La locura de Juana I de Castilla

La locura de Juana I de Castilla


Juana I de Castilla, apodada “la loca”, fue la reina de Castilla entre 1504 y 1555, y también reina de Aragón y Navarra de 1516 a 1555, pero no pudo reinar, pues estuvo cautiva en Tordesillas a partir de 1509 por orden de Fernando el Católico, su padre, y luego por orden de su hijo, el rey Carlos I.

Juana era heredera de las coronas de Castilla y de Aragón y a la muerte de su madre, Isabel la Católica, fue proclamada reina de Castilla junto a su esposo, Felipe I el Hermoso y su padre, Fernando el Católico. Pero su poder fue solamente nominal, pues fue su hijo Carlos el rey de Castilla y de Aragón efectivo.

Su marido murió en el Palacio de los Condestables de Castilla y según algunas personas había sido envenenado por Juana, lo que hizo circular el rumor de la locura de la reina. También se ha escrito que su locura podría haber sido causada por los celos hacia su marido o por el dolor tras su muerte.

Juana I de Castilla no estaba loca

La reina Juana acompañó el traslado del féretro durante ocho meses muy fríos, siendo acompañada de servidores, nobles y soldados, lo que aumentó las murmuraciones sobre su estado mental.

La víspera de la muerte de Felipe I, los nobles hicieron un acuerdo para formar un Consejo de Regencia interina para gobernar, pero Juana I de Castilla intentó gobernar restaurando el Consejo Real de la época de su madre.

Pero quien gobernó fue Fernando el Católico, quien ordenó encerrar a Juana en Tordesillas para evitar que se formara un partido de nobles en torno a su figura y para impedir que el rey de Inglaterra influyera en el gobierno de Castilla casándose con Juana.

En 1516 murió el rey y Juana se convirtió en reina de Aragón. Sin embargo, las instituciones no la reconocieron y su hijo Carlos I se apropió de los títulos reales. No obstante, aunque oficialmente fue reina, no pudo reinar, ya que su hijo volvió a recluirla en Tordesillas hasta que murió, el 12 de abril de 1555.

La versión oficial dice que Juana fue retirada del trono por una enfermedad mental. En la época, todos creían que tenía algún tipo de locura, especulándose que podía haber sido heredada de su familia.

Pero hoy en día hay evidencias de que Juana I de Castilla fue víctima de una confabulación tramada por su familia para poder incapacitarla en sus funciones y tomar el poder. Algunos historiadores opinan que posiblemente sufría de depresión, una enfermedad ocasionada por la vida que la obligaron a llevar.



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