil, bajar las pretensiones suele traducirse en cambiar de material por el plástico, una sustitución muy interesante por la combinación entre prestaciones y precio que ofrece este derivado del petróleo.

Ninguno es indestructible, pero la sensación general es que los materiales cada vez son más modernos y trabajados, con incorporaciones adicionales que teóricamente prolongan su durabilidad como Gorilla Glass en el panel o la resistencia al agua.

A estas alturas de la película, todos los teléfonos de gama alta cuentan con la certificación IP68, es decir, son resistentes al agua y al polvo. En este sentido, apostar por un teléfono con este grado de resistencia puede evitarnos muchos disgustos.

5. – En Android, el caballo ganador sigue siendo Snapdragon

Snap

Cuando compramos un teléfono con la idea de que nos dure unos cuantos años vista, el hardware es fundamental para que no se nos quede corto con la llegada de nuevas funcionalidades, aplicaciones y actualizaciones. Aunque cada año salen nuevos smartphones con nuevos procesadores, ninguno ha sido una revolución respecto a su predecesor. En general, el salto tiene que ver con la solución de problemas y una mejor eficiencia energética. En cuanto a rendimiento, la diferencia es más notoria con la perspectiva de dos años.

En la gama media, la serie 600 con el veterano Snapdragon 660 a la cabeza permiten las asentadas cámaras duales, Quick Charge y Bluetooth 5. Y en la alta, el Snapdragon 855 es lo último de Qualcomm, un chipset más eficiente y con más funciones de inteligencia artificial que podemos encontrar en el Xiaomi Mi 9 o el LG V50 ThinQ. No obstante y como hemos aclarado un poco más arriba, el salto entre este y el 845 no es significativo. Especial atención a esa gama en tierra de nadie que apuesta por integrar chipsets de la serie 800, recortando en otras facetas como cámaras o pantalla: es el caso de los Xiaomi POCOPHONE F1.

Pero no solo de Qualcomm vive el smartphone: Samsung desarrolla el procesador Exynos y Huawei hace lo propio con sus Kirin, dos alternativas parejas en cuanto a potencia y características a los Snapdragon. En iPhone la capacidad de elección está limitada al procesador desarrollado cada año en Cupertino, que encontraremos en la respectiva hornada presentada en la Keynote de septiembre. Los chips AX — el A12 Bionic es el último de todos — son los más potentes del mercado de acuerdo con las pruebas sintéticas, si bien en la práctica la sensación de fluidez es una realidad consolidada en la gama alta.

Algo en lo que es importante incidir es que tener el mejor hardware no implica necesariamente una mejor experiencia, ya que el sistema operativo, la interfaz de usuario o el bloatware de los fabricantes tienen mucho que decir. Y, volviendo a un apartado anterior, tampoco nos podemos olvidar de la RAM integrada y la velocidad y capacidad del almacenamiento, otro aspecto del hardware en el que profundizaremos pronto.

Una apuesta por hardware potente nos permite jugar a títulos ambiciosos, hacer uso de aplicaciones exigentes como los editores de fotos, o estar preparado para que te dure un par de años sin problemas tanto por fluidez como por tecnologías soportadas.

6. – Conectividad: Pagos con el móvil mientras esperamos el 5G

En los últimos dos años hemos oído hablar largo y tendido del estándar 5G, una red móvil que se ha convertido en una realidad tangible con la puesta de largo de los primeros terminales 5G que vimos en el MWC 2019: Huawei Mate X, Samsung Galaxy S10 5G, Xiaomi Mi MIX 3 5G, LG V50 5G…

Sin embargo, los usuarios finales todavía tendremos que esperar. ¿Hasta cuándo? Las pruebas de infraestructura llevan años realizándose en países de la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, China…incluso nosotros hemos recibido nuestra primera llamada 5G y no se descarta que las primeras tarifas 5G tengan lugar en 2020, pero su eclosión definitiva se prevé para 2021 – 2022.

Entonces, ¿merece la pena apostar por algunos de esos modelos con 5G? Pues depende de con qué frecuencia cambiemos de terminal. Si la idea es comprar un terminal para los próximos 2 – 3 años, sí que podemos valorar la inclusión de esta función. Eso sí, teniendo en cuenta que por el momento no podremos sacarle partido por falta de servicios 5G comerciales, pero si vivimos en una gran ciudad cabe la posibilidad de poder hacerlo en 2020.

En el corto alcance, la integración de NFC se antoja imprescindible para hacer uso de los pagos móviles, una funcionalidad que sigue expandiéndose. Respecto al **Bluetooth, la versión 5.0 ofrece mayor rango y velocidad, así como el uso de dos auriculares inalámbricos.

Sobre la conectividad Wi-Fi, el avance es lento, con novedades que están por llegar como el Wi-Fi ad, todavía no implantado en teléfonos a la venta.

7. – Más de 3.700 mAh de batería en Android y carga rápida

Independientemente de la gama del teléfono, es recomendable que la batería sea al menos de 3.700 mAh, una cantidad que nos permita aguantar el día con un uso moderado sin problemas. Si un eres usuario exigente en cuanto a juegos, llamadas, series y redes sociales, la autonomía es un apartado clave a tener en cuenta, pero más que en cuanto a miliamperios-hora en frío, prestando atención a la duración real mediante experiencias de uso.

No se espera una revolución a medio plazo en este apartado, si bien las pantallas OLED, los componentes más eficientes y los sistemas operativos más depurados tienen como resultado un aprovechamiento mayor de la capacidad disponible del terminal.

Energizer Energizer Power Max P18K Pop, un móvil con batería de 18.000 mAh

Teniendo en cuenta que por cuestiones de diseño y manejabilidad la capacidad de la batería no va a ser mucho mayor — salvo anecdóticas excepciones —, lo que se torna imprescindible es la carga rápida, que nos permite subir el porcentaje con pequeñas cargas durante el día.

En este sentido, el Quick Charge de Qualcomm es el más popular — un sistema que ya va por la versión 4+ —, implantado en marcas como Sony, Xiaomi o LG, pero también existen otros tipos de carga rápida como el Dash Charge de OnePlus o el SuperCharge de Huawei. Se espera que todas ellas sigan mejorando en cuanto a velocidad.

En cuanto a las opciones inalámbricas, el estándar Qi es el más frecuente, implantado en firmas como Samsung, LG, Lenovo, Apple o Xiaomi, un tipo de carga que todavía tiene mucho margen de mejora, tanto en velocidad como de forma conceptual, porque más que una carga inalámbrica, se trata de una carga de contacto.

8. – La memoria interna nunca sobra

En tiempos de nubes y servicios en streaming, podría pensarse que el espacio del teléfono es un aspecto secundario. Craso error: tanto si se puede ampliar como si no, si estoy invirtiendo en un teléfono para que me dure varios años, no miraría nada por debajo de los 64 GB, una cifra que comienza a ser erradicada de los buques insignia de este año en favor de los 128 GB.

Quizás haya usuarios que no esperen mucho más que las llamadas, WhatsApp y algunas fotografías que puedan contentarse con 32 GB, pero cualquier usuario que haga uso de aplicaciones y que grabe vídeos se dará cuenta que se queda muy pronto sin espacio disponible.

Además, por el diseño de los teléfonos móviles, la tendencia es ir eliminando progresivamente la ranura micro SD, así que mejor tener claro antes de comprar este apartado.

Si optamos por un teléfono con buena óptica, más razón todavía: la grabación en 4K y las fotos con alta resolución devoran el espacio disponible. Si tienes claro que vas a hacer uso de estas herramientas, subir la inversión a modelos de mayor capacidad es una garantía para los próximos años.

9. – Altavoces estéreo y aptX

El sonido es el patito feo de las especificaciones técnicas de los teléfonos móviles. El incremento en la calidad y el tamaño de las pantallas para mejorar la experiencia del usuario en juego, vídeos o servicios en streaming debe ir acompañado por una fuente de audio a la altura en cuanto a calidad y potencia: el punto de partida es la integración de 2 altavoces estéreo.

La conexión jack tiene las horas contadas y serán precisamente Qualcomm y el Bluetooth 5.0 del que se ha hablado anteriormente los que ayudarán en este sentido.

Por un lado, aumentando la velocidad de transmisión de datos, por otro mediante la inclusión del algoritmo de compresión de audio aptX, responsable de la mejora de la calidad del audio inalámbrico de forma notable.

10. – Reconocimiento facial como el sistema de seguridad actual

Samsung Galaxy S8 Facial Recognition

El cómodo reconocimiento facial se ha consolidado como el sistema biométrico de seguridad en la gama alta y su presencia ha comenzado a democratizarse, alcanzando gamas más modestas. Aún así, todavía tiene margen de mejora en aspectos como la velocidad y su funcionamiento en diferentes situaciones, algo que irá mejorando a corto plazo.

No obstante, en algunos teléfonos este sistema coexiste con el asentado, rápido y solvente lector de huellas dactilares, que por fin parece haber encontrado su sitio alejado de botones y zonas traseras para integrarse de forma discreta en la pantalla, como en el Huawei Mate 20 Pro o los nuevos Samsung Galaxy S10.

¿Coexistirán ambos o la báscula acabará decantándose por uno de ellos? La clave está en lo robusto que sea el reconocimiento facial. Aquellos sistemas que miden profundidad como el Face ID de Apple, envejecerán mejor al reforzar la seguridad.

Mirando al futuro y con una tendencia creciente a servicios y aplicaciones que requieren de una cuenta con identificación, los sistemas biométricos son la alternativa más sensata a una lista interminable de contraseñas.

iOS o Android, una cuestión de gustos y actualizaciones

Con Windows fuera de juego, los usuarios solo tienen dos alternativas: Android o iOS, una tónica que parece no vaya a cambiar en los próximos años. Así como iOS es un sistema operativo único y uniforme, en la plataforma de Google encontramos decenas de opciones en forma de capas de personalización de los fabricantes.

Gp

iOS tiene en la sencillez y uniformidad su fortaleza, mientras que en Android su punto fuerte es la flexibilidad. Con el paso del tiempo, ambos sistemas han alcanzado una madurez en aspectos como fluidez, personalización, eficiencia energética y seguridad, especialmente si hablamos teléfonos Android bien optimizados como los Google Pixel o OnePlus, que hacen que decantarse entre un sistema u otro en la gama alta ya sea una cuestión de gusto.

Android o iOS, un teléfono de gama alta comprado hoy debe recibir actualizaciones un par de años

Si vamos a comprar un teléfono para que nos dure el mayor punto posible, este debería tener iOS 12 o Android 9 Pie como sistema operativo y además que nos permita recibir actualizaciones durante al menos dos años, algo a lo que Google obliga en materia de seguridad para Android.

En el terreno del hardware, existen modelos mejor diseñados para aguantar el paso del tiempo gracias al software, como los Google Pixel o los iPhone, porque Apple y Google realizan un esfuerzo para que sus terminales reciban las últimas novedades novedades de sus sistemas operativos.

En este sentido, cuando un teléfono ya no puede recibir una actualización importante del sistema, con novedades y aplicaciones que el equipo ya no puede soportar, consideramos que se ha quedado obsoleto. Pero este hecho no debería suceder en menos de 3 años si apostamos por un gama alta.

También te recomendamos


Lanzamientos y precios de compra de los principales teléfonos móviles a la venta en España en marzo 2019


Estas son todas las muertes que habrías sufrido sin tecnología


10 bases de carga inalámbrica múltiple alternativas a AirPower para teléfonos Android y iPhone, AirPods y Apple Watch


La noticia

Qué hay que mirar al comprar un smartphone en 2019 para asegurarnos de que va a tener las tecnologías de los próximos años

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Eva Rodríguez de Luis

.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *