El desastre del Hindenburg, conócelo

El desastre del Hindenburg fue el del mayor dirigible del mundo y todo un orgullo de la ingeniería. Su explosión hace más de 8 décadas en la localidad estadounidense de Lakehurst, ponía fin a una era. Para el recuerdo quedan las imágenes de aquel gigante en llamas. En otros países, existían también dirigible, pero los alemanes estaban especializados en estos gigantes del aire.

Un coloso en el aire

Pese a dar su nombre al aparato, el duque Ferdinand von Zeppelin, no fue el inventor, pero si que desarrolló un modelo que terminó siendo comercializado, el LZ 127, que si que llevaba el nombre del duque. A este se le consideró el de más éxito del mundo y realizó la vuelta al mundo en 1.929.

La gente solía congregarse cada vez que se elevaba sobre el cielo. Se suele pensar que era muy lento, pero sus 100 kilómetros por hora hacían de ellos, tres veces más veloces que un crucero a vapor y casi del mismo tamaño.

El Hindeburg medía 245 metros de largo, para que nos hagamos a la idea, tres veces y media más que un jumbo, siendo casi igual de largo que el propio Titanic. A pesar del tamaño, tenía solo 72 pasajeros que pagaban mucho dinero por ir en él, algo comparable al ya desaparecido avión Concorde.

Destacaba por sus inmensas esvásticas, siendo una bomba voladora que contaba incluso con salón de fumadores. Aquí se encontraba el único encendedor de abordo.

A Nueva York llegó  el Hindenburg la tarde del 6 de mayo de 1937. El primer viaje de la temporada había transcurrido con normalidad hasta que de repente comenzaron a salir llamas de la parte trasera de la nave.

En pocos segundos, estaba completamente en llamas.«Está ardiendo, está ardiendo y se derrumba»«Está ardiendo, está ardiendo y se derrumba», gritó Herbert Morrison desde tierra al micrófono. El periodista radiofónico era un profesional, pero la emoción le superó aquella tarde. «Es tan horrible, la peor catástrofe del mundo», sostuvo el periodista para ahogar un sollozo y pronunciar una frase que se hizo famosa en Estados Unidos: «Oh, the humanity» («Oh, la humanidad»).

«Es un milagro que haya salido alguien con vida de ese infierno», comentaron los noticieros de aquella semana: sobrevivieron 62 de las 97 personas a bordo. Trece pasajeros y 22 miembros de la tripulación murieron así como un hombre del personal de tierra.

Siguen sin conocerse las causas del desastre el Hindenburg

Una buena parte murió calcinada, otros asfixiados y otros terminaron arrojándose al vacío huyendo de las llamas. Todavía hoy siguen sin saberse las causas del incendio.

Mucho expertos piensan que una descarga electrostática inflamó el gas. Los dirigibles fueron cayendo en el olvido. No puede decirse que fuera el primer o el peor accidente, pero marcó el fin.

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