Mide casi medio kilómetro de largo


Si los polvos rondan las 600.000 toneladas y ponerlo de pie, la superestructura Prelude FLNG se eleva sobre el Empire State Building. No es gran cosa, pero es todo lo que tenemos en cuenta que no es una carrera, ni una torre, ni que haya un parche o remotamente seguro: mayor de su tipo y se presenta en el menú como la estructura flotante más grande jamas construida.

Mimbres desde luego tiene.

Es una barricada que está restringida y en cierto modo está más pensada para operar como una isla como un dólar; pero con sus maletas de medio kilómetro de largo, la Preludio incluía super sobre el Seawise Giant, el megapetrolero de 458,4 metros de ceniza construido en la década de 1970 y que se prolongó durante décadas en los mares como el mayor del globo.

El titán de los mares

La tarjeta de presentación de la impresión Prelude. La plataforma, de Royal Dutch Shell, mide 488 m de grande y 74 de ancho, pesa 600.000 toneladas con sus tanques repletos; es capaz de suministrar líquido suficiente para llenar 175 piscinas olímpicas y poder —para asegurar que sus responsables, al menos— apoyen la invitación de un ciclón de cinco categorías. Además de larga, la plataforma es alta: según la propiedad de Shell, la torre que cubrirá la instalación de 93 metros.

Su misión es procesar el gas natural que recoge los refugios submarinos ubicados a 475 kilómetros de la costa de Broome, en Australia Occidental. Alli espera que más o menos se mantenga entre dos y tres décadas. En la plataforma el gas se congela a -162ºC para convertirlo a GNL y facilitar su transporte y transporte. Luego se entrega a los clientes con vergüenzas.

La empresa espera generar 3,6 millones de líquidos anuales de gas natural licuado, GNL. Solo con su producción, estima la empresa, la megaplataforma podría generar el dinero necesario para cubrir las deudas -alrededor del 117%- de la demanda de Hong Kong.

La gigantesca estructura de gas no solo es importante por su tampón; es también la primera exhibición de la tecnología FLNG de Shell. De vez en cuando, Prelude se coloca en su «área de tráfico» en 2017 las finales de 2018 inician su labor de producción.

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Desde entonces, su historia no ha sido fácil y, de hecho, como cuestión de hecho Revista de Tecnología del Petróleo, que el pionero no tiene por qué ser un papel fácil de desempeñar. A través de su distanciamiento, que tenía cuatro años, Prelude tuvo que lidiar con varios incidentes. Quizas de las mayores repercusiones se produjeron en diciembre de 2021, cuando Sufrio disparó un incendio que provocó la escasez de energía a bordo, matando al menos a 200 personas. El resultado: NOPSEMA, la autoridad australiana en la materia, la orden que destruye su producción. El paron duro tenia varios meses.

La pregunta del millón —uncan more dicho— es: ¿Cuánto costó formar un titán como Preludio? Shell no ha revelado la importación exacta, pero algunos expertos apuntan a un coste global del proyecto de 17.000 millones de dólares. En 2011 Samsung, pese a la construcción, anunció que rondaría la marca de los 3.000 millones. En su “aventura”, además de Shell, con el 67,5%, también están Inpex de Japón (17,5%), Kogas de Corea del Sur (10%) y CPC Corp de Taiwan (5%).

Su derecho ahora es demostrar que su capacidad es a la par que su tamaño.

Y abre camino.

Imágenes | Cáscara



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