Origen del término Gran Manzana

Hoy en día nadie pone en duda que el término Gran Manzana describe a Nueva York como pocos, más incluso que la propia nomenclatura de la ciudad. Sin embargo, ¿sabrías decir dónde está el origen de este calificativo? Veamos.

Hemos de remontarnos unos 100 años en el pasado. En origen, ya encontramos una obra de Edward Martin de 1909 que se refiere a Nueva York con este apelativo. Sin embargo, no fue algo que fructificase en ese momento.

Luego, en 1924, un periodista deportivo volvería a referirse a Nueva York con este nombre en su artículo ‘Cerca de la Gran Manzana’. ¿El motivo? Tal vez por el hecho de que los jinetes de carreras de caballos de Nueva Orleans de origen afro-americanos soñaban con competir en sus hipódromos, ya que los premios que recibirían serían mucho más suculentos que los que les daban en ese momento, que, como podrás imaginar, eran manzanas.

El jazz está en el origen del término Gran Manzana

Sin embargo, tampoco sería este el espaldarazo definitivo. En los años 20 y 30, los músicos de jazz describían las ciudades como Apples. En su jerga, usaban la manzana para referirse a las ciudades. Así pues, si tocaban en una población pequeña, la llamaban Little Apple, si era grande, Big Apple, si la consideraban una basura, Rotten Apple, es decir, ciudad podrida.

Sin duda, los mejores locales de jazz, y donde recibían sus mejores recompensas, estaban en Nueva York, así que acuñaron el nombre de The Big Apple. Aunque se cree que otras como Chicago o Nueva Orleans también recibieron este calificativo, únicamente fructificó en esta.

Con el paso del tiempo, el término se instauró. En los clubes de jazz más notables de la ciudad, donde acudía el público más selecto, llamar a Nueva York la Gran Manzana ya no era una extrañeza o una rareza.

De hecho, tuvo tanto éxito, que en los años 30 surgió un baile con este nombre en honor a la ciudad neoyorkina, y pronto incluso se abrió un club nocturno en el distrito de Harlem también llamado así y que se convertiría en un sofisticado templo del jazz.

Así que, aunque el nombre no se aceptó oficialmente hasta 1971, ya todo el mundo conocía a la ciudad junto al río Hudson como la Gran Manzana. Y, aprovechando que la delincuencia y las huelgas hacían que la población perdiese parte de su esplendor, las autoridades se lanzaron a publicar una campaña asociando Nueva York a una jugosa manzana roja que simulase una imagen luminosa y alegre en un tiempo en que la moral era más bien baja.

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