Villa Salma, Samaná. Julia de Peña Mejía

Villa Salma, Samaná.

Villa Salma, Samaná.

Villa Salma, Samaná.
Villa Salma, Samaná.

Cuando llegas al Malecón de Samaná, Julia te da la bienvenida en español o en inglés y te habla de sus artesanías a muy buenos precios.

“¡Good morning my friend!”, dice, para entrar rápidamente en “otra” materia: pescado con coco, playa y yaniqueque.

Julia de Peña es del barrio Villa Salma y vende artesanías en la feria que se realiza en el Malecón.

La llegada de turistas de cruceros a esta paradisíaca provincia ha dinamizado la economía de los micro y pequeños empresarios.

«Nos sentimos agradecidos de los turistas que nos vienen a visitar, porque nosotros los recibimos con todo el corazón, porque ellos lo que nos traen es beneficio; nosotros somos los que tenemos que cuidarlos a ellos».

Julia comparte el punto con su pareja Wilson Capoy, guía turístico y con su hija Margarita Smith, quién le enseñó diseño y confección de artesanías en madera, metal, piedras preciosas, pero además a coser vestidos y blusas.

Margarita, la hija, enseñó a Julia, la mamá, la técnica para hacer más rentable su incursión en el negocio turístico.

Ser de barrio ha sido para ella ventaja y no perjuicio, porque en los barrios se aprende a buscar el peso y a rentabilizar lo poco que se tiene. A sus cuatro hijos los crió sola y todos son trabajadores.

Además, gracias a su trabajo, pudo construir su casa y la de su hija, un hecho que la llena de satisfacción.

Al Gobierno dominicano nos da mucho placer contar la historia de Julia y de su familia, microempresarios del turismo, ejemplos de trabajo, alegría y orgullo de Samaná.

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