Una iglesia holandesa lleva 27 días celebrando servicios sin pausa para proteger a una familia de refugiados de ser deportados

20minutos.es

  • Las autoridades holandesas, por ley, no pueden entrar en lugares de culto durante la celebración de servicios religiosos.
  • Theo Hettema: «Ninguna iglesia debería escoger entre el respeto al gobierno y el respeto a la dignidad humana»

La Haya

Este lunes, el medio Quartz! publicaba la historia de la iglesia de Bethel, un pequeño templo protestante en la ciudad neerlandesa de La Haya que lleva 27 días celebrando servicios religiosos sin pausa para proteger a una familia de refugiados armenios de la deportación.

La ley holandesa estipula que los oficiales de policía no pueden entrar en lugares de culto durante los servicios religiosos. Aprovechando esto, pastores de todo el país se turnan para celebrar servicios en Bethel para impedir que las fuerzas de seguridad puedan detener a la familia Tamrazyan, que vive en Países Bajos desde hace nueve años.

El activismo político de Sasun Tamrazyan, padre de la familia, atrajo numerosas amenazas de muerte en su Armenia natal, lo que llevó a la familia a huir del país y buscar asilo político en Holanda. Tras varios años de procedimientos, de hecho, este asilo les fue concedido por un juez, pero rápidamente fue revocado por el gobierno del país (Theo Hettema, miembro del Consejo General de Ministros Protestantes, cree que recurrir concesiones de asilo es una estrategia del gobierno para limitar la inmigración.) 

Tras apelar, sin éxito, a un mecanismo legal por el que algunas familias con niños que hayan vivido más de cinco años en el país reciben permiso para quedarse en Holanda, los Tamrazyan recibieron la orden de deportación. Fue entonces cuando decidieron recurrir a una pequeña iglesia que, sin embargo, era demasiado pequeá para alojarles, pero les puso en conocimiento de otras congregaciones protestantes de la Haya. Finalmente, en octubre, la iglesia de Bethel les acogió.

Para Hettema, acoger a la familia colocaba en una posición difícil al liderazgo de la iglesia. ya que, en sus palabras, «ninguna iglesia debería tener que escoger entre el respeto al gobierno y el respeto a la dignidad humana». Además, señala que no tiene intención de cesar los sevicios en ningún momento, pero espera que el ministro de Migración, «garantice la residencia a los Tamrazyans», algo que, señala, «ha hecho en el pasado para ciertos casos».

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