Comemos tanto pollo que estamos creando una raza nueva y completamente distinta

Comemos tanto pollo que estamos creando una raza nueva y completamente distinta

Cuando los arqueólogos del futuro investiguen las primeras décadas del siglo XXI, encontrarán muchas cosas: montañas de plástico, millones de botellas de vidrio, toneladas métricas de cemento, capas y capas de residuos de combustibles fósiles y huesos de pollo.

No es (exactamente) una exageración. Con la excepción del ser humano y reconociendo que es un puesto muy disputado, es muy posiblemente que los «pollos de engorde» sean la especie con un impacto más intenso en la configuración de la biosfera. La culpa, claro, es nuestra y de nuestro insaciable apetito.

Un súperpollo, súperdependiente

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Y es que, aunque no solemos comentarlo, los animales que se usan en la industria cárnica son, desde hace unas décadas, especies completamente distintas a «las originales» en muchos aspectos. Como dice la veterinaria Anna Martí, «la selección artificial ha sido tan intensa como la de las razas de perro o la de las verduras comerciales».

El cambio ha sido «dramáticos». Según reciente estudio publicado en la Royal Society Open Science, los cambios en la cría, la dieta y las prácticas agrícolas han conllevado que el tamaño corporal de las aves se haya duplicado y que, de hecho, la masa corporal se haya multiplicado por cinco.

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La morfología esquelética, la patología, la geoquímica ósea y la genética de los pollos de engorde modernos son significativamente diferentes a las de sus antepasados: en la práctica, son una subespecie distinta a casi todos los efectos.

Como dicen en Treehunger, la industria depende completamente de la tecnología: desde la incubadora de huevos hasta el matadero todos los procesos están fuertemente mecanizados. Tanto es así que la evolución artificial también ha hecho a los pollos dependientes de la tecnología. Es decir, hemos creado una raza de superpollos cuyo su superpoder es ser superdependientes. La evolución (artificial) es fascinante.

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Comemos tanto pollo que estamos creando una raza nueva y completamente distinta

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Javier Jiménez

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