6 usos del amoníaco para la limpieza del hogar

6 usos del amoníaco para la limpieza del hogar


El amoníaco es un gas que, al mezclarse con agua, tiene una infinidad de aplicaciones, y sus usos son muy variados, especialmente en tareas de limpieza del hogar, que estará siempre limpio, desinfectado y brillante.

Este es un producto muy apropiado para eliminar cualquier tipo de manchas, pero es importante saber que nunca se debe juntar lejía y amoníaco, pues se produce una reacción química muy tóxica y perjudicial. Tenlo en cuenta si tienes niños pequeños o mascotas que pasan mucho tiempo en el suelo y tocan todo y se llevan muchas cosas a la boca.

Usos del amoníaco para la limpieza

Uno de los usos más importantes del amoníaco es su propiedad desengrasante. Es ideal para quitar manchas y salpicaduras de grasa en fogones, encimeras, vitrocerámicas, azulejos y cerámicas en general.

Diluído en agua el amoníaco es excelente para limpiar el horno de la cocina, especialmente si han quedado restos de alimentos quemados y pegados en las paredes interiores.

Es sorprendente la efectividad que tiene el amoníaco para limpiar vidrios de ventanas y espejos. Con este producto es mucho más fácil quitar cualquier tipo de mancha o huella que haya quedado en el cristal.

De todos los usos del amoníaco, es importante destacar sus propiedades para limpiar áreas de la casa donde ningún otro producto es efectivo, como los azulejos, los que acumulan suciedad, especialmente en las juntas de unión.

La limpieza de paredes azulejadas es una tarea que no se hace todos los días, y para ello se puede utilizar un paño con este gas en estado líquido.

De la misma forma, hablamos de un buen limpiador de suelos y muebles de madera, como también es un producto excelente para el decapado de las maderas.

Por ello, es necesario que el producto se reduzca con agua, lo cual permite poder realizar la limpieza superficialmente, eliminando la suciedad sin dañar la pintura o el barniz.

También es perfecto para el lavado de ropa con manchas. Es posible, por ejemplo, quitar manchas de vino de la ropa con suma facilidad utilizando un paño con un chorro de amoníaco.

Antes, es aconsejable hacer una prueba en una zona de la prenda que no sea visible, para no estropearla.

Los usos del amoníaco para limpiar prendas y artículos del hogar son muy variados, y también es ideal para aquellos calzados que no admiten el lavado.  Para ello, se puede usar una mezcla de amoníaco, agua y jabón y frotar con ella las zapatillas o zapatos.



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