¿Vives en un clima frío? Tus pulmones son más grandes

Una vez más, la ciencia demuestra que los humanos y los animales tienen más en común de lo que parece. Siguiendo la teoría de la evolución según el cambio climático, un nuevo estudio revela que las personas que viven en lugares con temperaturas frías tienden a tener los pulmones más grandes. Pura adaptación.

El frío no perdona

¿Vives en un clima frío? Tus pulmones son más grandes
Además de tener osos, Alaska puede presumir de sus cimas nevadas

Al igual que existen diferencias entre los osos según su hábitat, el Museo Nacional de Ciencias Naturales ha comprobado que los humanos también nos adaptamos para sobrevivir en situaciones extremas. Mientras estos grandes mamíferos aumentan su tamaño y pelaje en climas fríos, nosotros tratamos de protegernos de él. Pero hay patrones biológicos que escapan al entendimiento de nuestra raza.

Lejos de ser una teoría basada en la imagen del típico hombre nórdico descendiente de dioses vikingos y con unos músculos de infarto, los resultados de la investigación prueban que los ambientes fríos inciden en el tamaño de los pulmones. Así, las personas que habitan en estos lugares superan a la media en cuanto a la talla de este órgano.

Clima similar, diferentes pulmones

¿Vives en un clima frío? Tus pulmones son más grandes
Panorámica de las montañas de Tierra de Fuego, entre Argentina y Chile

Partiremos de la base de que da igual que tengas calefacción en casa o el abrigo más fuerte del mercado. Por esto, ni siquiera todos los humanos que viven en climas fríos presentan el mismo tamaño de pulmones. Y es que el estudio también dejó claro que incluso la región en la que vivas puede afectar. Por ejemplo, en Groenlandia tienen los pulmones más grandes de todo el globo terráqueo, mientras que en el archipiélago de Tierra de Fuego y Alaska son algo menores.

Sin embargo, todo tiene explicación. Aunque estos lugares sean –extremadamente- fríos, tanto Tierra de Fuego como Alaska se encuentran más cerca del Ecuador. Esto siempre indicará temperaturas más suaves. “Se ha observado que el ser humano posee una gran plasticidad biológica”, explica el investigador Daniel García Martínez. Dicho esto, solo queda pensar qué será de nosotros en un futuro no muy lejano, cuando las temperaturas varíen de forma drástica. Lo que sí está claro es que la capacidad de amoldarse a la situación ya es una realidad.

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