Origen de la noche de San Juan: ¿Por qué se celebra el 23 de junio?

¿Sabes cuál es exactamente el origen de la noche de San Juan? Hoy sabemos que es un momento mágico que marca la entrada del verano, que celebramos cada 23 y 24 de junio y que nos llena de ilusión y nuevos deseos para disfrutar de un resto de año fantástico. Por eso aquí vamos a desvelar de dónde viene esta fecha tan especial.

Pero, la verdad sea dicha, las raíces de esta celebración se pierden en el tiempo. Se sabe que sus orígenes eran paganos y tenían relación con el Sol y la Luna. Para nuestros antepasados, el astro rey estaba enamorado del satélite natural, por lo que se resistía a abandonarla. Por ello festejaban el día más largo del año, generalmente el 24 de junio, que daba entrada al buen tiempo.

Como hemos dicho, sí que sabemos a ciencia cierta que los orígenes de esta celebración eran paganos y se pierden en el tiempo. Así que, siendo la noche más corta del año, aquellas antiguas sociedades acuñaron la creencia de que era el momento ideal para ahuyentar a los malos espíritus y atraer amor, fertilidad y buenos presagios. Así las cosas, esta superstición cobró fuerza y fueron apareciendo rituales para reforzar las creencias de que la magia atraería todo lo bueno de cara al verano.

El origen de la noche de San Juan y el cristianismo

Luego, con la entrada del cristianismo con fuerza en los estertores del Imperio romano, todo cambió, aunque no tan sensiblemente como se puede pensar. No obstante, la fiesta adoptó un tono más religioso y menos mágico, pero parte de su significado se mantuvo.

Atendiendo a los textos sagrados de los cristianos, observamos que Zacarías hizo que se encendiera una hoguera con motivo de la anunciación a sus parientes cercanos de su hijo, que a la postre se convertiría en San Juan el Bautista. Según estos escritos, dicha fecha coincidió con el solsticio de verano.

Esta tradición se acuñó en tiempos de los romanos, y ya durante la Alta Edad Media, los cristianos encendían enormes hogueras alrededor de las cuales celebraban ritos. Si bien coincidían con la fecha del nacimiento del santo según los textos, no se abandonó del todo la creencia de quemar lo malo y atraer lo bueno.

Eso sí, durante los ritos, la presencia de la cruz siempre era requerida. Y así fue como se consolidó esta peculiar celebración que mezcla religión y paganismo y que es muy tradicional en muchos rincones del mundo, sobre todo España.

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