Un romántico paseo por el Caribe que acabó con muy mal pie para una pareja: una extraña enfermedad cutánea

AGENCIAS

• Los afectados son dos jóvenes canadienses que viajaron a Punta Cana.
• Tras un paseo por la playa en sus pies aparecieron pústulas.
• Tuvieron que visitar a tres médicos para encontrar una solución.
• Un hospital de Madrid detecta el primer caso en el mundo de miasis en humanos.

Katie Stephens (22 años) y su novio Eddie Zytner (25) son una pareja canadiense que, como muchas otras, cuidan al máximo los detalles de sus vacaciones. 

Algo que hicieron también en su última escapada a la República Dominicana, concretamente a Punta Cana, donde prentendían pasar unos días de descanso en un escenario paradisiaco.

Lo que no sabían entonces los jóvenes es que iban a vivir una de sus peores pesadillas al toparse con un invitado con el que no contaban en sus días de ocio: las larvas migratorias. Tanto es así, que la experiencia les ha llevado a alertar a otros viajeros a través de Facebook. «Todos los que vayan a cualquier lugar tropical tengan cuidado cuando estén en la arena y pónganse los zapatos«, comienza su relato en las redes.

Todo comenzó con un inocente paseo por la playa. Los jóvenes iban descalzos y, según los doctores que visitaron posteriormente de regreso a Canadá, fue allí donde se contagiaron.

Tras le paseo, según pasaban los días, empezaron a notar que se les hinchaban los pies y que aparecían pústulas amarillas y violetas, como accesos de pus.

No fue hasta visitar a tres especialistas cuando el último dictaminó lo qué les ocurría: se habían infectado con unas larvas migratorias, capaces de introducirse en el cuerpo humano a través de la epidermis y que acaban provocando la anquilostomosis, una dolencia que puede afectar al intestino delgado y a los pulmones. Las larvas o parásitos son el origen de la enfermedad.

Estos parásitos se encuentran habitualmente en las heces de perros y gatos y, una vez contraída la infección, como en el caso de los jóvenes canadienses, lo mejor es tratarla con fármacos antiparasitarios.

En su caso, además la mala suerte quiso que el fármaco no se vendiera en Canadá, donde el principio activo de su formulación no está aprobado, por lo que la madre de Katie tuvo que desplazarse a comprarlo a Michigan, Estados Unidos.