Cómo fue el experimento de la cárcel de Stanford
Si te mueves en el mundo de la psicología, tal vez hayas oído hablar del experimento que tuvo lugar en la cárcel de Stanford, ubicada en California, Estados Unidos. Si no, te lo recordamos y lo explicamos. Corría el año 1971 cuando el psicólogo Yale Stanley Milgram quiso analizar la obediencia a la autoridad y para ello contó con voluntarios.
Les comentó que se dividieran en grupos de estudiantes y alumnos, y si un grupo se equivocada debían castigarlos con descargas eléctricas. El 65% de los que debían castigar aplicaron la descarga más alta, si bien en este experimento no había voltajes realmente. Como conclusión al experimento se estableció que la mayoría de las personas estaban dispuestas a dañar físicamente a otro antes que enfrentarse a quienes te han dado una orden.
¿Y qué tiene que ver este tema con la cárcel de Stanford? Bien, esto fue en lo que se inspiró un profesor de psicología de la Universidad de Stanford unos años más tarde para llevarlo a cabo en la cárcel, en principio falsa. Prometía 15 dólares diarios a los voluntarios que estuviesen dispuestos a pasar dos semanas en esta prisión.
A los voluntarios se les dividió en dos grupos, unos hacían de guardianes y otros de prisioneros. Empezaba el estudio, y los que hacían de guardianes llevaron a los prisiones a comisaría, les desnudaron, desinfectaron, les colocaron una pesada cadena en los pies… empezaron con conductas abusivas aunque se estableció que no podían dañar a los presos de forma física, pero siguieron con daños psicológicos, con toda clase de obligaciones y humillaciones.
Los voluntarios se tomaron tan en serio su papel que lo llevaron al extremo e incluso algunos estudiantes abandonaron este estudio. Y el experimento duró 6 días por cómo estaban transcurriendo los hechos.
Pero las conclusiones estaban más que claras, puesto que se vio que muchas personas son potencialmente sádicas. Aunque el estudio fue criticado por muchos, el autor de éste es tenido en cuenta para explicar algunos fenómenos como los abusos desde la cárcel iraquí de Abu Ghraib.
Este hecho inspiró películas y series al tratarse de un hecho algo curioso fiel reflejo de la personalidad humana.