Lord Byron, el máximo representante del romanticismo literario

Si hay un nombre que representa fielmente el romanticismo literario, ese es, sin duda, Lord Byron. Aunque su nombre real era George Gordon, este creador vivió como escribía, apasionado y de camino hacia una muerte temprana, tal como reflejan sus 36 años cuando falleció en 1824 en Grecia.

Huérfano de padre desde los tres años, con tan solo una década de edad ya hereda todos los títulos familiares al morir su tío William, el quinto barón Byron. Gracias a su posición acomodada y aristocrática, es educado en el Trinity College, el prestigioso colegio de Cambridge, donde destaca como gran deportista pese a su pie deforme de nacimiento.

Cojo desde niño, Lord Byron vive un infierno durante su juventud. Su tara física y el carácter irritable de su madre le hacen conocer desde bien pronto una concepción trágica de la vida que se refleja su primer libro de poemas, Horas de ocio, que publica con tan solo 18 años.

No obstante, la notoriedad de Lord Byron no le llega hasta que publica Bardos ingleses y críticos escoceses, una violenta sátira que es una enconada reacción a la crítica negativa que recibe su primer libro de poemas.

Lord Byron y el romanticismo

Bien joven, Lord Byron comienza un periplo que le lleva por diversos países europeos, incluida España. A su vuelta a Gran Bretaña, comienza su mayor producción literaria, por lo que su fama se acrecienta.

Su publicación La peregrinación de Childe Harold, que incluye elementos autobiográficos, le lleva a configurar el héroe byroniano, del que ya no se separaría. Observamos la rebeldía ante la moral, el romper las convenciones establecidas y la exaltación de sentimientos, especialmente los más sufridos.

Es decir, que, con apenas 20 años, los textos de escritor ya representan el culmen del romanticismo. De hecho, él mismo vivió como escribió, pues en 1815 se casaría con Anna Isabella Minbanke pese a los rumores que le tachaban de libertino y amoral por sus supuestas relaciones con su hermanastra Augusta. Todo ello le llevaría a abandonar Gran Bretaña en 1816, lugar al que ya no volvería.

Lord Byron viajó por toda Europa, desde Bélgica hasta Suiza, sosteniendo relaciones turbulentas con mujeres de diversa índole y condición, y siempre acompañado por el escándalo.

No obstante, su vida acelerada y su gran producción literaria le permitió mantener relaciones con otros grandes románticos, como Goethe o Shelley.

Incluso acabó por reclutar un regimiento que ayudase a Grecia en su guerra por la independencia, apoyando la rebelión en 1823.

De su obra literaria nos quedan grandes escritos, como el célebre Don Juan. De su vida, una personalidad que encarnó perfectamente al personaje romántico.

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