OPINION: Presidentes amados y amarrados

 

Es evidente que parece ser no habrá forma de sacar de la Presidencia de la República, de manera definitiva, al licenciado Danilo Medina

Y si es sacado porque constitucionalmente no pueda ser reelecto, seguirá “vivo” haciendo política.

Este hombre, que es un incansable trabajar del Estado,  tiene mucho talento, mucha simpatía, sabiduría y entrega a favor de los más necesitados. Sólo habla  mucho, cuando tiene que hacerlo.

Su estadía en el poder garantiza que los más necesitados puedan tener acceso a los millones de pesos que nunca fueron para ellos, sólo con la garantía de la honestidad. ¡Eso tiene una respuesta!

Danilo, el Presidente que les toca las profundidades sentimentales a los campesinos y a los emprendedores de las ciudades, parece que tiene más  años para dirigir  el poder, ahora o después.

Con Danilo, el progreso llegó a las casas de los pobres, de las mujeres que obtienen préstamos sin tener que hipotecar sus casitas o pedacitos de terrenos. ¡Lo mismo que ocurre con los productores agropecuarios e industriales necesitados!

Las Zonas Francas, que cayeron a sus niveles más bajos, hoy están recuperadas y con esa recuperación millares de trabajadores tienen una mejor vida.

 Es un Presidente que pasa más tiempo en  los campos que en las ciudades. Antes, los campesinos escuchaban por la radio el nombre de los gobernantes. ¡Danilo va a los campos a compartir con ellos y a resolverles!

Y visto de esa realidad, parece que el Presidente no concluirá, por ahora, su gestión de gobierno.

 Y, hasta el momento, las autoridades norteamericanas lo observen como un hombre equilibrado, con el cual sus intereses no peligran. ¡El gran problema que hoy sufren otros gobernantes, ex mandatarios  y líderes políticos latinoamericanos!

 Y como la principal riqueza de Estados Unidos es el comercio, las presiones en su contra de Danilo son muy menores. La totalidad de los problemas que atraviesan la mayoría de los gobernantes y líderes llamados liberales, están relacionados con la competencia comercial que durante algunos de esos mandatos, perjudicaron al gran poder de Norteamérica.  ¡Y ahora están pagando las consecuencias!

Los  gobiernos de Estados Unidos, Rusia y China,  de manera especiales, tienen bien definidas sus políticas externas, en lo que respecta a respaldar a sus aliados. A estados Unidos hay que reconocerle que participa en guerras u otros conflictos, buscando dinero para que los ciudadanos que viven en el país, incluyendo a los latinoamericanos, asiáticos y europeos, tengan una mejor vida.

 Pero hay que decir que los unos y  los otros hacen guerras para defender a sus aliados. En los actuales momentos, Rusia está defendiendo a Siria, que es su gran aliada, para poner un ejemplo, y la cual se mantiene enfrentada a Estados Unidos con sus aliados.

Estados Unidos no perdona a quienes adversaron o adversan su gobierno para apoyar a competidores. En 1963, Estados Unidos patrocinó el derrocamiento del gobierno democrático del profesor Juan Bosch y  en 1973 derribó al régimen izquierdista de Salvador Allende, ambos con golpes militares. ¡Ahora los golpes militares no existen, pero sí los constitucionales, que significa la misma cosa!

En la historia reciente, Estados Unidos promovió el golpe de Estado en contra de Manuel Celaya, de Honduras, sacó del poder, antes de tiempo, a Cristina Fernández, de Argentina, y  forzó la renuncia de Dilma Rousseff, de Brasil.

 Estados Unidos, a través de sus aliados, patrocinó un movimiento que evitó la modificación constitucional de Rafael Correa, de Ecuador, con más del 82 por ciento de popularidad, y el ex Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, está preso en su país. Los dos brasileños son fieles amigos de Raúl Castro. También fueron de Fidel Castro, el líder de la revolución cubana.

 Evo Morales, de Bolivia, y Nicolás Maduro, de Venezuela, son dos candidatos a prisión por supuesto narcotráfico. Evo defiende la producción de hojas de coca en su país y a Maduro lo siguen acusando de narcotráfico.

La idea de ese gran poder, es un día llevarlos a su territorio como  extraditados. Al Daniel Ortega, de Nicaragua, Estados Unidos lo sacó del poder, luego de la revolución, y ahora parece ser que está detrás de  los movimientos de protestas que buscan la renuncia de éste como Presidente.

 A Leonel Fernández, que nadie puede demostrar que cometió algún hecho penado por la Ley, le impidieron aspirar a otra reelección en el 2012, pero la campaña en su contra, parte de ella supuestamente financiada por el “poder del Norte”, obligó al entonces gobernante a desistir de su idea o la de sus seguidores. Pero Leonel fue parte importantísima en la ayuda para el crecimiento de políticos liberales en América Latina.

El plan de Estados Unidos, es evidente, es el de evitar que Leonel retorne al poder. Con Hugo Chávez, fiel amigo de Fidel y Raúl Castro, los gobernantes de Estados Unidos supieron manejar muy bien la situación, debido a la gran popularidad de éste entre los más necesitados de Venezuela y su total entrega a la patria, sin ambición de dinero. ¡Murió pobre!

Todos estos gobernantes fueron o son tratados por el Estados Unidos aplicando su metodología, de que su gobierno no tiene amigos y enemigos. A estos gobernantes y ex mandatarios, Estados Unidos los ubica entre sus adversarios, que algunos llaman desobedientes.  El trato que se les aplica, así lo confirma.

El entonces Presidente norteamericano, Barack Obama, dijo en una ocasión que Estados Unidos tiene amigos y enemigos. A los amigos, les da el  trato  como tales  y con los enemigos  negocia.

Para ese grupo de gobernantes o ex Presidentes citados,  Estados Unidos viene promoviendo su sometimiento a la Justicia acusados de corrupción. ¡Los que todavía no fueron sometidos, están en lista o serán destruidos políticamente para evitar su regreso al poder. ¡Es el pensar de Estados Unidos!

¡Esa es la gran realidad! A todos los derribados, se les acusó de actos de corrupción y  como la mayoría de ciudadanos no quiere corruptos dirigiendo gobiernos, sus penurias son aplaudidas. Todo eso pasa con facilidad, debido a que los Presidentes latinoamericanos tampoco son unidos.

La versión del ex presidente Correa, de que se trabaja para enviarlo a la Justicia acusado de corrupción, no debe ser una sorpresa para ese líder político, porque él sabe  que de ese grupo nadie se le escapará a los norteamericanos. ¡Ellos tienen sus propios candidatos para irlos sustituyendo en los Estados!

jpm

 

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