Un joven ahorra durante dos años para comprar una silla de ruedas eléctrica a su amigo

20MINUTOS.ES

  • Tanner Wilson trabajó a tiempo parcial en un taller para regalarle a Brandon una silla nueva.

Brandon Qualls y Tanner Wilson

La amistad de Tanner Wilson y Brandon Qualls, dos estudiantes de secundaria de Norman, Arkansas, ha dado la vuelta al mundo, y es que Tanner ha estado dos años ahorrando para poder comprarle a su amigo una silla de ruedas eléctrica.

Tanner le entregó su regalo a Brandon en el instituto, junto a sus compañeros de clase, por lo que este se mostró muy sorprendido: «Empecé a llorar por todas partes, no puedo creer que haya hecho eso por mí».

El joven, que ha trabajado a tiempo parcial en un taller de la ciudad, decidió regalarle a Brandon una nueva silla tras darse cuenta del sufrimiento de su amigo al desplazarse por los pasillos del instituto Caddo Hills con su silla de empuje manual: «Mis brazos se cansaban mucho», afirmó Brandon, «era un sueño tener una de estas, y se hizo realidad».

Tanner Wilson aseguró a CNN que lo había hecho porque Brandon «ha sido un muy buen amigo y quería hacerle un favor. Sentí que tenía que hacerlo porque él siempre ha estado ahí para mí», y desea que «las personas se preocupen más por los demás que por ellos mismos».

Su madre, muy orgullosa

Por su parte, la madre de Tanner, Carmack,  afirmó que no está sorprendida por el detalle de su hijo con su amigo, ya que este «siempre se ha preocupado más por los demás que por él mismo», y que le habían repetido constantemente que «no se llega a ningún lado siendo malo».

También contó que su nueva meta era conseguir un coche en el que los padres de Brandon pudieran transportar su silla porque «no tienen una manera de llevarla a casa. Está atascada en la escuela porque su vehículo no es accesible para sillas de ruedas».

Una de las profesoras de Tanner y Brandon, Kathy Baker, coincidió con la opinión de la madre de Tanner en que «le encanta hacer cosas por los demás».

Por otro lado, en el instituto en el que estudian los jóvenes también han querido ser partícipes del regalo, y una de las profesoras, Ginger Wray, ha decorado la silla de Brandon añadiéndole dibujos de fuego en el guardabarros y su apellido en la parte de atrás de la silla.

Un mes después de haber recibido su nueva silla Brandon aún no se ha acostumbrado a manejarla ya que «puedo golpear algunas puertas, pero vale la pena, es increíble».

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