Obispo llama a políticos y ciudadanos a actuar con sensatez y cordura
El obispo auxiliar de Santo Domingo, monseñor Ramón Benito Ángeles Fernández llamó este miércoles a la clase política y a los ciudadanos a actuar con sensatez, cordura y compromiso para un buen funcionamiento del país.
Durante la homilía del tedeum por el 175 aniversario de la Independencia Nacional, Ángeles Fernández, además pidió a todos los estamentos de la sociedad a asumir la tarea de vivir y educar de acuerdo a la ética y con los valores de la honestidad, equidad, verdad, trabajo amor a la familia, entre otros.
“No podemos abandonar nuestro país bajo la perversa hegemonía de antivalores, encarnados en hombres y mujeres sin principios éticos ni morales. Nuestro país merece un menor porvenir y su destino está en nuestras manos”, afirmó el monseñor, quien también es vicario episcopal de Santo Domingo Este.
“Apelamos a la sensatez y cordura y al compromiso de la ciudadanía, en especial de los servidores públicos, la clase política y todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que se interesan por la buena marcha del país, para que juntos construyamos una República Dominicana diferente que respete el supremo valor de la vida, que sea equitativa donde se combata la miseria con políticas de inclusión de las más pobres en los proyectos de desarrollo”, dijo.
Como todos los años, el presidente de la República, Danilo Medina, asistió al teduem, estuvo acompañado de la primera dama, Cándida Montilla de Medina; sus hijas Sibelis y Vanesa Medina Montilla y la vicepresidenta, Margarita Cedeño.
La Eucaristía estuvo presidida por el por el Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria.
Además, asistieron varios funcionarios como el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta; el ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Vargas; el ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo; el presidente de la Junta Central Electoral, Julio César Castaños Guzmán, entre otros.
El “Te Deum” (“A Ti, Oh Dios”) es un antiguo himno cristiano católico de alabanza y acción de gracias a Dios, atribuido a San Ambrosio y a San Agustín.