El Escorial, ¿una puerta al infierno?

Laura Falcó es la autora de ‘Ecos del Pasado’ (Ediciones Luciérnaga), un libro en el que se relatan “los mejores casos de fantasmas, impregnaciones y poltergeist” sucedidos en el mundo. En sus páginas se le dedica un amplio espacio a El Escorial, el conjunto arquitectónico de que se construyó entre 1563 y 1584, y que está formado por un monasterio, un palacio real, una basílica, un panteón y una biblioteca. Fue Felipe II, un rey ciertamente enigmático, el que ordenó su construcción y su ubicación no fue escogida al azar, sino que tenía como objetivo tapar una supuesta entrada al infierno.

El propio monarca decidió su emplazamiento, a cincuenta kilómetros de Madrid, tras escuchar los consejos de un grupo de expertos. Y es que todo en El Escorial tiene un fin y está pensado siguiendo conceptos de magia y religión. En la zona en la que se halla situado, el magnetismo terrestre hace que las brújulas se alteren, lo que lleva a pensar que pueda estar construido sobre un vórtice energético. Además, se dice que la silla de Felipe II está construida sobre un altar vetón (pueblo celta que ocupó el oeste de la Península antes de la llegada de los romanos), donde se celebraban sacrificios humanos en la Antigüedad.

Felipe II ‘El Prudente’ fue rey de España desde enero de 1556 hasta su fallecimiento en septiembre de 1598

Todo el complejo de El Escorial está envuelto en leyendas y relacionado con determinados hechos misteriosos. Además, el monarca estaba muy interesado por la alquimia y por ello mandó construir la llamada Casa de Aguas, que estaba destinada a enfermería y botica, pero que en la práctica se utilizó como un enorme laboratorio de alquimia donde, entre otras cosas, se trató de encontrar la piedra filosofal.

La biblioteca también es un lugar clave en la historia esotérica de El Escorial. Felipe II colocó a su cargo a Benito Arias Montano, que formaba parte de la sociedad secreta cristiana Familia Charitatis (‘Familia de la Caridad’) y a quien el duque de Alba había encargado en 1569 la elaboración de un nuevo Index librorum prohibitorum, el catálogo de libros prohibidos por la Iglesia. Allí se encuentran más de 40.000 libros y 2.500 manuscritos de los siglos V al XVII, miles de ellos dedicados a la brujería, la alquimia, la demonología y los conjuros, como el tratado de magia Enchiridion de León III, lo que la convirtió en la biblioteca más importante de libros de magia. Muchas de estas obras estaban prohibidas por la Iglesia.

Quizá el rey Felipe II mantuvo una guerra oculta contra el mal y de ahí viniera su pasión por los libros de magia, la alquimia… y también por las reliquias. No en vano, El Escorial reúne una de las mayores colecciones de reliquias de todo tipo, a las que se atribuía el poder de la salvación del alma o del cuerpo, provenientes de todos los rincones de España y de Europa, hasta alcanzar un número que según se dice supera las 7.000.

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