La cantante Lolita Flores dice “Mi dignidad no me deja llamarme Lola, siempre seré Lolita Flores”.

                                            

Lolita Flores (Madrid, 1958) es una artista grande que estará para siempre metida en un nombre pequeño. “Mi dignidad no me deja llamarme Lola Flores, siempre seré Lolita Flores”, afirma durante un evento de la firma de zapatería Yacare de la que es imagen porque antes fue convencida clienta.

A pesar de ello, la sombra de su madre, quien recibió el apelativo de La Faraona, empuja e inspira más que pesa a su primogénita, una mujer que se ha ganado su propio lugar en el mundo de la música y en el de la interpretación para sorpresa de muchos. 


“Lolita Flores es el faro y foco de la función”; “Fedra tiene una protagonista que concentra las miradas cada vez que se sube a un escenario, cosa que, afortunadamente, hace cada vez con más frecuencia”. Estas son solo algunas de las palabras que le han dedicado a la Lolita Flores, actriz de teatro, por su interpretación en Fedra, ese poderoso personaje de la mitología griega que se enamora de su hijastro y que tanta inspiración ha proporcionado al arte.

“El teatro se me ha metido en la piel, aunque sigo diciendo que me siento una intrusa en el mundo de la actuación porque llevo más de cuarenta años como cantante. El teatro me aporta mucha libertad, cada día es distinto, juegas siempre y sientes la energía de la gente que va a verte”, afirma Lolita Flores.

Su poderoso rostro no tiene filtros porque ha decidido preservarlo de la cirugía y porque habla como piensa y se muestra como es: auténtica. Cuando su madre y su hermano, Antonio Flores, murieron con 15 días de diferencia, lloró frente a todo el mundo. Cuando le fueron mal los negocios de moda, no se ocultó y dijo: “Debo mucho dinero, he dado la cara y voy a pagar hasta la última peseta”. 


Ahora su carcajada suena franca, se siente reconocida como artista, lleva cuatro años asomándose a esa catapulta de fama que es la televisión como jurado del programa Tu cara me suena, y acaba de ser abuela. Noah se llama el nieto de esta “abuela gitana”, como se ha definido ella misma, responsable de su sonrisa perenne.

Fuente  Externa .

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