Cupido y sus flechas de amor, una historia de la mitología
El 14 de febrero se celebra San Valentín, el día más romántico de todo el año. Y Cupido y sus flechas del amor tienen un papel muy importante. La imagen que se tiene de él es la de un pequeño niño regordete que porta un arco y varias flechas. No obstante, Cupido también vivió en su momento su propio idilio de amor. La historia de Psique y Cupido se refleja en la novela “El asno de oro”, de Lucio Apuleyo.
Tal y como cuenta la historia, la diosa Venus, madre de Cupido, sentía muchos celos de Psique, una mujer mortal caracterizada por su gran belleza. Así, le encomendó a Cupido una importante misión: hacer que Psique se enamorase perdidamente de un hombre de clase baja. El problema surgió cuando Cupido vio por primera vez a Psique ya que se enamoró de ella. No cumplió por lo tanto con la misión que le había encargado su madre, sino que decidió casarse con ella.
El siguiente paso en su relación fue instalar a Psique en el palacio, donde acudía todas las noches a visitarla. Lo hacía a oscuras para que la mujer no pudiese identificar su divinidad. Las hermanas de Psique estaban muy celosas de la suerte que había tenido con Cupido, de modo que hicieron todo lo posible por convencerla para que creyese que él era una serpiente muy peligrosa, con la que debía acabar para salvar su vida.
Una de las noches, ella iluminó el cuerpo de Cupido, su marido, para comprobar si realmente era una serpiente. Fue así cuando descubrió que era el dios Cupido, de forma que fue incapaz de hacerle daño. No obstante, el la descubrió y se arrepintió de no haber cumplido la misión que le había encomendado su madre. Así, tomó la decisión de huir. Psique fue tras él, tratando de localizarlo por cielo y tierra.
En el cielo se encontró con Venus, quien la hizo pasar por complejas pruebas para determinar su resistencia. No obstante, Psique nunca se rindió. A modo de recompensa, se pudo casar con Cupido en el consejo de los dioses.
Una historia de amor realmente preciosa entre el dios Cupido y la princesa Psique, que ha perdurado a lo largo de los años como muestra de lo que realmente significa el amor verdadero este 14 de febrero.